Los clíticos “lo”, “la”, “los” y “las” en situación de contacto: Datos sobre el español en Nueva York

T. Berenice Darwich 

1. Introducción

En los últimos años, los estudios sociolingüísticos sobre el español en Estados Unidos han visto la luz con más frecuencia. La situación diglósica con el inglés en la que se encuentra permite acercamientos enfocados en los a) aspectos sociales del contacto, como los estudios de actitudes distintas variedades del español habladas en este país (Callahan 2004), su mantenimiento o pérdida en relación con el número de habitantes de origen hispano (Bills 2005); o b)  en cuestiones lingüísticas como los estudios sobre simplificación del sistema en ciertas áreas de la lengua por adaptación (Otheguy y Lapidus  2003)  o por pérdida de formas y estructuras en hablantes de segunda generación (Gutiérrez 2000; Zabaleta 2000; Gutiérrez y Corvalán 1993).

El presente estudio cabe en este último grupo, pues se enfoca en la descripción de  la situación de los clíticos lo, la, los y las, partículas gramaticales, siempre que sustituyen a una frase nominal  con función acusativa en una oración. La situación de contacto con el inglés, lengua con patrones sintácticos menos variables que el español,  y la migración constante de hispanohablantes provenientes por abrumadora mayoría de América Latina constituyen un punto de partida para esta investigación. Primeramente, porque está demostrado que las lenguas de sustrato en situaciones similares al español en Nueva York (NY) adquieren préstamos y calcos léxicos de la lengua mayoritaria, o ven reducidos sus parámetros estructurales porque no hay una transmisión completa de sus usos en el sistema, o porque los individuos que podrían ser hablantes de herencia de estas lenguas, se vuelven monolingües en la lengua dominante. En segundo lugar, porque la convergencia de hablantes de primera generación (inmigrantes recién llegados) y hablantes de segunda y tercera generaciones (nacidos en la situación de contacto) permite identificar  qué áreas de la lengua son las que se conservan y transmiten con más sistematicidad, así como los cambios que la variación en contacto experimenta.

Por lo tanto, este estudio considera el origen de los hablantes, factor social, para analizar la situación actual de los clíticos en el español en Nueva York, estructura sintáctica.

2. Objetivo del estudio

El objetivo de este estudio es, por un lado,   dar cuenta de los entornos oracionales y contextos sintácticos en que los clíticos lolalos y las ocurren como manifestación del caso acusativo en  el español en Nueva York y, por otro lado, identificar si existen diferencias de uso de estos entornos y contextos entre los hablantes nacidos en Nueva York y los inmigrantes recién llegados. Los resultados contribuirán a los estudios de rasgos morfosintácticos del español como lengua en contacto, especialmente en lo que se refiere al uso del clítico en función de acusativo en una oración.

3. Los clíticos

En la lengua española general, los clíticos lo, la, los y las son partículas gramaticales cuya función principal es sustituir frases nominales que son complementos gramaticales directos de frases verbales. Funcionan como complementos acusativos de la frase verbal, al igual que la frase a la que hacen referencia.  Comparemos:
(1)

  1. Juan
abre la puerta
            SUJETO VERBO COMPL. DIRECTO
  1. Juan
la abre
            SUJETO COMPL. DIRECTO VERBO

En el presente trabajo ésta será la función sintáctica de los clíticos que se analizará, la de complemento directo del verbo.
4. Metodología

4.1. Las variables sociales

Para obtener los entornos oracionales en que aparecen los clíticos en el español general, punto de partida de esta investigación, se seleccionaron 24 transcripciones de entrevistas hechas a hispanohablantes residentes en la ciudad de Nueva York, del corpus del español de Nueva York (NY) del RISLUS. De las 24 transcripciones analizadas, doce pertenecían a hablantes nacidos o criados en NY (llegaron antes de los 3.1 años de edad)  y la otra parte, igual en número,  correspondía a hablantes inmigrantes mayores de 16 años y cuya residencia en esta ciudad no excedía los 6 años. Los entornos oracionales de los clíticos y su frecuencia se obtuvieron, pues, del uso del español en dos grupos mayoritarios de hablantes según su generación: la de los nacidos en NY y la de los inmigrantes recién llegados a NY.

