Katholieke Universiteit Leuven
Introducción
La enseñanza de ELE en Bélgica así como en España ha experimentado un considerable incremento en las últimas décadas. Tanto en la enseñanza secundaria como en la promoción social, la lengua española goza de un éxito creciente. Además, su metodología avanza paulatinamente por la continua creación de nuevas técnicas, actividades y ejercicios, que hacen más eficaces el trabajo y el aprendizaje en clase así como en casa. Como siguen evolucionando las ideas y propuestas con respecto a la metodología de la enseñanza de ELE, se ha investigado en qué medida corresponden estas propuestas a la metodología de los manuales existentes de, entre otras, Caminos y Aula, y cómo tienen en cuenta estos manuales las necesidades tanto del profesor como del alumno (Vandenplas 50). La investigación de Vandenplas (2011) titulada “El uso de los manuales de ELE en Bélgica y España. Estudio comparativo” se hizo en el marco del Master en Lingüística y literatura de la Katholieke Universiteit Leuven. Además de un estudio de la frecuencia de uso de ciertos manuales de ELE en Bélgica y España, la investigación consta de un análisis evaluativo y valorativo desde el punto de vista de los profesores mismos sobre el manual con que trabajan en sus clases de ELE. Salieron de la investigación Caminos y Aula como los manuales de ELE más frecuentemente utilizados en Bélgica y España, respectivamente. En total, 44 profesores de ELE han sido encuestados.
En lo que sigue se presentan, primero, los criterios metodológicos propuestos por García Santa-Cecilia (2000) y Buyse (2006) sobre lo que debería hacer el profesor y cómo debería ser el curso de ELE, respectivamente, antes de basar la valoración de los dos manuales en los propios criterios y la opinión de los profesores que trabajan con dichos manuales.
1. Los criterios metodológicos de Santa-Cecilia (2000) y Buyse (2006)
1.1. El desarrollo del curso de ELE: ¿qué debería hacer el profesor?
1.1.1. El desarrollo de un curso de ELE es un proceso
El curso de ELE no consiste en un sólo método o conjunto de material didáctico previamente compuesto, sino que pide al profesor una actitud flexible, creativa e integradora para desarrollar el curso de ELE adaptándolo de manera continua a las situaciones de enseñanza y las necesidades de sus alumnos. Según Santa-Cecilia (10), al desarrollo del curso de ELE contribuyen cinco procesos dirigidos por el profesor, a saber: el análisis de las necesidades de los alumnos, la definición de los objetivos, la selección y disposición de los contenidos, la selección de las actividades y materiales de aprendizaje, y la determinación de los procedimientos de evaluación. Sin embargo, no son importantes los procesos in se, sino la manera en que los profesores traducen estos procesos en su curso de ELE eligiendo los aspectos más adecuados para ellos y sus alumnos.
1.1.2. El análisis de las necesidades del alumno
En una época en que la enseñanza está centrada en el alumno, el primer proceso de desarrollo del curso de ELE es el análisis de las necesidades del mismo. Éste puede interpretarse de dos maneras. Por una parte, desde el punto de vista de la lengua, se analizan las necesidades lingüísticas y cognitivas, o sea objetivas, de los alumnos en una determinada situación de comunicación. Los datos fácticos obtenidos por este análisis de las necesidades objetivas permiten al profesor definir los objetivos generales relacionados con los contenidos lingüísticos del programa.
Por otra parte, el concepto de necesidades puede referir, de forma subjetiva, a las necesidades del alumno como individuo en la situación del aprendizaje. El análisis de necesidades subjetivas, por su parte, permite orientar el proceso de aprendizaje de los alumnos e ir modificando en lo necesario los objetivos inicialmente establecidos. Orientándose hacia el proceso de aprendizaje, esta interpretación se centra en la importancia de considerar los intereses y expectativas manifestados por los propios alumnos.
Es decisivo que tanto el profesor como el alumno reconozcan la importancia de la contribución de este análisis al proceso de enseñanza y aprendizaje y, sobre todo, que el alumno participe en ello. En este sentido es importante la retroalimentación que reciba el profesor del alumno y la negociación o intercambio de puntos de vista y valoraciones para llegar a la incorporación de lo necesario en el curso de ELE.
Además, la consideración de las necesidades, intereses y expectativas particulares de los alumnos es necesaria para seguir motivándolos. La motivación no se consigue basando las actividades en clase únicamente en un libro de textos o manual, que suele ofrecer materiales variados y ejercicios organizados, sino que pide al profesor adaptar y modificar los materiales disponibles en el manual e incluir materiales didácticos nuevos en respuesta a las demandas particulares de los alumnos.
