ENTREVISTA-PRESENTACIÓN DEL PROYECTO “NOMES E VOCES” CON LOURENZO FERNÁNDEZ PRIETO

Entrevistador: Pablo García Martínez
The Graduate Center (CUNY)
 
 
“Nomes e Voces” nació para ser un muro de Vietnam a las víctimas de la Guerra Civil, pero en la red
 
 
Lourenzo Fernández Prieto es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidade de Santiago de Compostela e investigador principal del proyecto “Nomes e Voces”. Durante esta conversación repasamos la vida del proyecto que nace el año 2006, fruto de un convenio de colaboración entre las tres universidades gallegas (Universidade de Vigo, Universidade da Coruña y USC) con la Consellería de Cultura e Deporte, dirigida en aquel momento por el Bloque Nacionalista Galego dentro del gobierno de coalición con la delegación gallega del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Los cuatro años de este gobierno de coalición, entre 2005 y 2009, coinciden con la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero en el gobierno español (2004-2011), durante la que se aprobó la “Ley de Memoria Histórica”1 . En el contexto gallego, el gobierno impulsor de “Nomes e Voces” interrumpió quince años de gobierno de Manuel Fraga (Partido Popular), que había sido antes ministro de Información y Turismo durante la dictadura franquista y posteriormente había fundado en 1976 Alianza Popular, antecesora del Partido Popular que actualmente gobierna de nuevo en Galicia (Alberto Núñez Feijoo) y España (Mariano Rajoy).

Pregunta: Para empezar, sería interesante recuperar la idea que Bourdieu desarrolla sobre el intelectual autónomo, aquel que es reclamado o participa en la esfera pública instituido a través de una legitimidad que le proporcionan sus pares. Así, partiendo de esta idea, ¿Qué sería lo que la Consellería de Cultura espera de vosotros cuando se forma el proyecto en aquel momento? ¿Qué os plantean esta que hagáis una vez que es aceptado “Nomes e Voces”?

Respuesta: Yo me referiré al intelectual orgánico en tanto que yo me considero gramsciano; en este sentido hablo de un intelectual político que no trabaja con el partido, sino con las víctimas, las masas, los labradores y campesinos. Lo que a mí me interesa son las multitudes o masas en la historia. Entonces, la Conselleria no nos pide nada, sino que tiene una idea, como es lógico. Los miembros del grupo “Nomes e Voces” somos los que vamos a decidir qué queremos hacer.

En Agosto de 2005, coincidiendo con ese mes de Agosto de las Cunetas2 de Luis Pimentel, al cumplirse el 70 aniversario del mes de agosto del 36 en el que todo pasa, el parlamento gallego emite una declaración según la cual propone el 2006 como Año de la Memoria. La memoria es una cuestión tan potente que se decide hacer “algo” y ese “algo” es asignado a la Consellería de Cultura, que aprueba nuestro proyecto. Por supuesto, había muchos modelos que se podían seguir, como el andaluz (mucho dinero para instituciones y sindicatos), el vasco (cooperativa), o el catalán. Lo que nosotros planteamos fue una propuesta potente, constructiva y cooperativa a partir de la cual íbamos a reunir a todo el mundo que trabajase sobre el tema en la Universidad pero también, como nos pidieron desde la Conselleria, sumamos a gente de fuera de la Universidad. Tal y como nos proponían desde la Conselleria aceptamos que ese era un dialogo necesario y en ese momento entra en el proyecto Dionisio Pereira que es un investigador free lance, no doctor, no universitario pero reconocido intelectualmente por mucha gente y por mí mismo, sin ir más lejos.