Con el objeto de  tener una muestra homogénea y representativa del español hablado en la ciudad de Nueva York, cada uno de estos dos grupos se conformó con hablantes cuya variedad de español se relacionaba con 4 de los países latinoamericanos  demográficamente más representativos en la ciudad: puertorriqueños, dominicanos, mexicanos y colombianos, habiendo tres por país en cada uno de los grupos generacionales. Es decir, el grupo de la generación de los hablantes nacidos en NY se conformó por 3 hablantes de la variedad puertorriqueña, 3 de la dominicana, 3 de la mexicana y 3 de la colombiana, con similar distribución en el grupo generacional de los inmigrantes recién llegados para sumar un total de 24 participantes, contribuyendo así a  conservar el equilibrio de la muestra.

Además de reflejar la correlación entre las variables sociales y la producción de entornos oracionales de los clíticos, la clasificación descrita arriba permitió identificar cuáles son los contextos sintácticos categóricos y variables más favorecidos para los clíticos según el tipo de frase verbal de acuerdo al origen de los informantes -la ciudad de Nueva York o un país de América Latina.

 

4.2. La variable sintáctica
Como se mencionó en el punto 2, la función sintáctica de los clíticos lo, la, los y las que se analizó en este trabajo es la de sustituir a la frase nominal que funge como complemento de la frase verbal en una oración. En Juan abre la puerta, la frase nominal  la puerta complementa el significado del verbo, sintácticamente es su complemento directo  y puede sustituirse por el clítico la, ejerciendo este  la misma función sintáctica que la frase nominal sustituida:

(2)

Oración Juan          la                abre
Función sintáctica SUJ.   Compl. Dir.       FV

Los clíticos considerados, pues, ya sustituían a un sustantivo masculino o femenino, singular o plural, ya a unidades oracionales previas en función sustantiva:

(3)
3a. (el dibujo) Yo lo veo feo.
3b. “Pero ya… senté cabeza, digo no por mi mamá ni por nadie sino que yo lo 
quería hacer por mí”.      [informante 14]

Sin embargo, no se tomó en cuenta para este estudio el clítico lo que aparece en las frases con la estructura Lo + adjetivo (4a),  ni en oraciones subordinadas con carácter sustantivo, como en 4b.

(4)
4a. Lo malo de vivir en Nueva York es la rutina del trabajo.
4b. [Lo que no me gusta] es la rutina del trabajo.

4.3. El registro de datos

Una vez delimitadas las variables a considerar, el siguiente paso fue clasificar los clíticos según el entorno oracional en el que ocurrían con respecto a su referente. Es decir, si ocurrían posteriores o anteriores a él en el discurso, o si ocurrían ambos en una misma oración. Esto se   ejemplifica con el fragmento de una grabación, en el que se señala con cursivas el referente, menudo, y en negritas el clítico en función de objeto directo, lo,  en la oración lo vendían en la tienda.

(5)
“bueno hay una comida que se llama pancita o panza en México, aquí le llaman menudo
y este, y vi que había, este, lo vendían en la tienda, era enlatado…”                  [informante 1]

 

En este ejemplo se muestra que uno de los contextos oracionales posibles es el de identificar el referente en una parte previa del discurso y el clítico en la oración de cuya frase verbal es complemento.

Los tipos de entornos oracionales usados por los hablantes del español en Nueva York se describen en la sección 4.1.

Posteriormente, cada una de estas ocurrencias se clasificó según el contexto sintáctico en el que aparecían, de acuerdo al  tipo de frase verbal expresado y al orden de los elementos en la oración. Así, la frase verbal de la que es complemento  el clítico lo en  lo vendían en la tienda es un verbo simple finito:

(6)

lo                       vendían                   en la tienda
clítico    +      verbo simple finito

La sección 4.2 se dedica a describir los contextos sintácticos categóricos y variables en los que aparecen los clíticos.

En resumen, cada una de las entradas del corpus está clasificada bajo dos parámetros: primero el del entorno oracional, que ilustra la relación entre el referente y el clítico y, segundo, el del contexto sintáctico, que da cuenta de colocación del clítico según el tipo de frase verbal que exista en la oración.

5.  Resultados y discusión

En las 24 entrevistas transcritas a hispanohablantes residentes en la ciudad de Nueva York se encontraron un total de  855 clíticos en función de complemento directo de frases verbales.  De estos, un 54.35 % (390) correspondió a los hablantes nacidos en NY y un 45.65% (464) a los hablantes inmigrantes recién llegados a la ciudad.

