LA EXPERIENCIA FEMENINA DURANTE Y DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL DE ESPAÑA: UNA MIRADA CONTEMPORÁNEA TRANSATLÁNTICA

Amelia Bucklew
Hunter College
 
 
El propósito de este ensayo es examinar cómo se representa la experiencia femenina durante y después de la Guerra Civil Española en diferentes textos contemporáneos tanto de España como de América Latina. Varias escritoras se aproximan a la historia de la experiencia femenina durante los años de guerra y dictadura en España. Del lado republicano destacan las siguientes obras: Memorias de España, 1937 (1992) de Elena Garro, La voz dormida (2002) de Dulce Chacón, y Las confidentes (1997) de Angelina Muñiz-Huberman. Por el lado nacionalista discutiremos Habíamos ganado la guerra (2008) de Esther Tusquets. Con el fin de contextualizar el tema, es necesario señalar los cambios en el papel de la mujer española desde finales del siglo XVIII hasta la dictadura de Franco. Algunos temas prevalentes en este estudio son la identidad ante fuerzas opresivas, la relación entre el silencio y el miedo y el mar como metáfora de escape o de pérdida. En todas las obras vemos cómo, de métodos distintos, las escritoras contemporáneas sirven como portavoces de la mujer callada durante la Guerra Civil Española y la dictadura que la siguió por treinta y seis años hasta el fallecimiento de Franco en 1975.
 
Cambio de roles de la mujer española

La experiencia femenina sufre una serie de transformaciones entre el principio del siglo XIX y los principios de la Guerra Civil en 1936. En los años tempranos del siglo XIX tanto las mujeres como los hombres creen que las mujeres son inferiores intelectualmente a los hombres y que la maternidad y el mantenimiento del hogar son sus responsabilidades únicas (Nash 11). Aun las mujeres educadas y profesionales que se creen feministas apoyan la educación de las mujeres no para emanciparlas sino para que sean mejores madres y esposas bajo la autoridad masculina (Nash 12).

A diferencia del rol doméstico de las mujeres durante los años de paz, en los años de la revolución y la Guerra Civil ellas tienen un rol público al ocupar posiciones dejadas vacías con el reclutamiento de los hombres en la lucha contra el fascismo. Además, la mujer se involucra en el ámbito político como antes no podía (Nash 49). Debido a la Guerra Civil las mujeres disfrutan de una libertad y una autonomía no conocida anteriormente. Sin embargo, como Mary Nash menciona múltiples veces en su obra, muy pocas de ellas pretenden igualarse a los hombres. El objetivo de la mayoría de la mujeres, incluyendo las revolucionarias de cualquier partido, es quedarse en la retaguardia para apoyar a los soldados en el frente. A pesar de las iniciativas a favor de las mujeres durante de la Guerra Civil por parte de los partidos izquierdistas, la situación de las mujeres en la España de Franco vuelve a ser la que había sido antes del inicio de la guerra civil. Para muchas el regreso a la sumisión anterior no es difícil por ser anticipado pero para otras, ya no es posible regresar sea porque ya se han acostumbrados a su libertad o sea por su afiliación política. Las mujeres no conformes se encuentran o encarceladas o muertas. De hecho, en los primeros años del franquismo la cifra de mujeres encarceladas aumenta a un número inmanejable por los edificios en que se meten las presas (Vinyes 57-58).

Consideramos primero algunas observaciones de Esther Tusquets en cuanto la diferencia entre el ambiente público de la sociedad franquista y el del espacio privado de su hogar en su memoria Habíamos ganado la guerra. Al empezar, los padres de Tusquets no se conforman con los papeles tradicionales del género dentro de su clase social en aquel tiempo. De su madre dice que era, “extremadamente tolerante en muchos aspectos y para colmo atea, pero de derechas. Un producto extraño para la época” (Tusquets 10-11). Asimismo, Tusquets marca la diferencia entre las mujeres de su clase social y las criadas que trabajan en su casa. Entre las criadas los niños no son tan protegidos ni tienen el mismo estatus dentro de la familia como los que pertenecen a la burguesía. Tusquets explica que los temas de discusión de las criadas no cambian debido a su presencia. A diferencia de la mujeres burguesas que piensan “la muerte de un hijo es lo peor que te puede deparar la vida” (55), para las criadas “todas preferían ver morir a uno de los hijos, porque, en caso de morir el marido, quedaban todos sin medios de subsistencia” (28).