Tanto el análisis de las necesidades como la definición de objetivos y la evaluación están intrínsecamente vinculados y ocupan el lugar central en el desarrollo del curso de ELE. Por último, es importante saber que la realización de estos tres aspectos no es algo que ocurre sólo una vez sino que debe ser repetido a lo largo del desarrollo del curso de ELE.
1.1.3. La definición de los objetivos
El segundo proceso en el desarrollo del curso de ELE es la definición de los objetivos que, así como el análisis de necesidades de los alumnos, debe realizarse de manera constante. Antes que nada, hace falta aclarar el concepto de objetivos puesto que tiene varias interpretaciones según el punto de vista. Primero, puede referirse a lo que el propio profesor debe hacer en clase. Luego, los objetivos pueden describir lo que se espera que los alumnos sean capaces de hacer como resultado o producto del curso. Por último, pueden referirse a los contenidos particulares que se pretende que los alumnos aprendan en cada una de las lecciones o unidades del programa. La mayoría de las veces, estos objetivos se hallan al principio de cada unidad del libro de textos o manual para que sepa el alumno lo que se espera de él.
Por consiguiente, el profesor siempre debe preguntarse si los objetivos generales y particulares están claramente establecidos y si reflejan verdaderamente las necesidades y expectativas de los alumnos, además de las creencias y convicciones del propio profesor sobre la naturaleza de la lengua y su aprendizaje. De ahí que la definición de objetivos deba realizarse regularmente a lo largo del curso de ELE. Además, en el marco del aprendizaje autónomo y la importancia de la colaboración al curso de los alumnos, éstos deben estar al corriente de lo que se espera que conozcan y sepan hacer durante y al final del curso. Si saben los alumnos cuáles son los objetivos y los criterios de evaluación pueden continuar el camino del aprendizaje de manera más consciente y segura, lo que seguramente tendrá un impacto positivo sobre los resultados.
En suma, es imprescindible que sepan tanto los profesores como los alumnos qué necesitan aprender estos últimos para alcanzar los objetivos definidos. De ahí que el profesor ayude a orientar, en función de los objetivos, la selección de los materiales y las actividades de aprendizaje.
1.1.4. La selección de los contenidos
Otro proceso de desarrollo del curso de ELE es el de la selección y gradación de contenidos, tanto lingüísticos como extralingüísticos. Por contenidos se entienden literalmente los aspectos gramaticales, léxicos, fonéticos y temáticos (en otras palabras, los contenidos lingüísticos), así como los aspectos culturales, históricos y artísticos de la lengua meta (los contenidos extralingüísticos), que deben aprender los alumnos de la manera en que están descritos por nivel en el currículo del instituto de idiomas y en el MCER1. Además, a partir de la década de los 80, se pone más énfasis en los procesos psicolingüísticos que se activan en la comunicación y en el reconocimiento de la importancia para el alumno de participar activamente en los procesos de aprendizaje. Por consiguiente, se incorporan cada vez más los aspectos de la propia comunidad de habla de los alumnos, las normas y valores, además de los problemas derivados de los procesos de integración cultural para que experimenten los alumnos de manera más personal el aprendizaje de la lengua y cultura extranjeras en comparación con las propias. Los contenidos pueden limitarse a una serie de reglas y de elementos gramaticales y léxicos, o bien pueden incluir aspectos vinculados a distintas competencias de los alumnos o a factores de carácter social o cultural. Con respecto al enfoque del programa se puede poner énfasis en los contenidos o en la metodología. Por un lado, se pueden considerar como la columna vertebral o “lógica interna” los contenidos del curso de ELE que deben ser completados y elaborados por la selección de materiales y actividades que influyen positivamente el proceso de aprendizaje. Por otro lado, puede ser más importante para algunos profesores el proceso de aprendizaje en el que se derivan los contenidos de la experiencia de aprendizaje del alumno y de los procesos naturales de adquisición del lenguaje. Finalmente, también para la selección y gradación de contenidos, es importante la negociación continua entre el profesor y sus alumnos, y el intercambio entre los diferentes estadios de desarrollo del curso.
