Giohanny Olave Arias

Escuela de Idiomas de la Universidad Industrial de Santander (Colombia)

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Jerónimo Moncayo Rojas

Universidad del Valle (Colombia) y Universidad de Buenos Aires (Argentina)

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Resumen

El artículo analiza los discursos del presidente colombiano Gustavo Petro ante la Asamblea

General de las Naciones Unidas (AGNU) en los años 2022 y 2024, con el objetivo de

identificar la construcción de una retórica ambiental en ese bienio, periodo que coincide con

la mitad de su mandato presidencial (2022-2026). Desde un enfoque interpretativo y crítico

del Análisis del discurso, se estudian comparativamente los dos discursos pronunciados ante

la AGNU. Los resultados muestran la configuración de una “gesta ecológica” en ese escenario

internacional, a través de sus agendas temáticas, el refuerzo de dos ámbitos léxico-semánticos

dicotómicos y de una tópica ecologista de carácter escatológico. Petro transforma el

ecologismo en una causa civilizatoria que sitúa la defensa de la vida como una empresa

heroica y que convoca a los pueblos del mundo, con lo cual se reenfoca la discusión sobre

política ambiental hacia el llamado a la movilización ciudadana.

Palabras clave: discurso político; retórica; ecologismo; diplomacia internacional;

movilización social.

The Ecological Rhetoric of President Gustavo Petro at the United Nations General

Assembly

Abstract

This article analyzes the speeches delivered by Colombian President Gustavo Petro at the

United Nations General Assembly (UNGA) in 2022 and 2024, with the aim of identifying the

construction of an environmental rhetoric during that biennium, which coincides with the

1midpoint of his presidential term (2022–2026). Adopting an interpretive and critical approach

to Discourse Analysis, the study offers a comparative examination of the two speeches

delivered at the UNGA. The findings reveal the configuration of an “ecological crusade” on

this international stage, articulated through thematic agendas, the reinforcement of two

dichotomous lexical-semantic fields, and an ecologist discourse with eschatological

undertones. Petro reframes environmentalism as a civilizational cause, portraying the defense

of life as a heroic endeavor and issuing a call to the peoples of the world, thereby redirecting

the environmental policy debate toward civic mobilization.

Key words: political discourse; rhetoric; environmentalism;international diplomacy; social

mobilization.

Introducción

Gustavo Petro fue elegido como presidente de la República de Colombia por mayoría de voto popular en 2022, después de un convulso año 2021 y de las dificultades del gobierno anterior (Iván Duque Márquez 2018-2022) para manejar las demandas que la población colombiana realizaba a través de movilizaciones ciudadanas (Cruz-Rodríguez); necesidades potenciadas, además, por la pandemia del Covid-19. Gustavo Petro representa una trayectoria en la izquierda colombiana cuyas raíces ideológicas se remontan a su militancia en el movimiento guerrillero M-19, desmovilizado a finales de los años ochenta. A lo largo de su carrera política ha liderado un sector de la izquierda colombiana, primero desde el Partido Polo Democrático, del que se retiró antes de salir electo alcalde de Bogotá. Finalmente lidera el movimiento Colombia Humana, con el que llegó a la presidencia de Colombia (2022-2026).

Este artículo propone un análisis comparativo de las intervenciones del presidente colombiano Gustavo Petro ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) en los años 2022 y 2024. De acuerdo con la misma entidad, la Asamblea es el órgano principal de deliberación, adopción de políticas y representación de las Naciones Unidas. Actualmente, la integran 193 estados, con igualdad de voto y reuniones anuales, para la discusión de temas coyunturales del orden mundial y la expedición de resoluciones al respecto.

Los discursos analizados en este estudio, pronunciados en el escenario de alta visibilidad internacional que representan las AGNU, revelan una construcción retórica del abordaje de la crisis ambiental global. Entre los sectores afines a la izquierda (por ejemplo: Castaño), la voz del presidente colombiano se ha venido configurando como una de las más vehementes en la denuncia del modelo económico extractivista y la desigualdad climática, pero también como una de las que más claramente ha elaborado una narrativa ética y simbólica en torno a la defensa de la vida en el planeta.

El análisis se concentrará en la retórica ecologista que atraviesa ambas intervenciones, con especial atención a lo que puede ser interpretado como una gesta ecológica. Nos referimos con ese término al uso de estructuras y recursos propios de la narrativa épica aplicados al campo del discurso político y ambiental. En este sentido, el trabajo busca indagar cómo Petro transforma el problema ecológico en una causa civilizatoria y planetaria que sitúa la defensa de la vida como una empresa heroica que convoca a los pueblos del mundo. Este enfoque permitirá no solo identificar continuidades y rupturas entre ambos discursos, sino también explorar las funciones retóricas que cumple la narrativa de la gesta ecológica en la legitimación de una postura política en el escenario internacional.

