Ecosistemas de atención: Notas etnográficas sobre la interrelación entre prácticas menores y luchas territoriales en la Nación N’dee/N’nee/Ndé

Denisse Gómez Retana

City University of New York CUNY

tgomezretana@gradcenter.cuny.edu

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En este texto comparto algunas notas etnográficas que acopié durante la asistencia a dos ceremonias del amanecer acompañando a la Nación N’dee, N’nee, Ndé. Una ceremonia fue en San Carlos Apache Reservation en Estados Unidos y otra en Casas Grandes, México. Esta última fue la primera ceremonia en territorio mexicano desde hace 168 años. A través de estas notas, busco exponer la atención conjunta en el cuidado del medioambiente que se percibe en las actividades de Nación N’dee/N’nee/Ndé, por medio de ejemplos de prácticas menores como la reducción de basura y el compostaje, y su vínculo con escalas mayores como la defensa del agua en Coahuila o la preservación del Chamizal como patrimonio ecológico en Ciudad Juárez.

(Foto 1. Bendición de Azul Esperanza Esparza Contreras y Abigaíl Murillo Antúnez durante Na’ii’ees)

Nación N’dee/N’nee/Ndé

En el siglo XX después de décadas de prácticas genocidas, el gobierno mexicano realizó el acto performativo de declarar que no quedaba ningún apache en el territorio mexicano. Sin embargo, esto era una ficción: a pesar de la persecución, el intento de exterminio y la opresión de su cultura durante años, las comunidades n’dee/n’nee/ndé habitan su territorio originario desde hace más de mil años, a pesar de la ocupación de los Estados mexicano y estadounidense.

En 2019 la Nación N’dee/N’nee/Ndé empezó a organizarse con el fin de recuperar su identidad, lenguas, cultura, prácticas y territorio. Actualmente, luchan por ejercer sus derechos como comunidad originaria del territorio mexicano, mientras reclaman a las instituciones y a los niveles de gobiernos por espacios democráticos.

Aunque el proyecto mexicano de exterminio de las comunidades n’dee/n’nee/ndé no se consumó, sí causó una desintegración de la colectividad. Algunas prácticas y conocimientos se mantuvieron a nivel familiar, pero otras ceremonias colectivas, como la Na’ii’ees, eran desconocidas para muchos n’dee/n’nee/ndé de México.

Para las comunidades n’dee/n’nee/ndé la ceremonia Na’ii’ees, también conocida como ceremonia del amanecer, es una de las más importantes de su cultura. De acuerdo con el antropólogo Keith Basso[i], se trata de una ceremonia de transición y preparación para las mujeres jóvenes cuyo objetivo es brindarles fortaleza, resiliencia, prosperidad y una larga y sana vida. Tiene una duración de cuatro días, durante los cuales la joven realiza diversos ritos bajo la supervisión de una naił’esn o madrina, que le otorgarán conocimientos y cualidades que las n’nee/n’dee/ndé valoran para la adultez. Al concluir la ceremonia, la familia de la niña y la familia de la madrina son unidas por lazos de parentesco más fuertes que la sangre.

La Nación N’dee/N’nee/Ndé eligió el fin de semana del 18 al 21 julio de 2024 para celebrar su primera ceremonia del amanecer, la cual también sería la primera ceremonia de la que se tiene registro en territorio mexicano desde hace 168 años.

San Carlos Apache Reservation

Los vínculos lingüísticos entre la Nación N’nee/N’dee/Ndé y el Apache Language Preservation Program en San Carlos se han transformado en vínculos afectivos, particularmente con el profesor de n’déé biyati’ Bob Stevens.

Coincidió que en junio de 2024, la nieta de Bob Stevens celebró su ceremonia Na’ii’ees, y él invitó a sus alumnos y amigos en México a presenciarla. Así fue como Martín Cristóbal Rojas, nant’an de Ascensión, Chihuahua, junto con su familia, y Emma Palacios Hernández, nant’an de Saltillo, Coahuila, junto con su linaje femenino, asistieron a la ceremonia de Aubrey Stevens. Martín Rojas ya había presenciado otras ceremonias Na’ii’ees anteriormente, pero para Emma Palacios Hernández, su hija Odih’ké* y su pequeña nieta Julia, esta sería su primera experiencia en una Na’ii’ees.