1.1.5. La selección de las actividades y de los materiales
El quinto proceso de desarrollo del curso de ELE es el de la selección y gradación de actividades y materiales didácticos, lo que se llama la metodología. Por metodología se entiende aquí el método de enseñar a los alumnos ELE, incluso el material didáctico que se utiliza en el proceso de enseñanza. Hoy en día, la metodología de la enseñanza ELE se caracteriza por las actividades de tareas centrándose en la idea de que la lengua no es sólo algo que el alumno aprende sino, sobre todo, algo con lo que hace cosas. En el programa que se centra en la tarea, los procesos psicológicos implicados en el aprendizaje tienen prioridad sobre el análisis lingüístico centrado en el producto o resultado que el alumno debe llegar a dominar. En vez de basarse en cualquier especificación previa de contenidos, se puede centrar en el proceso de aprendizaje del alumno o la metodología (ej. las estrategias de aprendizaje) para elaborar los contenidos lingüísticos y extralingüísticos.
En cuanto a la pura selección de actividades, mejor se encuentre buen equilibrio entre las actividades auditivas, visuales, racionales y creativas para que practiquen los alumnos la lengua española en todos sus aspectos desarrollando cada tipo de competencia comunicativa. Además, la selección de actividades y ejercicios debe estar en función del enfoque general del curso de ELE y debe servir para el alumno como ayuda para alcanzar al final del curso los objetivos generales y particulares establecidos en el MCER y en el plan curricular del instituto.
1.1.6. La determinación de los procedimientos de evaluación
El último proceso de desarrollo del curso de ELE es el de la determinación de los procedimientos de evaluación. En cuanto a la evaluación se distinguen dos tipos, a saber: la evaluación sumativa y la formativa (Morales Gálvez 162). Mientras que la evaluación sumativa (evaluación del producto o resultado) permite al alumno comprobar que ha alcanzado un determinado nivel de aprendizaje al final del proceso, la evaluación formativa (evaluación del proceso o la trayectoria que lleva a alguien al resultado) permite situar al alumno en la etapa del proceso de aprendizaje y proporcionarle ayuda para solucionar sus eventuales dificultades. A partir de la evaluación se toman decisiones con respecto a los objetivos del curso y el mejor método posible para que los alcancen los alumnos.
Asimismo, es útil incorporar en el proceso de evaluación la autoevaluación, tanto de los alumnos como del propio profesor, porque mirando de manera crítica su propio proceso (o resultado) de aprendizaje y de enseñanza ayuda al alumno y al profesor a estar más conscientes de su proceso. Cuando sabe el alumno lo que se espera de él y cuando está consciente de los criterios de evaluación, será capaz de controlar su propio proceso de aprendizaje y lograr los objetivos tanto lingüísticos como personales.
1.2. Los criterios del Entorno M@estro
En la línea de los procesos propuestos por Santa-Cecilia (cf. supra), basados en lo que debe hacer el profesor para desarrollar un curso de ELE óptimo, la visión de Buyse (2006) enfoca cómo debe ser tal curso. Esta perspectiva, que cuadra en el enfoque comunicativo del aprendizaje y pone énfasis en la enseñanza centrada en el alumno, se llama el Entorno M@estro, que defiende la creación y constante actualización de un “entorno” Motivador,Agradablemente Académico, Ecológico, Semi-integrado, Traslúcido, Rutinario y Omnímodo. Además, se centra en la idea de que el profesor se convierte en guía o tutor que “acompaña al alumno en la búsqueda y selección de los datos más pertinentes, su análisis crítico, su síntesis y su evaluación, para que el alumno pueda usar de manera autónoma los conocimientos, actitudes y destrezas adquiridos anteriormente” (Buyse M@estro, mi visión 1) y que sepa aplicarlos en nuevos contextos comunicativos. Por consiguiente, el Entorno M@estro presume la importancia del autoaprendizaje asistido. El método fue premiado por la UE en 1999 y todavía sigue actualizando y enriqueciéndose anualmente.
En lo que sigue, se discutirá la sigla de M@estro cuyas letras iniciales forman los siete adjetivos que deben caracterizar el entorno educativo en función del buen curso de ELE.