Esa narrativa está presente desde los discursos de Petro en la campaña presidencial de 2022 e, inclusive, en su intento anterior de llegar a la Presidencia de Colombia, en 2018 (Duarte “Discursos electorales” 39-76). Una parte importante de la agenda de reformas con la que fue elegido la constituye su política económica de descarbonización y una agenda antiextractivista para la denominada “transición energética” (Hylton y Tauss). En concreto, se trata de una narrativa de la “transición energética justa”, según la cual los países desarrollados deben asumir las mayores cargas de descarbonización y desaceleramiento económico, así como la ampliación de impuestos verdes y el cambio de deuda externa por acción climática (Thema y Roa 60).

Algunas medidas tomadas en ese sentido, como el cese de la firma de contratos de exploración y explotación de hidrocarburos o la disminución de los subsidios a los combustibles, han sido impopulares entre los sectores afectados. En el sector empresarial minero-energético, la transición es vista con recelo y criticada por la aparente falta de una planificación rigurosa y escalonada, si bien se comprende su ineludibilidad (Ochoa y Suárez). Otras apuestas involucradas, como la búsqueda de inversores para grandes proyectos de energías limpias o la implementación del modelo de “comunidades energéticas” (Castro, Buitrago, Téllez, Giraldo y Zapata 110-133), que generan energía renovable para su propio consumo, avanzan todavía con pocos resultados (Quintero 2024).

El escenario internacional ha sido un espacio privilegiado por Petro para presentar su política de transición energética como una iniciativa urgente para los demás países del mundo. A ello responde, además, la internacionalización del país como sede de la COP16, la cumbre global de biodiversidad del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, realizada entre octubre y noviembre de 2024. Pese a las críticas de los sectores periodísticos de opinión, que acusan a Petro de mostrar una política internacional descoordinada e improvisada (Borda y Luján; Oppenheimer; Pacheco), los documentos programáticos para las relaciones internacionales de este gobierno incluyen la “lucha contra el cambio climático” y la “transición energética en Latinoamérica”, como ejes rectores en el “Plan de gobierno 2022-2025: Colombia, potencia mundial de la vida” (Presidencia de Colombia). A propósito de este mismo documento, Alan Rodríguez (282) considera significativo que estas agendas globales “le permitan a Petro asumir un papel de liderazgo intelectual y político que pocas veces en su historia reciente asumió Colombia”.

Enmarcados en ese propósito pueden leerse los discursos de Petro ante la AGNU. Como lo plantean Piris, Dagatti y Gonçalvez-Segundo (5), “los discursos de los representantes gubernamentales pronunciados durante las sesiones plenarias de la AGNU son parte de una estrategia de comunicación gubernamental más amplia”, cuya lógica está orientada por el género oratorio conocido tradicionalmente como epidíctico o demostrativo y por la construcción de las identidades discursivas gestionadas por las propias voces presidenciales. El examen de la comunicación político-diplomática en las cumbres internacionales se ha detenido sobre estos y otros aspectos clave para comprender el posicionamiento estratégico de los países, la correlación coyuntural de fuerzas geopolíticas y las limitaciones de la deliberación trasnacional (Duarte, “Cumbres de algodón”; Piris et al.; Sanhueza).

Este artículo pretende contribuir a esas reflexiones antecedentes sobre la discursividad político-diplomática, y en particular, sobre el análisis de los discursos medioambientales, que ya cuentan con la atención y el sentido de urgencia por parte de las ciencias críticas del lenguaje en la academia latinoamericana (Hollstein y Mengert). Los discursos de Petro ante la AGNU se inscriben en lo que Arnoux reconoce como zonas de consenso[i] en el campo amplio del progresismo en la región, al proyectar las preocupaciones ecologistas sobre varios aspectos de la vida social, articuladas a partir de bases ideológicas compartidas (Arnoux “Los discursos en torno al clima” 114). Esas voces se enfrentan a contradictores de peso (presidentes, corporaciones, medios masivos, influenciadores digitales, etc.), que pretenden romper esos consensos a través del negacionismo o del retardismo climático (Brulle, Roberts y Spencer).