Uno de los momentos más importantes en la ceremonia ocurré el domingo, cuando la joven y su madrina, acompañadas de sus respectivos campamentos, se encuentran en un punto medio para danzar desde el amanecer. Por ello, esta ceremonia también recibe el nombre de ceremonia del amanecer. La joven se posiciona frente al sol naciente, acompañada de otra joven que ya ha pasado por el rito, mientras la madrina y su esposo se ubican a su lado. Detrás de ellas, el hombre medicina y un grupo de jóvenes varones dirigen los cantos y la música. Los invitados se colocan en semicírculo a ambos lados de la joven y la madrina, formando un gran círculo de apoyo. En San Carlos, detrás de este círculo se estacionaron los automóviles de los invitados, la mayoría grandes camionetas o trocas. Algunos invitados arribaron además con sus sillas portátiles, snacks y variadas bebidas para mitigar el calor de Arizona mientras presencian el evento. Incluso, llegaron dos vendedores ambulantes de piccadilly, un popular snack en el Southwest.

 

(Foto 2. Aubrey Stevens convirtiéndose en la Mujer Cambiante durante la Na’ii’ees, en San Carlos, Arizona)

Después, cada grupo regresa a su campamento para intercambiar regalos. Antes de emprender nuestro camino de regreso, Emma me pidió que solicitara una bolsa de plástico a una de las familias que aún permanecían en el sitio de la ceremonia. Cuando la conseguí y le entregué la bolsa a Emma, comprendí su propósito: recoger la basura que habían dejado algunos participantes. Indicó a Julia que empezara a recoger unos vasos desechables que había cerca de un arbusto y, como si Julia ya lo hubiera hecho muchas veces, de manera obsesiva empezó a recoger toda la basura que alcanzaba a ver a su alrededor. Llenamos una bolsa blanca de basura con botellas y latas de Coca-Cola, botellas de Powerade, latas de Monster y otras bebidas energizantes, vasos y platos desechables, empaques de dulces y muchísimas de botellas de agua de 500 mililitros. La bolsa blanca no fue suficiente, por ello, además, cada una de nosotras, Emma, Odih’ké, Julia y yo, tuvimos que llevar en nuestras manos libres algo más de basura. No logramos dejar el campo completamente limpio, pero al menos recogimos toda la basura que pudimos.

La Nación N’dee/N’nee/Ndé está en un proceso de restauración de su cultura. En esa reconstitución abrevan de diferentes fuentes: memorias familiares, historiadores, archivos y tribus hermanas en el norte. Asimismo, están en un proceso de descubrimiento de cómo será su comunidad, donde utilizan la especulación y el deseo como herramientas de construcción, por ejemplo, imaginan que su comunidad sea una que se destaque por una conciencia por el cuidado del medioambiente. Por ello, esta primera ceremonia del amanecer en México se distinguió por la reducción de basura.

Casas Grandes, Chihuahua, México

Cuando llegué a la ceremonia en Casas Grandes, Emma Palacios y su familia ya estaban ahí. Me dijo que habían llegado el día anterior y que aprovechó para limpiar el río. La ceremonia tuvo lugar en la Cabaña Ancón, un balneario privado a la entrada de Casas Grandes. Aunque el río junto al predio no se usaba para las actividades de la ceremonia, Emma consideró importante limpiarlo, como quien limpia su casa antes de una fiesta.

            Para el filósofo Ailton Krenak[ii], originario de Minas Gerais, en Brasil, los ríos lo llevan a imaginar un futuro con origen ancestral: los ríos son esos seres que siempre han estado y estarán en el mundo de diferentes formas y, por ello, los futuros que imaginemos deben ser ancestrales, en el sentido de que sean futuros que ya estaban decretados. Emma le presta atención al río, lo recorre mientras lo limpia; lo escucha mientras lo camina y aprende su lengua para recoger la memoria que guarda, de manera que obtenga herramientas para imaginar un futuro.

