La herencia cultural entendida como lo pasado, el peso asociado con la tradición de un legado cultural previo, agota. De ese agotamiento hemos querido provocar movimiento. Nos ha interesado denominar al nuevo número de LL Journal ‘‘Herencias’’ como un gesto que busca subvertir su idea desde adentro. Para ello, nos hemos propuesto “abrir la palabra” (Susana Draper), como un ejercicio de cuestionamiento, la puesta en circulación de aquella materia sólida que compone la tradición cultural heredada hasta hacerla maleable, porosa. Esto es, en un tiempo como el nuestro, caracterizado por la subversión de los modos de socialización, nos es imposible hablar de ‘‘herencia’’ en singular. Queremos en cambio hablar del contacto activo entre herencias, y por ello atender al desarrollo de subjetividades flexibles a partir del diálogo e intercambio. Queremos hablar de adaptabilidad, de pluralidad, de desplazamientos, de subversiones.

El carácter interdisciplinario de los trabajos que presentamos está estrechamente ligado a nuestro razonamiento, en contextos que se caracterizan por la convivencia conflictiva de herencias que tiene que ver con educación, performatividad de género y traducción. Por ejemplo, las millones de personas hispanohablantes que habitan en Estados Unidos, y deben/tienen que socializar legados culturales propios con los impuestos por una realidad estadounidense. Sin embargo, en este contexto, socializar significa un intercambio, modos de adaptabilidad y apropiación Las subjetividades de dichas comunidades, luego, no pueden ser definidas por la rigidez ni por una naturaleza estática. Todo lo contrario: ellas son, por esencia y por contexto, flexibles; su sola existencia subvierte las repeticiones y cuestiona las imposiciones. Así pues, las ideas de centro (herencia hegemónica) y de periferia (herencias relegadas) son rechazadas en su sentido de tradicional oposición.

Aún más, la edición de la revista también estuvo atravesada por el XXIV Congreso de estudiantes LAILAC: “Cuerpos que ____. Feminismos, cuidados, disidencias”. El congreso tuvo el propósito de generar espacios alternativos de discusión que, de igual manera que nuestro número, pretendían desestabilizar normatividades dominantes en torno al género. Así, como equipo editorial intentamos desde este, nuestro rincón entender y también presentir una realidad en la que las palabras cuidado, interdependencia y solidaridad sean los cuestionamientos e intereses que movilicen nuestro quehacer tanto dentro de la academia como fuera de ella.

Con esta dirección, nuestro número da a conocer cuatro artículos. En ‘‘Las hijas de las madres. Linajes feministas más allá de la orfandad impuesta por la mediación patriarcal’’, María Noel Sosa propone pensar en un linaje feminista en clave antagónica y autonómica de las herencias patriarcales, a partir del reconocimiento de la experiencia histórica a la que se han visto anclados los cuerpos femeninos. En ‘‘El cantor de la miséria de Jacinto Benavente: O retrato de um poeta que traiu seus ideais’’, Rodrigo Conçole Lage reflexiona sobre la figura del poeta como sujeto crítico de sociedades que imponen modos de socialización previamente definidos y hegemónicos. En ‘‘Entre olores, imágenes escatológicas, y baños sucios en Paraíso travel (2002) de Jorge Franco’’, Sandra Medina afirma que el lenguaje de la novela de Franco expone y critica la idea del sueño americano, entendida como herencia migratoria, a partir de imágenes escatológicas (malos olores, lo sucio, los fluidos humanos, etc.). En ‘‘I would like to speak Spanish: language attitudes and behaviors amongst Hispanics’’, Laura Guglani indaga sobre las actitudes y conductas de una comunidad hispánica en una iglesia de Nueva York. La investigadora emplea un acercamiento etnográfico para pensar críticamente sobre el mantenimiento del español como lengua vehicular entre jóvenes de herencias hispanas.

También nos acompañan los textos de escritura creativa, empezando por Nadia Villafuerte quien con “BLACK OUT, de María Moreno”, nos ofrece a modo de ensayo no académico sobre literatura y vida. Por otro lado, “Blondie” de Sophia Gómez Cardeña. “Octubre” de Grace Godinez. Y “Matadero” un fragmento de la novela de Héctor Celis, en donde lenguaje, sintaxis, poco a poco subvierten el constructo devorador de la historia que narra.

El número, además, incluye un dossier de entrevistas. Presentamos, así, una entrevista a Sara Cordón, escritora e integrante de nuestra comunidad, sobre su novela Para español pulse 2. También, Marina Garcés reflexiona a partir de lo que ella entiende por ‘‘poner el cuerpo’’ en el contexto de la construcción de un sujeto politico colectivo. Además, la poeta Enza García Arreaza nos hace saber su perspectiva sobre la producción cultural en Venezuela durante la última década. En cuanto a las reseñas, ofrecemos dos que abordan el tema del número. Rocío del Águila Gracey llama nuestra atención sobre el libro Los mecanismos de la memoria: recordar la violencia en el Perú de Margarita Saona. Ella analiza el uso de imágenes en el conflicto armado en el Perú y que aún tienen vigencia para algunos sectores de la población. Roberto Elvira Mathez reseña el libro Buenos Aires transmedial de Carolina Rolle. Allí nos brinda una lectura distinta para abordar la urbanidad y la literatura, a partir de la intersección “entre lo personal y lo comunitario, entre lo histórico y lo afectivo”.

Asimismo, durante el mes de mayo presenciamos la residencia artística del Niño de Elche. El artista español estuvo una semana en The James Gallery del Graduate Center. Su performance rompe con lo normativo de una presentación de herencia flamenca con el fin de hacer participar al público. La organización de esta experiencia estuvo a cargo de nuestro compañero Daniel Valtueña quien desarrolló este proyecto desde un seminario de curaduría. Finalmente, Louise Vasvári y Susana Draper nos concedieron entrevistas en las que reflexionaron con detalle sobre sus ponencias. De esta manera, esperamos que puedan disfrutar y acompañarnos con la lectura de nuestro número.