Para el análisis, asumimos la distinción conceptual entre los términos ecologismo y ambientalismo, planteada tempranamente por Dobson en la década del 90. El autor distancia el ecologismo de una visión administrativa sobre los problemas ambientales, que pretendería resolverlos “sin cambios fundamentales en los actuales valores o modelos de producción y consumo” (Pensamiento político verde 22). El ecologismo, por su parte, sostiene que “una existencia sustentable y satisfactoria presupone cambios radicales en nuestra relación con el mundo natural no humano y en nuestra forma de vida social y política” (Pensamiento político verde 22). Esta distinción, que hace énfasis en el carácter ideológico del ecologismo, le ha abierto paso a conceptos que rezuman en las declaraciones de Petro y que ayudan a leer su posicionamiento, como la crítica al “desarrollo sostenible” o la introducción de la “ciudadanía ecológica”, concepciones surgidas en la denominada teoría política verde, desde finales de la década del 90 (Valencia Sáiz). La distinción entre “ambientalismo” y “ecologismo” es operativa para el análisis en el sentido de asumir una mirada crítica frente a un campo disputado como lo es el campo entre los recursos naturales y su gestión política. Entender esa intersección en clave ambientalista sería enmarcarnos en una tradición cuyo énfasis técnico no permitiría ver las tensiones políticas que nos interesan a nivel discursivo. Por el contrario, poner el acento en el “ecologismo” nos permite comprender la dimensión política de la gestión del mundo natural no humano.

Nos ubicamos, además, en el marco epistemológico de la retórica como campo de reflexión política contemporánea (Koren; Nicolas) y, en particular, nos interesan sus vínculos con la cuestión climática actual (Hawhee). En ese campo, se reconoce la capacidad de la retórica para garantizar la existencia de desacuerdos y movilizar a los grupos en torno a causas comunes, esto es, más allá de su proscripción histórica o de su reducción al estilo y al ornamento, la retórica tendría funciones políticas esenciales en el sistema democrático movilizando nuevas intensidades en los afectos e incluso las percepciones de las temporalidades activadas desde la cuestión climática actual. Como lo sostiene Koren (288), los cuestionamientos éticos, la lógica de lo preferible y la necesidad de la acción son indisociables de la retórica como técnica de construcción de los discursos. De ahí que interpretar los pronunciamientos de Petro ante la AGNU en términos de una retórica ecologista implique examinar -en principio- la dimensión política de las opciones léxicas[ii] y los modos de configurar un sentido vinculante: el de la gesta ecológica.

 

Metodología

Seleccionamos dos intervenciones del presidente Gustavo Petro ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, realizadas el 20 de septiembre de 2022 y el 24 de septiembre de 2024. El primer discurso corresponde a su primera intervención internacional como presidente de la República, a menos de dos meses de haber tomado posesión; es, por tanto, un discurso programático con respecto a su proyecto de gobierno y el primer espacio internacional importante para posicionarse diferencialmente con respecto al gobierno que lo precedió. El segundo discurso recoge la mitad de su periodo presidencial y es el más reciente en ese escenario, al momento de elaborar este estudio. Excluimos el discurso intermedio, del año 2023, por las limitaciones del espacio disponible en esta publicación y para alcanzar un mayor nivel de profundidad en la comparación entre los dos momentos descritos antes.

La extensión de los textos en cantidad de palabras es de 2212 (697 términos diferentes) y 2175 (664 términos diferentes), respectivamente, y carecen de títulos específicos y subtitulados internos. Las versiones escritas oficiales sí presentan esa intervención editorial, como puede verse en el sitio web de la Presidencia de la República. Por lo tanto, la fuente de consulta fue la Biblioteca digital de la ONU, repositorio de actas de las sesiones, disponible para visualización en línea y descarga directa.

La 77ª AGNU fue inaugurada el 13 de septiembre de 2022, con cumbres y plenarias hasta el 26 de septiembre. El tema central declarado por la misma organización fue enunciado con el lema “Un momento decisivo: soluciones transformadoras para desafíos interrelacionados”, e incluyó, además de la asamblea general, una cumbre sobre educación (19 de septiembre), la conmemoración del 30º aniversario de la aprobación de la Declaración sobre los Derechos de las Personas Pertenecientes a Minorías Nacionales o Étnicas, Religiosas y Lingüísticas (21 de septiembre) y una conmemoración del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares (26 de septiembre de 2022).

La 79ª AGNU fue inaugurada el 22 de septiembre de 2024. El tema central fue “No dejar a nadie atrás: actuar codo a codo para promover la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana en favor de las generaciones presentes y futuras”, e incluyó, además de la asamblea general, una cumbre para reafirmar compromisos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible ( 22-23 de septiembre), una plenaria sobre amenazas existenciales del aumento del nivel del mar (25 de septiembre), una reunión sobre la resistencia a los antimicrobianos (26 de septiembre) y la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares (26 de septiembre de 2024).