A partir de esa idea se construye un proyecto que además es necesario definir. Afortunadamente contamos con los 20 años de trabajo de un laboratorio de fuentes orales que se llama Historia Oral de Galicia (HISTORGA)3 y que, hasta entonces, había funcionado muy bien. Así, presentamos una suerte de muro de Vietnam de las victimas pero en la red. Por supuesto, había un segundo problema, convencer a la masa social, a las asociaciones memorialisticas y tuvimos, para ello, nada menos que dos asambleas para convencerlos de que desde la universidad se podía trabajar sobre la memoria y que la acusación de que los historiadores hablan de otra historia no es cierta, ya que queríamos hablar de esa otra historia y queríamos hacerlo desde la academia. Fue complicado pero lo conseguimos, al final establecimos un dialogo con las asociaciones que para nosotros era fundamental, ya que sin ellas no podíamos reconstruir la historia de las víctimas.

Pregunta: Me parece interesante plantear cual era la negociación que se establece dentro del grupo de trabajo. Es decir, reflexionar sobre cómo se plantea ese proceso de salir “a la calle” y explicar que puede aportar un grupo de historiadores (mayoritariamente) en este tiempo del “imperio de la memoria”, en palabras de Santos Juliá. Cómo se establece ese debate y qué argumentos se utilizan para explicar que hay un trabajo que “Nomes e Voces” puede realizar?

Respuesta: Dentro del grupo convocamos y negociamos con la gente que trabaja el tema. Había unas condiciones de demanda social evidente que trasciende a la demanda política ya mencionada; nosotros debatíamos si esa demanda tiene algún tipo de realización coherente. El historiador está protegido, no tiene por qué exponerse o mostrar sus resultados al público. El historiador tampoco tiene tradición de trabajo en grupo de investigación, así que tuvimos que construir eso y tuvimos que encontrar los argumentos para mostrarnos fuera. La cuestión es que la discusión y la constitución del grupo no fueron asuntos complicados: Núñez Seixas, Xulio Prada, María Xesus Souto, Emilio Grandio o Xurxo Pantaleo se incorporaron; además del ya mencionado Dionisio Pereira. El proyecto fue también negociado en el Consello da Memoria, un organismo formado por víctimas, hijos de víctimas y asociaciones. Así que pronto encontramos espacios en los que se pudo naturalizar la lógica de lo que queríamos hacer y fue entendida rápidamente.

Otra de las cuestiones que se planteó en el grupo es que no podíamos cobrar por este trabajo, ya que si cobrábamos por una labor de este calibre, íbamos a ser acusados en primer lugar por la izquierda y, llegada la ocasión, por la derecha. Así que esta fue una decisión que ahora nos permite presentar los resultados además de un balance de cuentas en el que se indica en que gastamos el dinero público. También reflexionamos internamente y acordamos que no podíamos hablar de los verdugos y, en mi opinión, acertamos. Efectivamente, si hablamos de los verdugos, como hablamos algunos de nosotros después y como habló Dionisio Pereira, íbamos a vernos involucrados en cuestiones que no nos interesaban. Dionisio Pereira tuvo un juicio, por ejemplo, por citar una fuente oral. Hubo otro juicio en relación a un antiguo alcalde de O Grove que, además, era el padre del primer alcalde comunista de O Grove, asombrosamente. Acusado de matanzas cuyo relato viene de Buenos Aires donde era conocido como “El Matador”. Quiero decir con esto que si destapábamos el velo de los verdugos, iban a reaccionar, no ellos, sino los descendientes. Las víctimas se iban a ver acobardadas por el poder judicial. El último poder al que llegó la memoria fue el judicial y ahí se estancó. Paso por el poder de los medios de comunicación, por el poder político, el social, llegó al legislativo, al ejecutivo y en el momento en que llega al poder judicial encuentra un obstáculo que no puede salvar. Por supuesto, en las entrevistas sí hemos preguntado por los verdugos. Recogimos muchísima información y acabamos de publicar en una revista brasileña4 un artículo sobre los verdugos con las primeras conclusiones obtenidas a partir de nuestros fondos sobre la cuestión de los victimarios. Recogimos mucha información y ahora es el momento de procesarla.