Tal es la diferencia económica entre las dos clases que las mujeres burguesas disfrutan del lujo de elegir entre sus hijos y sus maridos mientras que las criadas tienen que mantener una perspectiva utilitaria hacia este mismo suceso. Como resultado de las idiosincrasias de sus padres, Tusquets se crece al margen de la sociedad burguesa de Barcelona. Se educa no en escuelas religiosas como la mayoría de sus vecinas adolescentes sino en escuelas alemanas. Su educación es un aspecto que ella agradece tanto a su madre como a su padre, “Nunca, a partir de los cinco años, estudié con monjas, siempre me senté en una misma clase con chicos. Creía ya entonces, y sigo creyendo ahora, que este hecho marcaba una diferencia importante y que tuve mucha suerte “ (55).

En su obra, Memorias de España, 1937, Elena Garro relata su experiencia en España al principio de la Guerra Civil. Ella viajó con su esposo de aquel tiempo–el poeta mexicano Octavio Paz—para asistir al II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas. Garro es la única de su grupo que no es comunista ni escritor(a). De este modo, en ocasiones se encuentra en desacuerdo con sus compañeros de viaje. Lo notable de esta memoria es que Elena Garro nunca menciona haber visto una miliciana u otra mujer de tal papel dentro de la revolución. De hecho, ella se niega involucrarse con ellas por el miedo que tiene de estas personas porque son misteriosos “fantasmones” a quienes uno nunca se ve y sin embargo sabe de su poder. Cuando Angélica Arenal le dice que la camarada María, Tina Modotti, quiere conocerla, Garro responde “Dile a la camarada María que no voy… no tengo nada que decirle” (87) y sigue rehusando conocerle cuando Arenal insiste que Garro tiene que ir a la reunión con la camarada María.

Como explica Mudrovcic, esta actitud puede relacionarse con el hecho de que su esposo, Octavio Paz, uno de los intelectuales más prominentes del grupo, y varios otros intelectuales no la tratan con respeto sino con desprecio (Mudrovcic 179). Garro ha entrado en estas circunstancias por la voluntad de su esposo quien parece no haberle dicho el propósito de aquel congreso. Así que ella llega a España sin los prejuicios de sus compañeros de viaje. Esta perspectiva sin adulterar le deja evaluar las cosas de una manera distinta de los ya adoctrinados intelectuales que la rodean. Puede ser que su falta de afiliación política le permita ver el sufrimiento humano por lo que es en sí en lugar de ignorarlo o elevarlo como otra propaganda en defensa de la República. Cuando los demás disparan a los franquistas, Garro rehúsa diciendo “no me da la gana que, por juego, mate a alguien que está arriesgando su vida en serio, o le deje mutilado” y luego reza en silencio por los que sus compañeros han matado o herido (95). En otra ocasión cuando ve el sufrimiento de algunos soldados dice que “ninguna ideología valía la pena de aquellos sufrimientos” (107).

De la misma manera que Garro y Tusquets se sienten fuera de lugar en España, Muñiz-Huberman reconoce este mismo sentimiento como efecto del destierro. La obra Las confidentes es una novela que consiste de los cuentos que comparten dos mujeres durante una noche. Cada cuento es una historia ficticia que incorpora elementos autobiográficos de la experiencia del destierro en México de las familias españolas. Entre sus comentarios irónicos hacia la experiencia del exilio se describe cómo han muerto los padres de Orlandina, la protagonista de la historia “Un pequeño puerto catalán”: “Sus padres habían sobrevivido a la guerra civil española y a la segunda mundial para morir en la carretera de Puebla” (Muñiz-Huberman 47).