El análisis de los textos pronunciados por el presidente Petro se realizó focalizando el léxico, a través de un método mixto que combina el análisis factorial de correspondencias y de distribución frecuencial con el análisis cualitativo de los mecanismos retóricos predominantes. Los softwares T-Lab y Voyant-tools apoyaron ambas partes, primero a través de la aplicación de tres índices lexicométricos y luego con la identificación de concordancias y contextos elementales. El procedimiento fue de orden contrastivo: se examinaron los mismos índices lexicométricos en ambos discursos (2022 y 2024), para establecer comparaciones en el orden de los cambios o las constantes discursivas. A continuación, se explican los índices examinados.

El análisis factorial de correspondencias distribuye gráficamente, en núcleos temáticos, los agrupamientos léxicos alrededor de las lexías lematizadas de mayor frecuencia absoluta. El índice factorial permite ver el nivel de cohesión entre los términos co-ocurrentes y, con ello, los sentidos particulares a los que apunta cada lexía central. La distribución de frecuencias léxicas muestra la presencia de las lexías a lo largo del discurso y su concentración o ausencia en segmentos particulares, segmentados automáticamente por el software en diez intervalos homogéneos. Finalmente, el análisis de concordancias ubica los términos de mayor frecuencia y peso semántico (se excluyen categorías léxicas vacías: –artículos, preposiciones, conjunciones y otros enlaces–) en sus contextos de aparición, con identificación de los contextos verbales anterior y posterior a los términos focalizados.

El ámbito o alcance de una unidad léxica, de acuerdo con Langacker, es el conjunto de contenido conceptual que la expresión evoca, de forma típica o en un determinado contexto. Desde esta mirada, la identificación de los ámbitos de una lexía permite entender el encadenamiento de significados que el discurso construye a través de las iteraciones de las unidades léxicas.

El estudio se inscribe en una perspectiva retórica del Análisis del discurso como práctica interpretativa interdisciplinar. El análisis parte de una pregunta que se plantea el analista basado en una inmersión en los datos empíricos y que trata de responder a través de hipótesis explicativas y bajo procedimientos inferenciales de orden abductivo, es decir, de encadenamiento de hipótesis durante un proceso de ida y vuelta entre el soporte teórico y los datos empíricos. A partir de indicios o huellas de regularidades capturadas en sucesivas lecturas, el procedimiento abductivo permite identificar, describir y relacionar esas huellas como indicios reveladores de lógicas de construcción de los textos analizados (Arnoux “El Análisis del discurso” 25). La pregunta principal que planteamos es, entonces, si hay una retórica identificable en torno a la crisis ambiental en las intervenciones del presidente Gustavo Petro ante la AGNU, y cuáles son sus componentes principales, configurados en el periodo correspondiente a su presidencia.

Los resultados obtenidos se sintetizan en dos subapartados de la siguiente sección, todos de orden contrastivo entre los discursos de 2022 y 2024. Las categorías conceptuales son inductivas o emergentes, por lo cual serán explicadas con el desarrollo de la exposición de los resultados, en el siguiente orden: (1) las agendas discursivas ante la AGNU; y (2) la retórica de la gesta ecológica. Este último apartado se compone del análisis de los ámbitos léxico-semánticos, la atribución de responsabilidades y la tópica de orden escatológico. Las conclusiones sintetizan e interpretan los resultados haciendo énfasis en la reorientación de las discusiones sobre el cambio climático hacia la movilización ciudadana.

 

Resultados

Comparación de agendas discursivas ante la AGNU: de 2022 a 2024

Como lo muestra gráficamente el análisis factorial de correspondencias, los discursos operan bajo diferentes núcleos temáticos. Para 2022 (figura 1) Los agrupamientos léxicos se distribuyen alrededor de tres lexías lematizadas de mayor frecuencia absoluta: Selva (N=28), Guerra (N=18) y Droga (N=13). Mientras que para 2024 (figura 2) esta distribución se da en cuatro lexías: Humanidad (N=29), Vida (N=26), Pueblo (N=20) y Mundo (N=17). En las figuras, los colores ayudan a la diferenciación y caracterización de los datos, para referenciarlos con mayor facilidad.

[i] Arnoux habla de “zonas de consenso” a propósito de la “marea rosa”, nombre con el que se conoció el auge de gobiernos latinoamericanos asociados a la izquierda regional, a principios de los 2000. En nuestro análisis sugerimos que los discursos de Petro ante la AGNU se ubican en ese espectro debido a los ecos discursivos asociados al socialismo latinoamericano de comienzos del siglo XXI. Sin embargo, dejamos en suspenso, para futuros trabajos, el estudio detenido del sentido del término “progresismo” en el discurso y en el gobierno de Petro, en relación con otros sentidos de progresismo movilizados por los gobiernos de la región.