Cada grupo distribuyó el total de los clíticos identificados en los contextos oracionales que a continuación se describen.

5.1. El entorno oracional

En este trabajo, tanto los hablantes nacidos en NY como los inmigrantes recién llegados registraron la ocurrencia del clítico en función de complemento directo en los mismos entornos oracionales. En total, se identificaron 6 entornos que bien pueden ser considerados como propios del español general por el revelador hecho de haberse registrado en  los dos grupos de hablantes,  los nacidos en NY y en los inmigrantes recién llegados.

Este resultado ilustra que el conocimiento de los contextos oracionales en que los clíticos pueden ocurrir en el español está  activo tanto en los hispanohablantes recién llegados, como en los hablantes de español de segunda generación (nacidos en NY).

A continuación, se describen y ejemplifican las 6 posibles relaciones entre el clítico y su frase referente, o sea, los 6 posibles entornos oracionales en que los clíticos ocurren en el español:

Tipo 1: Referente anafórico en otra parte del discurso + clítico.

(7)
7a. (el Play Station II) No, no lo compré…
7b. (el dibujo) yo lo veo feo.

Este tipo de entorno fue el de mayor ocurrencia entre los hablantes. Se caracteriza por presentar la frase  referente en una parte previa del discurso, pudiendo estar  en la oración inmediatamente  previa a la que contiene el clítico, o varias oraciones más anteriores, pudiendo llegar a tres.

Representa el 89.4% del total de los clíticos, lo cual obliga a afirmar que es el entorno oracional más favorecido, o más natural, en el que las partículas funcionales que nos ocupan ocurren en el español.

Tipo 2:  Referente anafórico en la misma oración + clítico.

(8)
Esa imagen la tengo en la ciudad todavía.

Tipo 3: Clítico + referente catafórico en la misma oración.

(9)
Queríamos entenderlo todo.
La diferencia entre este entorno y el anterior es la posición del referente, que en este caso, y contrario al tipo 2, aparece pospuesto al clínico.

Tipo 4: Referente anafórico en otra parte del discurso + clítico + frase correferente en la misma oración. 

(10)
(a mi amiga)  Pero él no la quería a ella tampoco.

Tipo 5: Frase correferente en la misma oración + clítico.

(11)
A ellos los pasaron en vagón de tren.

Los entornos oracionales del tipo 2 al 5 presentan algunas similitudes en cuanto al contenido de los elementos que en esta sección nos ocupan. Los entornos del tipo 2 y 3 presentan el referente y el clítico en la misma oración, lo único que varia es la posición del referente, anafórico para el tipo 2 y catafórico para el tipo 3. Los siguientes dos entornos, el tipo 4 y el tipo 5, son similares respecto a la ocurrencia de una frase correferente (frase pronominal) en la misma oración que el clítico; la variación radica en la mención de la frase referente en una parte previa del discurso para el primero y en la ausencia de un referente anafórico o catafórico  en el segundo.

En este punto, es preciso notar que en los tipos 2 al 5 existe la presencia de una frase con función nominativa, sea la frase nominal léxica (sustantivo) o la frase pronominal (preposición a + pronombre personal) en la misma oración que ocurre el clítico que la sustituye, evidenciando que hay más de una posibilidad en la que ambos elementos pueden coincidir en una misma oración.

Tipo 6: Clítico + refrente catafórico  en otra parte del discurso

(12)
Como lo veo aquí, cada quien tiene un cierto acento.

Este último tipo contrasta con el primero puesto que la distribución del referente y el clítico son totalmente opuestas. Además, dadas las características del referente, que es en todos los casos (18) una oración, es preciso que sea lo el clítico con el que se le sustituya 

A continuación, en la Tabla 1,  se reúnen en una tabla los tipos de entornos oracionales en que los clíticos ocurren y su frecuencia de uso:

Tabla 1. Entornos oracionales de los clíticos y su frecuencia de uso.

Tipo

Entorno

Ocurrencias

1 Referente anafórico en otra parte del discurso + clítico. 765
2 Referente anafórico en la misma oración + clítico. 43
3 Clítico + referente catafórico en la misma oración. 13
4 Referente anafórico en otra parte del discurso + clítico + frase correferente en la misma oración. 14
5 Frase correferente en la misma oración + clítico 2
6 Clítico + refrente catafórico  en otra parte del discurso. 18
                                                                                                              TOTAL                               855

De este total de 855 ocurrencias en 6 entornos oracionales diferentes, el 45.6% corresponde a los hablantes nacidos o criados en Nueva York y el otro 54.4% corresponde a los inmigrantes recién llegados a la ciudad. La diferencia porcentual entre un grupo y el otro respecto al total de las ocurrencias de los clíticos es, pues, menor a 10%.