En otro cuento, “Yo nunca cruzaré a una calle,” la narradora anónima también ha dicho que sus padres han muerto de esta misma manera (Muñiz-Huberman 33). Igualmente, todos sus hermanos ya murieron atropellados. De toda esta familia sólo queda ella (29). No sabemos si la narradora de “Yo nunca cruzaré a una calle” es la misma Orlandina contando un aspecto de su propia historia o si es otra persona que por casualidad ha tenido un suceso de semejante infortunio en su familia. La repetición del atropellado como manera de morirse en México sugiere que no es una experiencia propia sino de todos los exiliados. Muñiz-Huberman expresa la dificultad que algunos españoles tienen para adaptarse a la vida mexicana. En “El mensaje” la dificultad de conformarse al nuevo país se presenta cuando dice que Paula “nunca halló su lugar después del exilio” (56) y que “aspiraba a borrar el desorden y nunca lo logró” (58).

La identidad tiene un papel en la vida de todas las mujeres en La voz dormida de Dulce Chacón. El crítico Ricard Vinyes afirma que en las cárceles de la España franquista se representan mujeres de todos los campos domésticos y de todas las edades, adolescentes hasta ancianas (Vinyes 61). Para sobrevivir las condiciones sucias y opresivas las mujeres crean familias, unidades de presas que consisten de una figura materna que organiza el grupo (Vinyes 64). En la cárcel ficticia de Chacón se refleja esta demografía histórica que apunta Vinyes como si la escritora intentara hablar por el grupo más diverso posible. Hortensia, una guerrillera que ha sido una miliciana durante la Guerra Civil, parece ser esta figura materna del grupo porque tiene el respeto no sólo de las otras presas sino también de las funcionarias. Hortensia es la única que puede hablar con fuerza a la funcionaria de la cárcel, Mercedes, sin repercusiones. Entre las otras mujeres encarceladas o no hay tantas mujeres revolucionarias como mujeres no revolucionarias. Tomasa es una dedicada revolucionaria comunista. La historia de Reme revela que ella simpatiza con los antifranquistas pero no alude a un rol revolucionario hasta que sale de la cárcel. Pepita y doña Celia no son mujeres revolucionarias sino domesticadas que se meten en los hechos revolucionarios por su lealtad familiar. Repetidas veces Pepita establece cuánto aborrece y culpa los partidos izquierdistas en que ha metido su familia. Tampoco simpatiza ella con el lado nacionalista. Pepa cambia a Pepita para diferenciarse de “La Pepa,” la funcionaria que lleva a las condenadas a su muerte (Chacón 68). Amalia y su madre Sole son guerrilleras comunistas aunque no se sabe por qué se han involucrado en la revolución o si, como Hortensia, han luchado como milicianas hasta terminar la Guerra Civil. Elvira, que sólo es una adolescente cuando entra en la cárcel, se hace guerrillera cuando su hermano, un guerrillero comunista, la ayuda a huir de la cárcel. Una muchacha que no ha tenido una afiliación cuando entra en la cárcel sale comunista (Picornell-Beleguer 131). Luego, cuando Elvira se vuelve guerrillera cambia de nombre para ocultar su identidad. Cada una de estas mujeres se identifica por su rol dentro de su familia y su partido.
 
El “pacto de olvido”

Un aspecto en la identidad de las mujeres es la relación entre el silencio y el miedo. Para discutir este aspecto en las obras hay que repasar algunos datos históricos del “pacto de olvido” de España en que reflejan tanto las novelas como las memorias presentadas aquí. Después del fallecimiento de Francisco Franco en 1975 ambos partidos políticos acuerdan que sería mejor no enfrentarse a las atrocidades de la dictadura franquista para facilitar la transición a un gobierno democrático. No sólo es un acuerdo entre los partidos políticos sino también del público español que no cuestiona la decisión política de callarse para seguir adelante. La crítica Madeleine Davis afirma que el cambio de posición del gobierno español con respecto al pacto de olvido se debe fundamentalmente a dos hechos. En primer lugar, la cobertura periodística de la intervención de España en la extradición de Augusto Pinochet en 1998 por algunos representa la victoria contra el mismo Franco y por otros es “hipocresía moral” (Davis 867-869). En segundo lugar, en 2002, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) consigue la ayuda de un genetista para hacer pruebas de ADN de los restos desenterrados en Priaranza. Algunos meses después, debido a la falta de apoyo gubernamental la ARMH pide de la ONU que exija del gobierno español este apoyo para que puedan exhumar las fosas comunes para determinar quienes son los enterrados (Davis 872). Sin embargo, no es hasta 2004 que el gobierno crea una “comisión interministerial (traducción mía)” dedicada a resolver las cuestiones de la Guerra Civil y la dictadura (Davis 875). La resultante combinación del silencio y del miedo durante esta época se refleja tanto en las memorias como en las novelas que discutiremos.