[ii] Debido a que el léxico constituye el primer nivel de opciones discursivas para el hablante, la configuración de una cierta retórica –ecologista, en nuestro caso– debe examinar primero la selección léxica para acceder a otros niveles más complejos de esa retórica, como el textual y el argumentativo. Seguimos, en este sentido, una perspectiva glotopolítica (Arnoux) desde la cual la dimensión política está imbricada, de manera indisociable, en todos los niveles de la lengua.

Fig. 1. Núcleos temáticos en el discurso de Petro ante la AGNU (2022)

Fig. 2. Núcleos temáticos en el discurso de Petro ante la AGNU (2024)

Además de los cambios alrededor de las lexías dominantes, puede notarse una mayor dispersión para el discurso de 2022 que para el de 2024, cuyo núcleo central orbita alrededor de Humanidad y Vida. La mayor o menor dispersión de las lexías es un indicador del grado de cohesión entre los temas abordados; así, los significados menos agrupados en ambos discursos no se nuclean alrededor de un solo tema, sino que extienden el rango temático del pronunciamiento y aíslan algunos tópicos diferenciales. Para 2022, las palabras que la figura 1 muestra en color naranja (aguas, norte, país, especie, climático, millones, planta, destruir) y algunos términos en verde (campo, pueblo, América, paz, convocar). Para 2024, la cantidad de términos aislados disminuye y solo se identifican algunos equidistantes, como Dios (en el cuadrante de color verde) y año, planeta, humano y corazón, en color naranja.

La comparación entre los gráficos también revela localizaciones diferenciales de las lexías en el plano, con mayor concentración en el cuadrante superior derecho, en 2022, y en el espacio central o intersección entre cuadrantes, en 2024. En el primer caso, la asociación temática concentrada alrededor del núcleo Droga sugiere la tendencia de este discurso hacia la crítica explícita al consumo, que se extiende por analogía a la adicción al petróleo, el carbón y el dinero[i]. Los cuadrantes superiores están separados axiológicamente por el eje vertical, de manera que pueden leerse como sentidos positivos las lexías en color verde, y como sentidos negativos las de color rojo. En 2024, por su parte, los núcleos temáticos Humanidad y Vida equilibran la distribución de las demás lexías en todo el plano, desde la posición central hacia la periferia. No se aprecia, entonces, un cuadrante temático dominante y las oposiciones son menos marcadas que en el discurso de 2022.

En 2022, la coyuntura histórica para el desarrollo del discurso presidencial ante la AGNU se centraba en que aquel era el primer discurso de Petro ante la ONU e incluso era de los primeros discursos públicos de mayor alcance, debido al escenario multilateral que implica la Asamblea General. La presentación de sí mismo, de su proyecto y del clivaje Cambio / Continuidad resultaron ejes centrales en aquel discurso. Para 2024, el gobierno presidencial llegaba a la mitad de su periodo. Aquel discurso era el tercero ante la AGNU y la coyuntura histórica central era la guerra entre Israel y Palestina, en el marco del conflicto histórico por esa zona geográfica. El discurso de Petro, por tanto, tomará posición al respecto llamando “genocidio” a los eventos en curso.

Para 2022, la síntesis de la triple articulación entre selva, guerra y drogas se puede notar en las siguientes equivalencias construidas: crisis climática = crisis moral; adicción a las drogas = adicción al modelo económico capitalista; y guerra contra las drogas = guerra contra la especie humana. Se construía, así, una idea central: el poder mundial se opone al futuro de la humanidad al impulsar el modelo económico y extractivista dominante. Para 2024, la articulación de los cuatro ejes dominantes podría sintetizarse de la siguiente manera: La humanidad, como sujeto político colectivo, es llamado a la urgencia de la unidad global para salvar la vida (humana, inteligente y, quizás, la vida en general); la humanidad es representada centralmente por un sujeto político democrático: los pueblos del mundo.

Estas agendas se pueden rastrear complementariamente, siguiendo la distribución de las principales frecuencias relativas a lo largo de los discursos. Para 2022 (figura 3), muestran la confluencia de los tres núcleos en el 50% de la segmentación automática del discurso. Para 2024, el discurso de Petro, como se evidencia en la figura 2, adquiere mayor cohesión y menos dispersión; esto se evidencia en la confluencia de los cuatro núcleos en el 70% de la segmentación automática del discurso:

[i] Para un análisis detallado sobre esta analogía particular, revisar el análisis del discurso de Gustavo Petro ante la AGNU en 2022 (Olave, en prensa). En este artículo, preferimos concentrarnos en la comparación entre 2022 y 2024.