Antes de continuar, es pertinente recordar que uno de los fines de este estudio es identificar los entornos oracionales de los clíticos en relación con su referente, y no analizar la naturaleza cognitiva o pragmática de los elementos en la oración, aunque se reconoce la importancia de éstas y su posible incidencia en la  colocación de uno y otro elemento en los tipos de entornos, como lo ha probado Ocampo (1995, 1995a) para las frases nominales de complemento directo.

En la Tabla 2 se muestra el número de las ocurrencias de los tipos de entornos oracionales y sus porcentajes según el origen de los hablantes, nacidos en Nueva York (NNY) o inmigrantes recién llegados (IRLL).

Origen Entorno 1 Entorno  2 Entorno  3 Entorno  4 Entorno  5 Entorno  6 TOTALES
NNY 347 (40.5%) 19  (2.22%) 12 (1.40%) 8  (0.93%) 1 (0.12%) 3 (0.35%) 390 (45.6%)
IRLL 418 (48.8%) 24 (2.80%) 1 (0.12%) 6 (0.70%) 1 (0.12%) 15 (1.75%) 465 (54.4%)
Todos los
informantes
765 (89.4%) 43 (5.02%) 13 (1.52%) 14 (1.63%) 2 (0.23%) 18 (2.10%) 855 (100%)

Tabla 2. Comparación de frecuencia de uso de los tipos de entorno según origen y en total.

Como se puede ver, los porcentajes presentan una variación muy pequeña en la mayoría de los tipos de entorno, a excepción del primero, en que la diferencia porcentual es de casi 8 puntos. Este resultado resalta aún más por el contraste que hay entre las ocurrencias de sólo este entorno y las de los demás. Sin embargo, un análisis estadístico (ANOVA) demuestra que en lo que respecta a la frecuencia de uso de los entornos oracionales, la diferencia porcentual no es significativa (<.05) para ninguno de los seis.

Diferentes estudios sobre los clíticos con función acusativa (Alarcos 1999; Fernández Soriano 1999; Blas Arroyo 2005; Company Company 2006) además de describir su función referencial típica (entorno oracional 1), coinciden en que si bien es la más productiva, también es posible encontrar que el clítico y la frase referente coinciden en la misma oración  (entornos oracionales 2-5), pareciendo redundantes. Sin embargo, estas estructuras tienen motivaciones pragmáticas, tales como desambiguar el referente o topicalizarlo. Y aun cuando este trabajo se enfoca en identificar y describir los entornos oracionales sin hacer un análisis pragmático de las ocurrencias de los clíticos, es pertinente considerar que hay otros niveles de la lengua que influyen en la producción de los entornos descritos aquí, y que bien podría dar luz en cuanto al alto uso del entorno oracional 3 (clítico + referente catafórico en la misma oración, como en Lo vi a Juan) por parte de los hablantes nacidos en NY, quienes lo produjeron 12 veces, en contraste con los inmigrantes recién llegados, que lo produjeron una sola vez. Además, el hecho de que aparezca por lo menos una vez en este grupo indica que el entorno se usa en los dos tipos de hablantes, pero con diferente frecuencia.

Los resultados hasta aquí mostrados  demuestran que el conocimiento sobre los entornos en que los clíticos pueden ocurrir se conserva en el sistema lingüístico de los hablantes nacidos en Nueva York. Este resultado complementa estudios como el de Montrul (2004), que demuestra que los hablantes de español como lengua de herencia producen clíticos en porcentajes muy similares a los hablantes nativos.

Ahora pasemos a los resultados de los contextos sintácticos en que los clíticos aparecen, según el tipo de frase verbal que hay en la oración.

5.2. El contexto sintáctico

Esta parte complementaria del estudio se dedicó a la clasificación de los contextos sintácticos en  que los clíticos ocurren según la frase verbal a la que complementan.