1.2.1. Motivación
En primer lugar, la motivación es un factor imprescindible para el proceso de aprendizaje del alumno eficaz y lucrativo. Por motivación se entiende tanto el entusiasmo por el campo de su docencia que transmite el profesor de ELE a través de la enseñanza a fin de motivar a sus alumnos, como el interés personal que tiene el alumno por la lengua y cultura hispanohablantes, y la motivación para aprenderlas. Además, la motivación y actitud positiva hacia la lengua tienen buena influencia en el nivel de adquisición lingüística de este último. Como la actitud frente al ELE de ambos partidos puede influir uno a otro, es importante que tanto el profesor como los alumnos estén motivados. Eso se consigue, por ejemplo, “tomando en cuenta como profesor los estilos de trabajo de los alumnos y distinguiendo claramente los componentes centrales de los elementos secundarios y los de conocimiento pasivo de los de conocimiento activo”. (Buyse M@estro, mi visión 1) La motivación y el entusiasmo del profesor también continuarán consiguiéndose cuando las clases se realizan en un entorno de estudiantes motivados.
1.2.2. Agradablemente Académico
El Entorno M@estro defiende la creación y constante actualización de un “entorno” donde se unan enseñanza e investigación. La investigación, en este caso, se entiende como el análisis de las necesidades de los alumnos y, en el marco más amplio, el análisis de cómo sigue evolucionando el sistema educativo y el enfoque de la enseñanza durante las últimas décadas. Teniendo en cuenta los resultados de tales investigaciones, se debe adaptar la enseñanza del curso de ELE hasta que se encuentre en ella el equilibrio entre lo agradable y lo académico, y esto en función del público. El curso de ELE debe ofrecer actividades lúdicas, variadas e interactivas (rimas, rebuscados, juegos de palabras, canciones, poemas, adivinanzas, etc.). En consecuencia, cuando encuentra el curso de ELE un buen equilibrio entre lo académico y lo agradable, el alumno considerará el estudio del español como reto y seguirá siendo motivado durante el curso entero.
1.2.3. Ecológico
La característica siguiente del curso de ELE insiste en el uso “ecológico” del material didáctico, o sea, es necesaria “la confección de material reciclable que permite tocar la materia varias veces, pero de forma ligeramente cambiada”. (Buyse M@estro, mi visión 2) Además, “varias investigaciones psicolingüísticas han demostrado que la materia se queda en la memoria tanto más cuanto que el alumno se confronta con ella”, por ejemplo, a través de repeticiones, nuevas aplicaciones en otros contextos y recapitulaciones esquemáticas. (Buyse Vakdidactisch seminarie 63) Por ello, se puede relacionar el carácter ecológico con el aspecto rutinario o repetitivo (véase más abajo) del curso de ELE.
1.2.4. Semi-integrado
La siguiente característica del buen curso de ELE enfoca la importancia de la presentación de la lengua meta en su conjunto, como un todo integrado, trabajando no sólo un aspecto lingüístico separado sino diferentes aspectos a la vez. Por una parte, se debe enseñar la lengua en su totalidad porque importa más ver cómo funciona la lengua en su naturalidad que subdividirla en sus componentes específicos. De esta manera, se puede incorporar, por ejemplo, el vocabulario, la gramática y la cultura durante las actividades de pronunciación. (Buyse Vakdidactisch seminarie 63) Por otra parte, para ciertos componentes, como la adquisición del vocabulario, se requieren en una primera fase actividades específicas más cerradas (semi-integración) antes de pasar a las actividades abiertas en un contexto comunicativo realista.
1.2.5. Traslúcido
Todo el material didáctico debe estar presentado y utilizado de manera lógica y eficaz, o sea traslúcida o transparente. Por un lado, es imprescindible la transparencia del material, a saber: la presentación de la lengua real mediante material auténtico y actual, contextos reales, ejercicios variados e interactivos, etc. Por otro lado, es importante la transparencia del marco: el alumno debe estar al corriente de los objetivos y los criterios de evaluación, así que puede manejar y controlar su propio proceso de aprendizaje. La transparencia del material didáctico y del marco de ELE estimula el autoaprendizaje asistido así como la autoformación “para toda la vida”.
1.2.6. Rutinario
No se puede aprender una lengua sin hacer un esfuerzo constante, tanto intencional como incidentalmente. No hay progreso posible sin contacto permanente y cada vez más amplio con el idioma (Buyse Vakdidactisch seminarie 63).
Una clase de ELE también debe ser rutinaria. La rutina en forma de ejercicios de repetición o cuadros de recapitulación ayuda al alumno a recordar mejor la materia y, además, aplicarla después espontánea y activamente en diversas (nuevas) situaciones comunicativas. En consecuencia, es altamente eficaz repetir de manera esquemática al final de cada capítulo los elementos más importantes. Por medio de la recapitulación frecuente, “la memoria visual permitirá almacenar mejor los elementos clave del capítulo que han sido tratados”. (Buyse Vakdidactisch seminarie 63) Finalmente, el alumno debe tomar la responsabilidad de su propio proceso de aprendizaje haciendo él mismo un esfuerzo constante, tanto en clase como en casa.