Fig. 3. Distribución léxica en el discurso de Petro ante la AGNU (2022)

 

La retórica de la gesta ecológica comparada: de 2022 a 2024

Fig. 4. Distribución léxica en el discurso de Petro ante la AGNU (2024)

El contraste entre estas distribuciones léxicas muestra dos orientaciones o acentos distintos entre 2022 y 2024. En el primer año, guerra tiene un comportamiento ascendente y domina la parte final del discurso; asimismo, selva y droga permanecen durante todo el discurso, con una mayor recurrencia hacia el inicio y la mitad del discurso, respectivamente. En varios segmentos hay confluencia de los tres términos más frecuentes, con lo cual se construye una narrativa de amenaza y alerta, en una orientación que parece ser más confrontativa, de denuncia o alarmista, en comparación con el discurso de 2024. En este caso, la distribución menos oscilante (con menos picos y valles) y más cantidad de segmentos con convergencias orientan el discurso hacia una narrativa menos de denuncia y más propositiva: humanidad y vida confluyen en los segmentos de apertura y cierre del discurso, además de las resonancias positivas o vitalistas de esos dos términos y del otro par dominante: pueblos y mundo.

En el siguiente apartado, revisaremos cómo esas disposiciones léxicas contribuyen a la configuración retórica de una gesta cuyo sentido central permanece de 2022 a 2024, pero que avanza hacia la orientación ligada léxicamente con ese humanismo vital de los pueblos del mundo, identificado en el último discurso.

Retórica de la gesta ecológica

La gesta o narrativa épica puede ser vista como un género discursivo (Volóshinov), caracterizado por contar las hazañas de un héroe colectivo o individual, que enfrenta adversidades para salvar o liberar a un pueblo. En el plano político, no es extraño asociar la gesta épica con la escenificación política. Martin Serrano, por ejemplo, plantea como rasgo consustancial tanto a la gesta como al relato político la tensión entre orden institucional y cambio histórico, en tanto que “productos mediadores entre la división social y la acción social” (357). Tensión que ambas discursividades pretenden resolver vía el refuerzo o la creación de instituciones democráticas con su propio aparato comunicacional. Otros aspectos, como la centralidad de la figura del héroe y la ética sacrificial en el discurso político (Olave; Uribe de Hincapié y López Lopera) también pueden asociarse con retóricas de la gesta.

Tal punto de vista puede verse en el discurso político contemporáneo, especialmente si hacemos foco en las intervenciones ante la Asamblea General de las Naciones Unidas AGNU del presidente Gustavo Petro. En aquellas intervenciones, la retórica de la gesta se retoma para movilizar emociones colectivas (la urgencia de salvaguardar los recursos naturales), construir identidades compartidas (como especie, la vida, el ejército de la vida), legitimar una lucha (contra los guerreristas destructores, oligarquía global) y crear antagonismos simbólicos entre el “bien” y el “mal”. Específicamente, interpretar las intervenciones de Petro ante la AGNU como una retórica de la gesta nos permite comprender que el presidente colombiano ve en la crisis ambiental el motivo central para embarcar la empresa colectiva de acciones salvíficas.

En esa clave de lectura, examinaremos comparativamente los modos sobresalientes a través de los cuales Petro instala una gesta ecológica en el discurso de 2022 y la consolida en el de 2024. Los modos retóricos por examinar son los ámbitos léxico-semánticos, los enemigos de la gesta y la escatología o tópica del final de los tiempos.

Ámbitos léxico-semánticos

El contraste entre los ámbitos léxico-semánticos presentes en los discursos de 2022 y 2024 evidencia que la retórica de la gesta ecológica construida por el presidente se apoya en una marcada polaridad entre términos de carga positiva y negativa. Esta dicotomía discursiva opera como un recurso retórico central, en el que los términos, asociados a campos semánticos del “bien” y del “mal”, se articulan por semejanza o “parecidos de familia”, activando significados que refuerzan los sentidos de urgencia sobre las acciones contra el cambio climático.

En las tablas 1 y 2 presentamos en orden descendente las frecuencias léxicas lematizadas (se señalan con asterisco*), ejemplificamos sus concordancias y categorizamos temáticamente los polos negativo y positivo en que se agrupan los términos. En razón del espacio disponible, excluimos los términos hápax de la visualización de las tablas, así como las cotextos completos de cada lexía en sus concordancias.

 

Tabla 1.

Ámbitos de la gesta ecológica en el discurso de Petro ante la AGNU (2022)

 

Tabla 2.