Ambas Mudrovcic y Rivera-Villegas comentan el papel del silencio en la experiencia de la guerra de Garro. Mudrovcic nota que “hablar es la frontera que Elena Garro no cesa de traspasar” (180) y Rivera-Villegas comenta “el silencio era una preocupación constante para la observadora” (191). Constantemente Garro se encuentra castigada por hablar con personas no autorizadas por este grupo de intelectuales y escritores marxistas o por su esposo, o incluso por decir cosas inapropiadas. Durante una excursión en Barcelona Garro se aburre de una atracción ya que no entiende su importancia y remarca “en España nada era claro, todo se decía a medias palabras y a media voz, para los entendidos. Y se prohibía preguntar” (Garro 33). Ella menciona los cartelones que dicen “Silencio” cuando apenas llega a Madrid y le causan una gran impresión (28). Seguidamente, una vez han huido a París, Garro muestra el contraste entre las ciudades “Nos parecía increíble hablar con libertad de todo cuantos nos pasaba por la cabeza, sin tener delante aquellos cartelones que cubrían las fachadas de las casas ordenando ‘¡Silencio!’ ” (18). Garro y sus compañeros de viaje se han acostumbrado al culto de silencio, el temor de hablar, en unos meses casi sin darse cuenta.

El silencio de Tusquets deriva más de su propio comportamiento introvertido que de una autocensura como vemos en las otras obras de este estudio. Sin embargo, el silencio en su memoria se basa en el miedo. Tusquets admite haber sido “una niña muy miedosa” antes de enumerar los múltiples miedos de su niñez (43-44). Hay que tener en cuenta que Tusquets es la única que tiene una experiencia como uno de los “ganadores” de la guerra y por eso no tenía que ser miedosa. Sin embargo, parece que el sólo hecho de haber crecido al margen de esta sociedad resulta en una persona miedosa, dudosa y tímida.

El silencio a través del miedo en las novelas de Chacón y Muñiz-Huberman pertenece a la misma categoría del de Garro. El de ellas es también un silencio de autocensura. La novela de Dulce Chacón es la única obra entre las discutidas en este estudio que consiste no en sus recuerdos personales sino en una combinación de los de otras mujeres. La crítica Tabea Alexa Linhard afirma “Chacón fuses oral histories, testimonies, and personal interviews… focuses on a collectivity where different and for the most part untold stories intersect” (245). Cabe señalar que esta novela se publica el mismo año en que la ARMH pide ayuda de la ONU para excavar las fosas comunes. En esta novela se describen las circunstancias de varias mujeres encarceladas y las implicaciones que esta realidad tiene para sus familiares. En La voz dormida la conexión con el miedo y el silencio se presenta en la repetición de la importancia de no hacer preguntas con frases como: “había aprendido a no hacerse preguntas”, (Chacón 11); “es mejor no hacer preguntas”, (16); “Y sabe que no se atreve a preguntarlo”, (25). Además, es la repetición de “en silencio y en orden” cuando las presas están caminando en fila (36-37).

Las confidentes de Muñiz-Huberman es un ejemplo de cómo la novela puede hablar con sutileza de lo que no se puede decir abiertamente. De este modo el lector también se vuelve un confidente de estas historias. Muñiz-Huberman utiliza personajes anónimos con una relación oculta para contar historias de los expatriados españoles en México debido a la Guerra Civil de España con el fin de escribir sobre una experiencia propia. El hecho de que no sólo las confidentes sino la mayoría de los demás personajes sean anónimos, o sea que sus identidades han sido silenciadas, parece una autocensura que implica un temor y desconfianza igual a las obras ya discutidas. Como se ve en las ya mencionadas citas que tratan del miedo de cruzar calles, este temor se junta con la incapacidad de pedir ayuda y una preocupación de lo que los demás pensaría de las protagonistas.