1.2.7. Omnímodo
Bajo el carácter omnímodo se entiende el uso variado de diferentes métodos y medidas en la clase de ELE: ejercicios tanto auditivos y visuales como racionales y creativos que ventajean el proceso de aprendizaje. Como varios estudios psicolingüísticos han demostrado que tanto el hemisferio derecho como el izquierdo están implicados en el aprendizaje, el docente debería recurrir a todos los medios disponibles en el curso de ELE. Puesto que la variación estimula el aprendizaje de los alumnos, en el curso de ELE, se centra cada vez más en un blended learning, que combina diferentes métodos y materiales tradicionales, por un lado, y las TIC, por el otro. Además, este tipo de trabajar constituye otra manera para motivar a los alumnos. Sin embargo, la selección de los métodos de trabajo debe ser basada en lo que prescribe el MCER, en función de los objetivos particulares de cada curso de ELE.
2. Estudio comparativo de casos
En lo que sigue, miramos más en detalle la aplicación en los manuales de Caminos yAula2 de las propuestas metodológicas presentadas anteriormente con respecto a la estructura del material, los contenidos y la metodología, el lugar que ocupa el alumno en el proceso de aprendizaje y los procedimientos de evaluación que se emplean, basándonos, además, en las valoraciones de los profesores de ELE que trabajan con dichos manuales.
2.1. La estructura
En cuanto a la estructura, tanto Caminos como Aula están compuestos lógicamente según el nivel de los estudiantes, tanto de manera interna (dentro del mismo manual) como externa (a través de la serie entera de manuales), lo que según el 82 por ciento de los profesores encuestados que trabajan con dichos manuales3 contribuye a la actitud positiva del alumno frente al aprendizaje de la lengua.
Dentro de los manuales se organizan las unidades por tema y por dificultad con respecto a la gramática, el léxico, etc. De manera externa, o sea, entre los distintos niveles del manual, existe también una relación de continuidad temática y metodológica. En Aula, por ejemplo, cada unidad se compone de cuatro partes que se repiten, a saber: comprender (la introducción del tema y la presentación de los objetivos de estudio), explorar y reflexionar (los actos de la lengua y las estructuras gramaticales), practicar y comunicar (la práctica lingüística y comunicativa de la lengua, “microtareas comunicativas” y la interacción comunicativa) y viajar (presentación del mundo y la cultura españoles). Además, según la gran mayoría de los profesores encuestados, se vinculan claramente los materiales didácticos de todas las unidades por medio de referencias para que el alumno pueda conectar fácilmente sus contenidos gramaticales y léxicos.
En Caminos, como en Aula, se da importancia a la transparencia, tanto del marco general como del propio material. Por un lado, se explican en las introducciones, para el profesor y el alumno, la manera de trabajar y cómo se utilizan bien los manuales en general. Además, al principio de cada nueva unidad o capítulo se describen los objetivos generales y específicos que deberían ser alcanzados por el alumno al final del mismo. De esta manera el alumno está al corriente de lo que se espera que sepa o sepa hacer durante y después de su proceso de aprendizaje. Por otro lado, además de utilizar materiales auténticos y variados, se comunican al alumno el carácter de la tarea y la posición que ocupan ciertos ejercicios dentro de su proceso de aprendizaje. Por ejemplo, en ambos manuales se distinguen claramente por iconos las destrezas receptivas y productivas (comprensión y expresión oral y escrita) que se proponen desarrollar y practicar en algún ejercicio. Luego, se presta mucha atención a la optimización del espacio en función del aprendizaje máximo, por ejemplo, escribiendo en letras las cifras al pie de página y utilizando cuadritos con excepciones al lado de los ejercicios. Este método rutinario y ecológico permite al alumno repetir y recapitular la materia de diferentes formas así como de manera activa y pasiva. Lo que es llamativo respecto a la comparación entre Caminos y Aula, es que ambos constan de un repaso gramatical al final mientras que sólo Caminos contiene también dos listas de vocabulario, a saber: una que organiza todo el léxico por unidad y otra que lo presenta de manera alfabética.