Ámbitos de la gesta ecológica en el discurso de Petro ante la AGNU (2024)

Como lo evidencia la distribución de los ámbitos léxico-semánticos, nos encontramos ante dos discursos diferenciados. Si bien interpretamos la coexistencia en ambos de una gesta ecológica que polariza las asociaciones, las estrategias operan de manera diferenciada. Para 2022 (tabla 1), el discurso pone en primer plano una urgencia que alerta fuertemente sobre el desastre ecológico y la crisis ambiental. Para 2024 (tabla 2), el discurso moviliza a un auditorio popular universalizado en quien se depositan esperanzas para contrarrestar la crisis inminente ecológica. La lucha por la vida, en ambos casos una causa épica y universal, se resuelve de manera diferente en el tránsito de 2022 y 2024.

Así, en el polo negativo del discurso de 2024, las palabras de mayor frecuencia ya no serán droga, muerte, guerra y adicción, como en 2022, sino que serán destrucción, oligarquía, bombas y armas, y la densidad léxica de este polo negativo decrece en 2024 para darle mayor despliegue al grupo de términos positivos encabezados por las lexías humanidad, vida, pueblo y mundo, palabras que desplazan las de polaridad positiva en 2022: selva, salvar y vida. La figura 5 ayuda a identificar los convergencias y divergencias de los ámbitos léxico-semánticos que acentúan la gesta ecológica en 2022 y 2024:

Fig. 5. Léxico convergente y divergente en la gesta ecológica entre 2022 y 2024

La zona central de convergencias léxicas entre 2022 y 2024 muestra la continuidad de la gesta ecológica a través de la vinculación cohesiva de ambos discursos, pero también de la relación que establecen sus polos negativo y positivo, en un tránsito del diagnóstico o denuncia de la crisis hacia la prospectiva de la paz en manos de los pueblos. El posicionamiento frente a la cuestión ambiental parece, entonces, evolucionar en ese sentido al ofrecer una gesta más colectiva que individual, más popular que mesiánica.

Enemigos de la gesta ecológica

El segundo elemento importante para configurar la gesta ecológica es la identificación de los enemigos de la causa. Desde el punto de vista retórico, es un aspecto fundamental para la puesta en escena política pues ofrece la oportunidad de modelar a los antagonistas para responsabilizarlos de los males contra los cuales se lucha. En la tabla 3, categorizamos los tipos de atribución de responsabilidades encontradas en los discursos 2022 y 2024, con ejemplificación de concordancias en cada caso. Denominamos tipos de atribución al resultado de la clasificación inductiva de los segmentos donde aparecen actores y elementos señalados como agentes responsables de la crisis climática, o bien, donde esa agencia es eludida, omitida o mitigada por el enunciador del discurso.

Tabla 3.

Atribuciones de responsabilidad en el discurso de Petro ante la AGNU

 

Siguiendo las atribuciones de responsabilidades encontramos coincidencias en aquellas que no especifican los responsables. Los enemigos de la gesta aparecen, principalmente, como entidades genéricas, sin señalamiento político concreto. Sin embargo, es posible notar que, para 2024, la indicación de responsables es más marcada, mayormente delimitada o más cercada. De ahí que encontremos el nombre propio de Netanyahu (Benjamín, primer ministro de Israel), como responsable ejemplar de los enemigos de la gesta ecológica. El razonamiento central indicaría que la vida inteligente se dirige hacia la cooperación mientras que la vida centrada en la codicia lleva a la guerra que finalmente destruye la vida en general: el guerrerista sería el enemigo central de la gesta ecológica. A su vez, aparecen referencias reiteradas al 1% más rico o En su poder de prohibición y censura gritan: ¡Viva la libertad, carajo!, una clara alusión al lema libertario abanderado por las fuerzas de ultraderecha de Javier Milei en la Argentina, presidente electo desde diciembre de 2023.

El posicionamiento de Petro ante la AGNU señala insistentemente al 1% más rico, que en ocasiones funciona en sinonimia con oligarquía global, como los responsables de la desigualdad social, la codicia, la guerra, el genocidio y, así mismo, el colapso ambiental:

Ese 1% más rico de la humanidad, la poderosa oligarquía global, es la que permite que se tiren bombas a las mujeres, ancianos y niños de Gaza, del Líbano o de Sudán; o se bloqueen económicamente los países rebeldes que no encajan en su dominio, como Cuba o como Venezuela, porque necesitan mostrar su poder de destrucción al 99% restante de la humanidad para que los dejen seguir dirigiendo el poder del mundo y apropiándose y acumulando cada vez más su riqueza. (Petro 2024 párr. 25)

Los enemigos de la gesta aparecen de manera más acotada. Petro se sustenta en la indignación del evento coyuntural que recae en la zona de Gaza, Palestina e Israel. Genocidio será la denominación abanderada por sectores antiimperialistas, de izquierdas y progresistas. La demarcación de aquella posición resultó polémica para los sectores más reaccionarios y de derecha de los medios de comunicación y de gobiernos aliados a Israel (American Jewish Committee),pero también ha hecho que se le reconozca cierto liderazgo frente al tema, desde otras voces en la academia (Sánchez).