La clasificación arrojó 4 contextos sintácticos en los que la colocación del clítico en proclisis o enclisis es categórica: a) verbo simple finito, b) imperativo afirmativo e imperativo negativo, c) infinitivo término de preposición, y c) infinitivo con función de sujeto. Y se registraron dos contextos en los que la colocación del clítico varía: a) con perífrasis continuativa estar + gerundio y con infinitivo como complemento verbal  (ej. deber + infinitivo), pues no hay una condición de carácter morfosintáctico que determine una posición única.

Veamos los 6 contextos:

Contexto 1. Está conformado por todas las ocurrencias que presentan la estructura clítico + verbo simple finito, como en lo veo y registra el 70% del total de contextos.

Contexto 2. Se usa solo para las ocurrencias en modo imperativo. Presenta distribución complementaria; las opciones son: Imperativo afirmativo + clítico (invítalo)  o  clítico + imperativo negativo (no lo invites).

Contexto 3. Contiene únicamente las ocurrencias con la perífrasis de carácter continuo [estar + gerundio]; la colocación del clítico con esta forma verbal es variable, puede ser clítico + [estar+gerundio] o [estar+gerundio] + clítico, como en lo estoy viendoy estoy viéndolo, respectivamente.

La característica que comparten los siguientes tres contextos es que la forma verbal incluye o tiene un verbo en infinitivo. Sin embargo, la correlación que éste tiene con otros elementos de la oración determina si el clítico puede estar en proclisis o enclisis.

Contexto 4. Se conforma por perífrasis verbales que ostentan un solo significado, es decir que sus elementos, el verbo auxiliar y el principal, se consideran una sola unidad. Aquí se registraron las ocurrencias de las perífrasis: [ir+a] + infinitivo;  [tener+que] + infinitivo;  deber + infinitivoquerer + infinitivo[empezar+a] + infinitivo; y [hay+que] + infinitivo.  Al igual que en el contexto 3, en éste, la posición del clítico es variable, se coloca tanto en posición anterior (4a) o posterior (4b) a la perífrasis verbal: 4a,  lo debo comprar; 4b,  debo comprarlo.

Contexto 5. Las ocurrencias identificadas con este contexto son todas aquellas que contengan un infinitivo que sea término de preposición. Aquí, la posición del clítico es categórica, ocurre solamente en enclisis: [Frase Prepositiva+infinitivo] + clítico, como en sólo daban ganas de dársela en la mano, puesto que la preposición exige que su complemento, si es verbal, vaya en  infinitivo.

Contexto 6. Contiene únicamente las ocurrencias en las que el infinitivo funge como sustantivo y cumple la función sintáctica de sujeto de la oración. En este caso, el clítico sólo puede ocupar posición enclítica: infinitivo + clítico, como en me gustaría practicarlo más.
Recordemos que se registraron 855 clíticos, de los cuales 390 fueron producidos por los hablantes nacidos en NY y 465 por los inmigrantes recién llegados.

Al identificar el contexto en que aparece el clítico y clasificar los resultados por grupo de origen (nacidos en la ciudad vs. inmigrantes recién llegados) se encontró que ambos presentan ocurrencias en los seis contextos sintácticos. La suma de las ocurrencias y sus porcentajes se muestran resumidos en la Tabla 3.

Tabla 3. Ocurrencias de los clíticos por contexto sintáctico según origen.

Origen

Contexto
1

Contexto
2

Contexto
3

Contexto
4

Contexto
5

Contexto
6

Total
NNY 279 (32.63%) 6 (0.7%) 14 (1.63%) 65 (7.6%) 19 (2.22%) 7 (0.82%) 390 (45.6%)
IRLL 321 (37.54%) 8 (0.94%) 10 (1.17%) 82 (9.58%) 26 (3.04%) 18 (2.10) 465 (54.4%)
Todos los
informantes
600 (70.1%) 14 (1.63%) 24 (2.80%) 147 (17.2%) 45 (5.3%) 25 (2.93%) 855 (100%)

 

El análisis estadístico de esos resultados es muy similar a la sección anterior. La producción de clíticos en los contextos sintácticos no muestra diferencias relevantes respecto al origen de los informantes en los contextos del 1 al 5. Sólo hay una diferencia significativa cuando se compara únicamente el contexto 6, siendo esta menor que 0.05, específicamente 0.015 en el análisis estadístico (ANOVA).