Otra diferencia clara entre los manuales se sitúa en el campo de la composición del material en general. Mientras que el material didáctico de Caminos consiste básicamente de un libro del alumno, un cuaderno de ejercicios, un libro del profesor y un CD audio, Aula también consta de un anejo con información cultural sobre España y Latinoamérica. Finalmente, según el 91 por ciento de los profesores de ELE encuestados que trabajan con Caminos oAula, el alumno y el profesor pueden utilizar de manera eficaz estos manuales y, además, opinan integralmente que le dan bastante espacio al profesor para integrar en las clases su propia creatividad.4
2.2. Los contenidos y la metodología
En cuanto a los contenidos, primero, Caminos y Aula obtienen buenos resultados con respecto al uso de materiales didácticos auténticos y actualizados: el 86 por ciento de los profesores de ELE encuestados que trabajan con estos manuales opinan que ambos integran elementos auténticos, lúdicos, variados y actuales, tal como fotos, dibujos, títulos y artículos de periódicos, fragmentos de vídeo y radio… Este entorno agradablemente académico y traslúcido motiva y entusiasma tanto al alumno como al profesor.
Además, afirma el 82 por ciento de los profesores que utilizan Caminos o Aula que el contexto del vocabulario presentado está adaptado a los intereses de los alumnos. Como la mayoría de los alumnos pretenden aprender la lengua española con el objetivo de conocer su cultura y país, así como para poder comunicarse cuando se van de vacaciones (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 52), el vocabulario presentado en los niveles iniciales tiene que ver con los elementos culturales (la comida típica, las costumbres, etc.), el vocabulario y la gramática necesarios para funcionar independientemente en el entorno hispanohablante.
Además, parece de la encuesta que tanto Caminos como Aula invitan al alumno a utilizar este vocabulario presentado en el manual en situaciones concretas actuales, como la presentación de los documentos de identidad y de reservación en la recepción de un hotel o en el aeropuerto. Aunque el material didáctico utilizado proviene tanto de España como Latinoamérica, según los respondientes, en Caminos más que en Aula se presta atención a las diferencias gramaticales y léxicas entre el español de España y Latinoamérica. Sin embargo, según el 82 por ciento de los encuestados que trabajan con Caminos y Aula, ambos manuales parecen prestar bastante atención a la presentación de las diferencias culturales entre España y América Latina. En Aula, por ejemplo, se añaden al final unos anejos que contienen informaciones culturales de España y Latinoamérica, lo que permite al alumno reflexionar sobre la diversidad de la cultura hispanohablante. Además, sobre todo enAula, se toma en cuenta la comparación entre la cultura hispanohablante y la del alumno. En este sentido tienen un carácter traslúcido por integrar la lengua real y las diferencias lingüísticas y culturales auténticas en un contexto real y auténtico. Finalmente, a los diferentes registros de la lengua española también se presta bastante atención al incorporar, por ejemplo, ejercicios comunicativos en los que el alumno debe transformar algunas frases dadas y adaptarlas a la situación y el interlocutor dados. En este sentido, según los resultados de la encuesta, sobre todo Caminos tiene un carácter integrado presentando la lengua española en su totalidad y naturalidad. En cuanto a la metodología, primero, el 91 por ciento de los respondientes opinan que los manuales presentan a los profesores de ELE materiales didácticos flexibles que pueden explotarse de distintas formas, por lo que son útiles, según el 64 por ciento de los mismos, para múltiples estilos de aprendizaje y de enseñanza. Un ejercicio cerrado por escrito, por ejemplo, puede cambiar en un diálogo o una discusión entre compañeros de clase mientras que esperan hasta que esté listo el resto de la clase. Además, en Caminos, como en Aula, se enfoca la importancia de no sólo el conocimiento de la lengua sino también del uso activo y creativo de las normas y convenciones en la comunicación. Por consiguiente, la gran mayoría de los respondientes indican que los dos manuales prestan atención a la aplicación del conjunto de los elementos gramaticales, léxicos y culturales en contextos concretos. En consecuencia, está claro el objetivo final de los manuales, es decir, que el alumno sepa comunicarse con cierta fluidez en español. Sobre todo en Aula parece aplicarse dentro del manual el conjunto de los conocimientos, las destrezas y actitudes adqueridos por el alumno.
También llama atención el hecho de que, según el 86 por ciento de los profesores que trabajan con Caminos y el 75 por ciento de los que trabajan con Aula, su manual maneja un buen equilibrio entre las actividades que ponen énfasis en el producto y otras que lo ponen en el proceso. En el nivel particular, constatamos de la encuesta que, sobre todo en Aula, las unidades se elaboran de manera gradual (semi-integrado), a saber: primero se expone el material preliminar antes de practicarlo en contextos cerrados y semi-cerrados, para terminar por las actividades libres y tareas en las que se debe juntar todo lo que se ha aprendido antes.