Pregunta: Bien, ya que hablas de la fase inicial: la recogida de información; sería interesante ver de qué manera jerarquizáis las fuentes tan diferentes de las que contáis: acceso a archivos, carnets, fotografías, fuentes orales, la base de HISTORGA, etc. De qué manera se relacionan en vuestro trabajo todas estas fuentes?

Respuesta: Una de las cuestiones más importantes para nosotros era proteger la legitimidad de nuestro trabajo. Por eso, entre otras cosas, no queríamos cobrar por nuestro trabajo. Cuando digo que no cobramos me refiero a los investigadores principales y coordinadores del proyecto, no a los colaboradores a los que les pagamos un sueldo. Colaboró mucha gente que era especialista en cuestiones de memoria y guerra civil, como era el caso de Xulio Prada, muy riguroso y preciso. También Maria Xesus Souto. Lo que hicimos fue construir un modelo de conocimiento en el que, además, mostramos los registros físicos a los que acudimos, el documento que no solo el historiador, sino también la sociedad entiende como verdadero (que luego lo sea o no es otra cuestión). Teníamos todos los registros civiles que ya habían sido utilizados, en los que están las fichas de los jueces, levantamiento de cadáveres, etc. Causas de la muerte y números. Por supuesto, hay errores pero el margen es muy pequeño. En algunos casos, no existe ficha y no pudimos acceder a los archivos parroquiales. Nos encontramos con problemas para entrar en muchos de los archivos, problemas burocráticos con los que cualquier historiador del mundo se encuentra cuando está navegando por pasados complicados. En Pontevedra había un juez que no permitía que nadie accediese a los archivos y las asociaciones nos pedían que hablásemos con el juez para que abriesen los registros civiles. Hablamos con el presidente del tribunal de Galicia imbuidos con esta autoridad académica para pedirle que lo solucionásemos. Y nos dio permiso. Procedimos de esa manera porque no queríamos convertirlo en un debate político y público. Teníamos todas las fuentes documentales de la represión militar propiamente dicha que ya eran conocidas y ya habían sido trabajadas por algunos miembros del grupo en el archivo militar de Ferrol y allí sí que observamos una cierta transición en la medida que los nuevos responsables querían que hubiese funcionarios que garantizasen sus puesto de trabajo. Teníamos, además de esto, registros de cárcel, libros de prisiones, listas de detenidos gubernativos, etc. Los métodos de represión y persecución eran diversos y los registros no eran siempre del mismo tipo: el paseo de la memoria de Pimentel, por ejemplo, no está registrado, sí en el registro civil pero no hay un proceso formal. Por último, teníamos también la historia oral que íbamos recopilando y la fuente que podemos considerar medio oral, medio local, medio historiográfico que funciona ya desde el año 1996 cuando A Nosa Terra5 saca un especial sobre el 36 en Galicia. Desde las asociaciones nos decían que había mucha gente trabajando en ello (libros, prensa, etc.) pero era nuestro trabajo recopilar y filtrar esa información.

Lo que hacíamos con todos estos datos era cruzar toda esta información en una base de datos que encargamos a la empresa A Navalla Suiza, quienes nos construyeron un modelo para poder trabajar y cuando un registro era verificado por dos fuentes y no solo por una, era dado por válido. A no ser que fuesen los registros propiamente dichos de la represión que estaba hechos precisamente para eso.

Pregunta: Si atendemos a la página web del proyecto, que es una herramienta muy funcional y que además cumple un rol fundamental, plantearía dos cuestiones. En primer lugar lo que es la parte de las publicaciones colectivas que se exponen y se ponen a disposición de los usuarios a través de una serie de reflexiones plasmadas por los trabajos de los académicos nacidos en el seno del grupo que a veces son colectivos y que semejan estar dirigidos a la difusión de un trabajo académico. Pero hay una segunda parte que son las bases de datos que quizás sea lo que hace que este proyecto tenga una incidencia real en los debates que está habiendo sobre el conocimiento o representación del pasado, sobre historia y memoria, en definitiva. Cómo veis vosotros estos dos niveles de utilidad de la página web?