La ceremonia del amanecer es un evento masivo que reúne a las familias de la joven y la madrina, así como a numerosos invitados. En la ceremonia de Azul Esperanza Esparza Contreras y Abigaíl Murillo Antúnez, asistieron 300 participantes regulares, mientras que para algunas actividades se alcanzaron hasta 1000 asistentes. La mayoría acampaba, aunque algunos dormíamos en un hotel cercano, pero pasábamos todo el día en el campamento. Durante los cuatro días de la ceremonia, la Nación N’dee/N’nee/Ndé otorgaba desayuno, comida y cena, así como agua y fruta a disposición.

El primer día de la ceremonia Odih’ké pidió a un par de jovencitas hacer unos letreros para pegar en la cocina: “Lave su plato”, “No se lleve los cuchillos”, de manera que el conjunto de platos, tazas y cubiertos se mantuviera limpio. Esta vajilla se recolectó gracias a los asistentes que atendieron la solicitud realizada en los grupos de Whatsapp de la Nación N’dee/N’nee/Ndé por la misma Odih’ké, lo cual permitió que la ceremonia alimentara hasta 1000 personas sin utilizar platos ni vasos desechables. Aunque se usaron algunos cubiertos desechables, estos se lavaban y reutilizaban.

(Foto 3. Carteles en la cocina.)

Después de mi primera comida de la ceremonia, mientras tiraba las sobras en el bote de basura para luego lavar mi plato, el cocinero Miguel Reyna me sorprendió cuando me indicó que no tirara las sobras en la basura, sino en la composta detrás de la cocina. Allí, cerca de los magueyes, había un hoyo profundo donde se colocaban los restos de comida para que la tierra pudiera aprovechar esos recursos. Me sorprendió la indicación de Miguel Reyna porque unos segundos antes lo había visto ocupado sirviendo la comida. Me pregunto cómo jerarquizaba la importancia entre todos los asuntos que estaba atendiendo para que me mirara en el momento preciso en el que estaba por tirar las sobras que correspondían a la composta.

El lingüista Michael Tomasello[iii] propone que el origen del lenguaje humano no radica en una gramática universal, sino en un proceso de enculturación previo. Este proceso destaca la importancia de la vinculación entre pares a través de intenciones, atenciones conjuntas y motivos comunes. Esta necesidad de vínculo a través de la interacción para un propósito común permite una evolución diferenciada que da origen a la especie humana. La etnografía consiste en una reflexión activa sobre esta capacidad humana: reparar en qué están prestando atención los miembros de una comunidad. Vinciane Despret[iv], filósofa y poeta de la atención, convoca a “suscitar, inducir, hacer existir y volver deseables otros modos de atención”. Con este llamado, nos invita a observar dónde ponen su atención otras comunidades, otras especies y otros colectivos, y a ejercitar la práctica de conceder atención. Asimismo, nos propone ajustar las escalas a las que dirigimos nuestra mirada, de modo que, a través del aprendizaje que la contemplación ofrece, podamos apreciar otras artes de vivir que nos den oportunidades de enriquecer el mundo.

Desde el primer momento en el que una entra a un espacio de la Nación N’dee/N’nee/Ndé se percibe una atención conjunta al cuidado del medioambiente. De un momento a otro una se da cuenta que incorporó ese cuidado por la tierra, por las plantas y por los seres no humanos mientras participa de las actividades. Son menos las instrucciones como la que yo recibí de Miguel, por el contrario, se experimenta de una serie de prácticas y conversaciones constantes que crean un ambiente de atención y cuidado en el entorno.