El análisis diacrónico que hace Nieuwenhuijsen (2006)  sobre la colocación de los clíticos en textos de los siglos XII al XVII demuestra que los procesos de reestructuración que estas partículas han experimentado en relación con otros elementos en la oración están estrechamente condicionados y relacionados con la forma y función del verbo, dando como resultado patrones gramaticalizados de colocación de los clíticos como el contexto 1, clítico verbo simple finito.

Fernández Soriano (1999) también proporciona una clasificación de la colocación de los clíticos según la naturaleza formal y semántica de la frase verbal y enfatiza que sólo aquellos que en su construcción presenten un auxiliar o un modal aceptan la colocación anterior o posterior del clítico.

Ahora, analicemos con más detenimiento esos contextos variables en la Tabla 4; en ésta se separan los clíticos que preceden a la forma verbal de los pospuestos para la forma continua estar + gerundio (Contexto 3) y para las perífrasis cuyo infinitivo es complemento de verbo, como en querer comprar (Contexto 4).

Tabla 4. Posición de los clíticos en contextos variables por origen de informante.

NNY IRLL
proclisis enclisis TOTAL proclisis enclisis TOTAL
Contexto
       3
8 (57.2%) 6 (42.8%) 14 (100%) 8 (80%) 2  (20%) 10 (100%)
Contexto 
      4
42 (64.6%) 23 (35.4%) 65 (100%) 54 (65.8%) 28 (34.2%) 82 (100%)

Las ocurrencias de los clíticos en cada posición, anterior o posterior a la frase verbal, muestran que las diferencias entre grupos, en general, no son marcadas. Además, estos resultados demuestran que los hablantes nacidos en Nueva York aún prefieren usar los clíticos en posición preverbal con más frecuencia que en posición posverbal, como lo hacen los hablantes inmigrantes recién llegados. Estos resultados están en concordancia con los de Montrul (2004), quien también da cuenta de la preferencia por la posición proclítica en los informantes nacidos en Estados Unidos de su corpus, y con los de Gutiérrez y Silva-Corvalán (1993), quienes en un estudio de hispanohablantes criados y nacidos  en California identificaron una marcada tendencia de éstos a usar los clíticos preverbales. Además,  estos resultados coinciden con los resultados en estudios diacrónicos sobre la colocación de los clíticos, como el de Nieuwenhuijsen (2006).

Cabe comentar que el contexto 3,  frases verbales que expresan continuidad (estar + gerundio), es el que presenta una distribución más equilibrada en los nacidos en NY, sin que ésta sea todavía significativa para hablar de un cambio de preferencia respecto a una u otra posición, pues ni para este contexto ni para el cuarto los datos  proveyeron significancia alguna al momento de realizar el análisis estadístico.

5.3. Los entornos oracionales y los contextos sintácticos

En esta sección se presentan algunos de los resultados de las correlaciones entre los tipos de entorno oracional y los contextos sintácticos en que los clíticos ocurren en el español en el total de los hablantes; también se muestran algunos resultados específicos según el origen de los informantes.

Por un lado, el entorno oracional más usado por los hablantes, y que ocurre con los seis contextos sintácticos descritos, fue el primero: referente anafórico en otra parte del discurso + clítico en la oración.  ((A ana) la vi ayer). Por otro, el único contexto sintáctico que se encuentra correlacionado con todos los tipos de entorno oracional es el primero: clítico + verbo simple finitola vi ayer.

Por lo tanto, la primera correlación que merece atención es la que hay entre el primer tipo de entorno oracional y todos los contextos sintácticos, que representa  89.3% del corpus, con un total de 764 ocurrencias. El entorno oracional al que más se recurre para expresar la función de complemento directo en una oración es aquel cuya frase referente es introducida con anterioridad en otra parte del discurso; se usa con todos los contextos sintácticos, lo cual indica que es el entorno más fijado o más afianzado en el sistema lingüístico de los hablantes, tanto en el de los recién llegados como en los nacidos en NY,  siempre que quieren sustituir una frase nominal cuya función es la de complemento de la frase verbal, estrategia con utilidad pragmática (hacer referencia a un elemento ya mencionado en el discurso) que tiene efecto en la sintaxis.