Respuesta: Uno de los auténticos temores que había en el grupo cuando realizamos la propuesta del proyecto era la de establecer una premisa entre nosotros según la cual lo que nosotros queríamos no era hacer un trabajo para publicar, sino que queríamos construir unas fuentes propiamente dichas, filtradas que permitieran a un gran número de gente trabajar sobre esos datos. Además de cumplir con lo que se nos pedía políticamente y socialmente que era saber quiénes son las víctimas y rendirles un homenaje, un reconocimiento público, ese muro de Vietnam del que hablábamos, lo que queremos es producir una serie de materiales sobre la que trabajar durante el tiempo que haga falta. La propuesta original era la de crear un centro de memoria institucional que fuese un centro de investigación, documentación e interpretación físico. Esto no pudo ser porque el gobierno perdió las elecciones, así que la página web sustituye ese espacio físico que pretendíamos crear. La página web es entonces la punta del iceberg de una investigación que todavía no está incluida: mujeres rapadas, mujeres violadas, etc.

Hay otra parte del proyecto que en estos momentos está cerrada y que funcionaba como página web dinámica dirigida por Chus Martínez que contaba con publicaciones especiales en colaboración con Claudio Rodríguez Fer y Carmen Blanco o con Vermellas. Chamábanlles “rojas”6 . Hay una serie de publicaciones especiales cuyo objetivo no es tanto sacar conclusiones como ilustrar de qué modos pueden ser utilizados estos materiales que propone la página web. Todo lo que no es registro y base de datos es lo que, en realidad, tenía en mente la Conselleria Cultura y es lo que la propia dinámica de quien gestiona la página con toda autonomía hace. Por ejemplo, el video introductorio de la página está elaborado por María Yánez, de A Navalla Suiza, y es capaz de representar exactamente lo que nosotros queríamos, cuenta lo que nosotros mismos queríamos contar.
 
 
Página web del proyecto: http://www.nomesevoces.net/
 
 
Notas

1Nombre con el que se conoce a la “Ley por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura”, aprobada por las Cortes Generales el 26 de diciembre de 2007.

2Poema escrito por Luis Pimentel en 1937 y publicado tras la muerte del autor. Para un estudio tanto del poema como de la serie de cuatro poemas homónima ver Claudio Rodríguez Fer, ‘O poema “Cunetas” de Luis Pimentel’, Grial, Nº 98, 1987, 403-414.

3Proyecto creado creado a finales de los años 80 por la profesora de Historia Contemporánea de la USC Isaura Varela, con la colaboración de Marc Wouters y Xurxo Pantaleón. En la actualidad cuenta con más de 1600 entrevistas de temas relativos a la historia reciente de Galicia como son, principalmente, Guerra Civil y Emigración; pero también otros como historia del trabajo en el medio industrial y el medio rural, historia de las mujeres o historia de la educación.

4Se refiere a Carbajo Vázquez y Fernández Prieto, ‘A utilização do fundo oral do Proxecto Interuniversitario “Nomes e Voces”. Estudo de caso: causas e sujeitos da perseguição política e repressão na guerra e a ditadura de Franco na Galiza (1936-…)’, História Oral, v. 15, n. 2, 2012, 71-98.

5Revista próxima desde su inicio al partido de orientación comunista Unión do Pobo Galego (UPG), fundada en diciembre 1977, recuperando el nombre que habían tenido en el primer tercio del siglo XX los boletines de las organizaciones más activas en las reivindicaciones galleguistas: Irmandades da Fala y Partido Galeguista.

6Proyecto para el estudio de las mujeres activas en la lucha por la conquista de derechos y libertades durante la II República y de su devenir durante la Guerra Civil. El proyecto acabó dando lugar a una exposición del mismo nombre.

 
 

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