En relación con este dúo de silencio-miedo el mar tiene un papel metafórico significante aunque un poco distinto para cada autora. Cuando está en Valencia y quiere escapar de este ambiente opresivo, Garro se huye a la playa (Garro 32). Semejante a Garro, Tusquets encuentra un espacio de paz en la playa. Aunque ella se describe a sí misma como “urbanita hasta la médula” admite que “la gran pasión de mi vida ha sido el mar” (Tusquets 146). En la novela de Chacón, el mar es el lugar de entierro de la familia de Tomasa (Chacón 309). En la obra de Muñiz-Huberman el mar es el símbolo del exilio (Muñiz-Huberman 13,17). Así que mientras la playa representa el recreo, el ocio y el escape para Elena Garro y Esther Tusquets, para Dulce Chacón y Angelina Muñiz-Huberman representa la pérdida, la guerra, la familia y el hogar.

Por lo diferente que aparecen las obras de este estudio el hecho de que comparten los temas del silencio, del miedo y del mar muestra que a pesar de que sean republicanas o nacionalistas, españolas (dentro o fuera del país) o extranjeras, el ambiente pesado durante la Guerra Civil Española y de los años franquistas se las afectan de una manera semejante. Que ambas Garro y Tusquets no cuentan sus historias personales hasta el fin de sus vidas señala la importancia de este silencio y del deseo de abolirlo. Que Chacón tiene la interés y la curiosidad para estudiar el caso supone un comentario sobre una generación que quiere saber y afrentar a la historia de su país. Que Muñiz-Huberman oculta sus ideas y sus palabras en las de sus personajes relata que la Transición no sólo es difícil para los que viven en España sino también para los que hubieran vivido allá si no hubiera sido por la Guerra Civil y la dictadura franquista.
 
 
Bibliografía

Chacón, Dulce. La voz dormida. Madrid: Santillana Ediciones General, 2002. Impreso.

Davis, Madeleine. “Is Spain Recovering Its Memory? Breaking the ‘Pacto del Olvido.’” Human Rights Quarterly 27.3 (2005): 858-880. Impreso.

Garro, Elena. Memorias de España, 1937. México D.F.: Siglo veintiuno editores, 1992. Impreso.

Linhard, Tabea Alexa. Fearless women in the Mexican Revolution and the Spanish Civil War. Columbia, Mo.: University of Missouri Press, 2005. Impreso.

Mudrovcic, María Eugenia. “‘Memorias de España 1937’: Un cuarto propio cercado de lo abyecto.” Letras Femeninas 29.1 (2003): 175-186. Impreso.

Muñiz-Huberman, Angelina. Las confidentes. México D.F.: Tusquets Editores México, 1997. Impreso.

Nash, Mary. Defying male civilization: women in the Spanish Civil War. Denver: Arden Press, 1995. Impreso.

Picornell-Belenguer, Mercé. “La voz dormida, la voz presente. Notas sobre la inscripción de la identidad de las mujeres represaliadas por el franquismo en ‘La voz dormida’ de Dulce Chacón.” Letras Femeninas 32.2 (2006): 117-143. Impreso.

Rivera-Villegas, Carmen M. “El revés de la mirada: la Guerra Civil Española en la vida de Elena Garro.” Letras Femeninas 29.1 (2003): 187-196. Impreso.

Tusquets, Esther. Habíamos ganado la guerra. Barcelona: Ediciones B, 2008. Impreso.

Vinyes, Ricard. “‘Nada os pertenece…’ Las presas de Barcelona, 1939-1945.” Historia Social 39 (2001): 49-66. Impreso.

 
 

'LA EXPERIENCIA FEMENINA DURANTE Y DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL DE ESPAÑA: UNA MIRADA CONTEMPORÁNEA TRANSATLÁNTICA' has no comments

Be the first to comment this post!

Would you like to share your thoughts?

Your email address will not be published.

Images are for demo purposes only and are properties of their respective owners.
Old Paper by ThunderThemes.net

Skip to toolbar