2.3. El lugar del alumno en la enseñanza
En este párrafo, describimos de qué manera el alumno ocupa un lugar central en los manuales de ELE y por medio de qué iniciativas se hace consciente de su propio proceso de aprendizaje. Primero, es llamativo el resultado positivo de los manuales con respecto al énfasis que se pone en lo comunicativo, es decir: que según la encuesta, tanto en Caminoscomo en Aula el alumno debe ser capaz de sintetizar la lengua que ha sido dividida en una serie de pequeños trozos, de practicarlo todo separadamente y aplicarla después con una finalidad comunicativa. Además, los manuales ponen énfasis en la inducción, invitando al alumno a inducir, por ejemplo, las reglas del uso del subjuntivo a partir de un artículo de opinión auténtico sobre la situación económica o política del país. En segundo lugar, los manuales parecen presentarse fuertemente al alumno como medio en la enseñanza de ELE en el que él mismo ocupa un lugar central. Mediante los ejercicios del manual, el alumno debe estar consciente de su propio proceso de aprendizaje y debería dirigirlo él mismo, por ejemplo, autoevaluándose regularmente. Además, en Aula se enfoca la utilidad del apoyo en línea y el DVD de los que consta el manual, lo que estimula entre los alumnos el “aprender a aprender” por medio de las TIC (criterio de lo omnímodo). Según los resultados, sobre todoCaminos les hace autoevaluarse a los alumnos durante las actividades y explica claramente qué destrezas estas actividades aspiran a practicar.
Además, según el 64 por ciento de los profesores de ELE encuestados, Caminos yAula le dan al alumno suficiente posibilidad y responsabilidad para corregirse a sí mismo durante las actividades. Aunque los manuales parecen ser flexibles en el sentido de que se puede adaptar el material didáctico presentado a las necesidades y expectativas del alumno, el 55 por ciento de los respondientes opinan que tanto el manual de Caminos como el deAula toman demasiado poco en cuenta las variables individuales y los estilos de aprendizaje de los alumnos. El 43 por ciento de los profesores de ELE qua trabajan con Aula consideran que en el manual faltan más ejercicios de sistematización. Caminos, al contrario, parece constar sobre todo de ejercicios del mismo tipo de manera que, según un cuarto de los encuestados, se aburren los alumnos.
2.4. La evaluación
Es imprescindible evaluar sistemáticamente al alumno, tanto de manera sumativa como formativa, para que éste sea consciente de sus puntos fuertes y débiles con el fin de dirigir su propio proceso de aprendizaje. Asimismo hace falta evaluar de manera sistemática la metodología para poder seguir respondiendo a las necesidades de los alumnos para que estos, de su parte, puedan alcanzar los objetivos prescritos. Según los resultados de la encuesta, tanto Caminos como Aula parecen determinar claramente el objetivo final del alumno, que es la comunicación con fluidez en español. Además, se afirma unánimemente que las actividades dentro de los manuales ayudan al alumno a adquirir las destrezas tal como están descritas al principio de cada capítulo. En cuanto a la autoreflexión y autoevaluación, según los resultados, Caminos y Aula parecen permitir al alumno reflexionar regularmente sobre su propia práctica. Por un lado, sobre todo Aula parece darle al alumno la posibilidad de evaluar el proceso del aprendizaje, o sea, la experiencia con las actividades y su desarrollo personal, mientras que Caminos no ha sido evaluado tan positivamente con respecto a este punto. Por otro lado, ambos manuales permiten al alumno evaluar el producto del aprendizaje, o sea, su conocimiento de la lengua española, por medio de ejercicios de repaso. Contrariamente a la evaluación del propio producto y proceso de aprendizaje del alumno, Aula parece prestar más atención a la evaluación global, que consta de juntar los conocimientos y las destrezas desarrollados en una actividad más amplia. Caminos, al contrario, no parece adoptar el enfoque por tareas haciendo hincapié más en el producto del aprendizaje. Además, sólo Aula permite al alumno evaluar a sus compañeros de clase para aprender más sobre su propio aprendizaje. En este manual se pide al alumno, por ejemplo, que describa un personaje por escrito y que lea después las frases para que adivine su compañero de quién se trata. De esta manera, ambos alumnos tienen la oportunidad de corregir tanto a sí mismo como a su compañero de clase y reflexionar juntos sobre sus procesos de aprendizaje diferentes.