Escalas territoriales

Defender el agua en Coahuila

Entre los objetivos de la Nación N’dee/N’nee/Ndé la defensa ambiental es central. Para ello, se vinculan no solo con otras comunidades indígenas, sino también con movimientos sociales y comunitarios. Odih’ké invitó a la ceremonia a Juan Gamboa Maldonado, miembro de “Sí A la Vida” y de los “Custodios del Agua del Arroyo San Miguel”, colectivos que defienden el agua en el Corredor de la Sierra de la Paila, en Coahuila, México. Aunque Juan tiene una apariencia dura, transmite ternura y calma en la interacción. Odih’ké lo respeta profundamente y valora su sabiduría.

Durante los días de la ceremonia, Juan Gamboa Maldonado se integra, colabora, participa, hace relaciones y amistades; ayuda en la cocina y alimenta a los participantes. En un espacio entre comidas, se acercó a mí y me platicó sobre el Corredor de la Sierra de la Paila, sobre los siete ejidos que se están quedando sin agua debido a las agroempresas vitivinícolas y nogaleras que, coludidas con la Comisión Nacional del Agua, están vaciando el arroyo San Miguel y dejando a la gente sin recursos para consumo, agricultura y ganadería, y, por ello, sin opciones para permanecer en ese territorio. Se acercó a mí, no porque haya algo particular en mí, sino que se acerca con cualquier persona para conversar, conectar, interactuar. Un campesino de toda la vida sabe que, para cosechar comunidad, primero hay que cultivarla. Entre la Nación N’dee/N’nee/Ndé y los líderes campesinos hay un cultivo comunitario mutuo.

Esta práctica de cultivo comunitario se extiende a la participación de la Nación N’dee/N’nee/Ndé en el Proyecto de Preservación y Conservación del Río Sabinas. La nant’an Emma Palacios Hernández desempeña un papel clave en la coordinación de acciones y estrategias con otras comunidades para proteger el río, el cual atraviesa los territorios de las comunidades kikaapoa y mascogos. Su trabajo busca enfrentar la contaminación por aguas residuales y desechos mineros a través de estrategias legales y demuestra cómo la Nación N’dee/N’nee/Ndé fortalece sus vínculos con diferentes comunidades en su compromiso con la conservación ambiental.

Durante la ceremonia, en uno de esos apreciados recesos entre actividades que permiten conversar, crear redes y amistarse, Odih’ké se acercó a preguntar a Juan cuál es su percepción sobre las redes comunitarias de la Nación N’dee/N’nee/Ndé, él respondió que puede ver algunas dinámicas que van hilando una potente comunidad, sin embargo, él cree que les hace falta hablar más de la tierra.

(Foto 4. Odih’ké interviniendo como intérprete de inglés-español para Juan Gamboa Maldonado y Bob Stevens).

Haciendo alusión a la filósofa india Gayatri Chakravorty Spivak[v], podemos preguntarnos ¿puede la tierra hablar?, y si nos habla, ¿conocemos su lengua para comunicarnos con ella? La Nación N’dee/N’nee/Ndé está en el proceso de descubrir un lenguaje que le permita hablar de la tierra, hablar con la tierra y hablar por la tierra.

Defender el territorio en Ciudad Juárez

La Nación N’dee/N’nee/Ndé reflexiona constantemente sobre el concepto de territorio, ya que, irónicamente, después de haber sido objeto de exterminio y despojo por parte de los Estados mexicano y estadounidense, ahora se les exige cumplir con ciertos criterios para ser reconocidos como comunidades indígenas. Según la Constitución mexicana, “son comunidades integrantes de un pueblo indígena aquellas que forman una unidad social, económica y cultural, asentadas en un territorio y que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus usos y costumbres”.

En su esfuerzo por recuperar el territorio originario, la Nación N’dee/N’nee/Ndé se ha enfrentado a un gran obstáculo: cuando intenta averiguar quién posee los terrenos públicos para solicitar su uso como pueblo indígena, descubren que están en manos de un puñado familias que controlan y descomponen Ciudad Juárez, aun cuando parece que ya no tienen más que repartirse.