La otras correlaciones que sobresalen, con enfoque en el contexto sintáctico,  son a) la existente entre el Contexto 1 (clítico + verbo simple finito)  y el primer entorno oracional, ya que reúne más de la mitad de las ocurrencias del corpus, 527, es decir, el 61% del total de las 855, y, en general, la relación de este contexto con todos los entornos oracionales, pues alcanza el número de  599 ocurrencias (70 %); y b) el Contexto 4 (infinitivo como complemento del verbo) y su relación con cuatro de los seis entornos oracionales siempre que el clítico preceda a la frase verbal (4a)l, como en lo debo comprar, reuniendo 98 ocurrencias, el 11.4% del total.

Tabla 5. Correlación entre entornos oracionales y contextos sintácticos de las ocurrencias de clíticos por origen.

E1 E 2 E 3 E 4 E 5 E 6 TOTAL
IRLL NNY IRLL NNY IRLL NNY IRLL NNY IRLL NNY IRLL NNY
C1 240 287 15 16 1 12 5 6 1 2 11 3 599
C2a 1 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3
C2b 7 4 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 11
C3a 7 7 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 15
C3b 2 5 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 8
C4a 48 39 4 3 0 0 0 1 0 0 3 0 98
C4b 25 23 2 0 0 0 0 0 0 0 1 0 51
C5 23 19 2 0 0 0 1 0 0 0 0 0 45
C6 18 7 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 25

E: tipo de entorno oracional.
C: contexto sintáctico. Ca: clítico preverbal; Cb: clítico posverbal.
IRLL: inmigrante recién llegado.
NNY: nacido en Nueva York.

En un principio, históricamente, la correlación entre el Entorno oracional 1 y el Contexto sintáctico 1, según Nieuwenhuijsen (2006) era motivada por cuestiones pragmáticas como la de enfocar la atención del oyente hacia el referente. La alta frecuencia de uso con el tiempo provocó que la colocación enclítica de estas partículas perdiera su función pragmática y se convirtiera en una estructura generalizada, gramaticalizada en el español moderno (Company Company 2003).

No es extraño, pues, que las estructuras más fijadas en el sistema lingüístico de los hablantes de español de nuestros dos grupos sean las más generalizadas y las que llevan  menor carga cognitiva, como la que resulta de la correlación entre el Entorno oracional 1 y el Contexto sintáctico 1.  Además, la presencia de diferentes entornos oracionales demuestra que los hablantes recurren en similar porcentaje a otras estrategias cuando quieren transmitir mayor información en su enunciación (desambiguación, topicalización, etc.).

Resumiendo, los resultados presentados e este estudio muestran, por un lado, que en lo que respecta a la colocación de los clíticos en los contextos sintácticos y su relación con los entornos oracionales, el español de los hablantes en situación de contacto (nacidos en NY) no difiere en demasía del español de los hablantes inmigrantes recién llegados a la ciudad. La presencia de los clíticos en ambos grupos de hablantes –los nacidos en Nueva York y los recién llegados a la  ciudad- es similar tanto en el tipo de estructura en lal que se usan, como en la frecuencia de uso con que aparecen.

Esta conclusión apoya las hipótesis de Silva-Corvalán (2001), Thomason (19959), Sankoff (2002), Otheguy (2007, notas del curso) y Myusken (2004)  que coinciden en que el área lingüística en la que es menos factible que ocurran cambios estructurales o sistemáticos en lenguas receptoras es en la de la sintaxis cuando hay situaciones de contacto.

Sin embargo, el hecho de que se hayan identificado diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos de hablantes en, al menos, uno de los entornos -el entorno 6- sienta las bases para que se realicen estudios posteriores en los que se investiguen posibles incidencias del inglés en el uso o no de ciertas estructuras sintácticas del  español. Igualmente, se podría hacer una segunda parte a este estudio en el que se analizara la relación entre entorno oracional y contexto sintáctico con base en las funciones pragmáticas con que se relacionan las ocurrencias de los clíticos en el corpus. Así, además de su identificación, se tendría una explicación de por qué en algunas correlaciones los usos de los hablantes nacidos en NY supera a los de los recién llegados aun cuando en general, la producción de clíticos es menor en los primeros por un ligero porcentaje. Para realizar este estudio habría que considerar la distancia que hay entre el referente y su clítico, o si el referente es tema del discurso, por enumerar algunos aspectos.

Notas
Alarcos, en su Gramática de la Lengua Española, ejemplifica este uso con Ya  me lo habéis oído: listo sin talento es peor que tonto sencillo (1999:248),  y menciona que este lo “sirve para la referencia no marcada por el género”, como lo son, en este caso, las oraciones con función sustantiva.

 

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