3. Conclusión
Gracias a la presencia del plurilingüismo en la agenda política de la UE y la dispersión activa del español desde el Instituto Cervantes, la lengua y cultura españolas conocen hoy en día una popularidad e importancia crecientes tanto en Bélgica como España. En general, sigue avanzando paulatinamente la metodología que, durante las últimas décadas, pone central al alumno, sus necesidades e intereses, el uso de la lengua en situaciones reales y la conciencia del propio proceso de aprendizaje. Puesto que es imposible prescribir y definir cómo debe desarrollarse el curso de ELE porque el proceso de aprendizaje cambia continuamente, sólo se propone fijar el producto o los objetivos generales y específicos de la enseñanza en los documentos oficiales del Marco Común Europeo de Referencias y el Plan curricular del Instituto Cervantes.
Basándonos en los criterios de Santa-Cecilia (2000) y Buyse (2006/2009), en los objetivos fijados en los documentos oficiales así como en las evaluaciones subjetivas de los profesores de ELE encuestados por la investigación de Vandenplas (2011), sacamos las conclusiones siguientes. En primer lugar, tanto en Caminos como en Aula se presta mucha atención a la transparencia del marco general y del propio material introduciendo los objetivos al principio de las unidades, la manera de trabajar del manual y la posición que ocupan los ejercicios dentro del proceso de aprendizaje. Además, pese al espacio limitado del que disponen los manuales, se da importancia a lo rutinario, o sea, la repetición y recapitulación de la materia de formas diferentes, tanto de manera activa como pasiva. Además de un repaso gramatical, Caminos incorpora un glosario con todo el vocabulario visto, estructurado por unidad. En cuanto al material didáctico, ambos manuales crean, según los respondientes, un entorno agradablemente académico integrando elementos auténticos lúdicos y variados que provienen tanto de España como de América Latina y que invitan al alumno a comparar la cultura hispanohablante con la propia cultura. Aunque en los manuales se presentan las diferencias culturales entre España y América Latina, sólo Caminos parece prestar atención a sus diferencias gramaticales y léxicas (semi-integrado). En cuanto a la metodología, generalmente se enfocan el uso activo de las normas y convenciones en la comunicación, y la aplicación del conjunto de destrezas más que sólo del conocimiento. La comunicación con fluidez en español es el objetivo final que tienen en común los manuales. En Caminos, como en Aula, parece ser importante la conciencia del propio proceso de aprendizaje y la posibilidad de dirigirlo autoevaluándose regularmente. Además, el 55 por ciento de los encuestados que trabajan con Caminos y Aula opinan que estos manuales toman demasiado poco en cuenta las variables individuales y los estilos de aprendizaje de los alumnos. En cuanto a la evaluación, Caminos no parece adoptar, contrariamente a Aula, el enfoque por tareas haciendo hincapié sobre todo en la evaluación del producto del aprendizaje. Sin embargo, Aula parece invitar al alumno a reflexionar tanto sobre el proceso como el producto de aprendizaje. Además, sólo Aula parece integrar suficientemente el uso de las TIC, lo que contribuye al carácter omnímodo del curso de ELE. Concluimos de la investigación que, aunque son diferentes, tanto Caminos como Aula hacen posible, según los profesores de ELE encuestados, la aplicación de la mayoría de los criterios propuestos por Santa-Cecilia (2000) y Buyse (2006). Sin embargo, en estos dos manuales deberían ser tomadas aún más en consideración la diversidad de los intereses y estilos de aprendizaje de los alumnos y la integración en las clases de ELE de las TIC.
Notas
1 MCER es la abreviación del Marco Común Europeo de Referencias que sirve para medir el nivel de comprensión y expresión orales y escritas en una lengua.
2 Se han elegido los manuales de Caminos y Aula así que salieron de la investigación como los manuales más frecuentemente utilizados en Bélgica y España respectivamente.
3 De la encuesta digital que formaba parte de la misma investigación mencionada antes, se deduce que 15 de los 44 profesores de ELE encuestados, o sea el 34 por ciento, trabajan con Aula. El 11,4 por ciento de los encuestados, al contrario, utilizan en sus clases de ELE los manuales de Caminos
4 44 profesores de ELE encuestados, o sea el 34 por ciento, trabajan con Aula. El 11,4 por ciento de los encuestados, al contrario, utilizan en sus clases de ELE los manuales de Caminos
Bibliografía
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