Martín Tafoya, nant’an de Ciudad Juárez, entiende bien esta paradoja, ya que desde hace años lucha incansablemente contra las empresas que controlan gran parte de Ciudad Juárez y sus alrededores. Ha sido testigo de cómo el saqueo ha enriquecido a unas pocas familias a costa del abandono de la ciudad. Como representante de la Nación N’dee/N’nee/Ndé, Tafoya ha liderado la resistencia, defendiendo áreas clave como el Río Bravo, la Sierra Muleros y Samalayuca, que son fundamentales en la lucha de su comunidad por preservar su tierra y cultura.

(Foto 5. Martín Tafoya, nant’an de Ciudad Juárez, trabajando a favor del territorio ancestral y parque público del chamizal. Foto tomada del Facebook Nación N’dee/N’nee/Ndé).

 

Un ejemplo reciente de esta resistencia es la lucha por la defensa de El Chamizal, un parque público federal en Ciudad Juárez que ha sido disputa de conflictos transnacionales. En 1976 un decreto presidencial destinó 256 hectáreas de El Chamizal para uso como parque público federal. En 1987, el gobierno federal cedió la gestión del parque al municipio de Juárez y, desde entonces, a través de concesiones y permisos de uso, el terreno ha sido fragmentado y asignado a iniciativas privadas.

Como representante de la Nación N’dee/N’nee/Ndé, Martín Tafoya participa activamente en los movimientos ciudadanos que buscan recuperar El Chamizal y transformarlo en una zona de restauración ecológica.

La Nación N’dee/N’nee/Ndé imagina tener un territorio propio, del cual puedan cuidar y atender, y en el camino reimaginan el concepto de propiedad territorial, cuestionan la naturalización de las relación entre comunidad, territorio y población, y especulan un futuro ancestral que ya estaba previsto antes de la división de la tierra en naciones, cuando las tribus n’dee/n’nee/ndé solían recorrer un vasto territorio que abarcaba regiones en Arizona, Texas, Nuevo México, en Estados Unidos, así como Sonora, Chihuahua y Coahuila, en México.

La revisión de mis notas de campo me permitió notar la atención conjunta en el medioambiente que se percibe en las prácticas cotidianas de la Nación N’dee/N’nee/Ndé. Este es un eje transversal que conecta lo menor con lo mayor. Al enfocar la mirada en acciones como el compostaje o la reducción de basura, se revela cómo estas formas de atención cotidiana tejen una ética de cuidado común que trasciende lo cotidiano. Esta atención no solo responde a las necesidades inmediatas del entorno, sino que también se vincula con luchas más amplias, como la defensa del agua y la preservación territorial. Al poner atención en lo pequeño, se habilitan transiciones entre un aquí y un allá, un hoy y un mañana, mostrando que el cambio político requiere de una conciencia constante hacia lo que está en juego, tanto en el presente como en el futuro.

Referencias

Basso, Keith. The Cibecue Apache. Holt, Rinehart and Winston, 1970.

Despret, Vinciane. Habitar como un pájaro: Modos de hacer y de pensar los territorios. Cactus, 2022.

Krenak, Ailton. Futuro ancestral. Companhia das Letras, 2022.

Spivak, Gayatri Chakravorty. ¿Puede hablar el subalterno? Translated by Manuel Asensi Pérez, Museu d’Art Contemporani de Barcelona, 2009.

Tomasello, Michael. Origins of Human Communication. MIT Press, 2008.

[i] Basso, Keith. The Cibecue Apache. Holt Rinehart and Winston, 1970.

[ii] Krenak, Ailton. Futuro ancestral. Companhia das letras, 2022.

[iii] Tomasello, Michael. Origins of Human Communication. MIT Press, 2008.

[iv] Despret, Vinciane. Habital como un pájaro. Modos de hacer y de pensar los territorios. Cactus, 2022.

[v] Spivak, Gayatri Chakravorty. ¿Puede hablar el subalterno? Traducido por Manuel Asensi Pérez, Museu d’Art Contemporani de Barcelona, 2009.

 

 

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