Con excepción de ese movimiento retórico de responsabilización directa en 2024, los demás tipos de atribución de responsabilidades mitigan el señalamiento directo del enemigo, pero no para excusarlo o diluirlo, sino para amplificar la problemática a la que se enfrenta el héroe y, con ello, intensificar la gesta misma como una tarea desmesurada. Así, las formas impersonales, indefinidas, pasivas y genéricas de culpabilización -como se ilustra en la tabla 3- configuran a un enemigo ubicuo y sin rostro, abstracto y severo, al cual el discurso de 2024 resuelve oponer otra entidad con características idénticas, pero en el polo axiológico contrario: los pueblos del mundo. En el siguiente apartado, ampliaremos esta construcción retórica, al revisar los tópicos ambientales de carácter escatológico.

Escatología de la gesta

En este tercer aspecto estructurante de la gesta ecológica, comparamos cuatro tópicos o lugares comunes que aparecen en los discursos de 2022 y 2024 para perfilar escatológicamente la visión medioambientalista. Nos referimos, por un lado, a la tópica recuperando su sentido clásico de fuente de razonamientos dialécticos a partir de opiniones generalmente admitidas (Aristóteles 100a 18). Para la tarea comparativa entre discursos, las coincidencias entre esos razonamientos pueden categorizarse identificando los principales tipos de lugares comunes a los que apelan a propósito de una causa particular. Hallamos, entonces, cuatro tópicos que defienden la causa ecologista como gesta en los discursos de Petro: el sentido de urgencia (la inminencia de la catástrofe ambiental), el despliegue de reproches (la recriminación a los responsables del desastre ecológico), los contrastes vitales (los significados que contraponen la vida y la muerte) y la salvación (las acciones que evitarán la debacle ambiental). En la tabla 4 se ejemplifican comparativamente.

Tabla 4.

 

Tópicos ambientales del final de los tiempos en el discurso de Petro ante la AGNU

 

Las concordancias totales (no solo las ejemplificadas en la tabla anterior) también permiten identificar acentos diferenciales en la continuidad de cada tópico. Para el caso del sentido de urgencia, el discurso de 2022 insistía en la alerta y en el tono profético de la catástrofe; mientras que en 2024 la urgencia se resuelve como una profecía (auto)cumplida. Esta idea de ya estar habitando el fin de los tiempos afecta, a su vez, el tono de los reproches: más militante y de denuncia, en 2022, y en 2024 más de desengaño o frustración por las demandas ignoradas históricamente. En cuanto a los contrastes, un topos importante en la tradición retórica, en la gesta ecológica se concentran en la oposición radical entre vida y muerte, que revisa y desplaza el clivaje tradicional entre izquierda y derecha; desplazamiento común en los discursos de ambas asambleas. Por último, en el lugar que apela a las acciones salvíficas, la propuesta del cambio de deuda por acción climática (en la práctica, una condonación de la deuda externa en razón del cuidado y la restauración de la naturaleza por parte de los países explotados), que fuera central en el discurso de 2022, pierde fuerza en el posterior y es reemplazado por el llamado a la movilización ciudadana.

La movilización ciudadana también enmarca una movilización generacional. Para Hawhee, el cronotopo generacional opera como un recurso retórico que permite anticipar futuros y amplificar la urgencia del accionar presente, en la medida en que el tiempo se desdobla y las generaciones presentes o antepasadas funcionan como testigos de un futuro inminente sobre el que se pretende alertar o modificar con urgencia:

El tercer cronotopo [el generacional] funciona con —y a través de— generaciones, evocando una idea de ancestralidad que se nutre y, a la vez, invierte la forma en que suele imaginarse a los antepasados. El cronotopo generacional, en este contexto, proyecta tanto la ancestralidad como la presencia hacia adelante, en lugar de hacia atrás en el tiempo. (Hawhee 23)

En ese sentido, es importante notar que el llamado a la movilización, como acción salvífica central en el discurso de Petro de 2024, inicia introduciendo la voz de su hija adolescente: “Mi hija Antonella Petro me acaba de mandar un párrafo con el que ella quiere que empiece mi discurso” (parr. 1), dejando claro que es el deseo de ella impostar la voz de él. Sin embargo, el movimiento retórico funciona a la inversa, es decir, es el presidente quien trae la voz de su hija a su discurso. El presidente transita momentáneamente de su rol institucional al de padre, ubicándose como parte de una generación que, junto a las nuevas, alza la voz para alertar sobre el futuro. Introducir la voz de la hija no sólo humaniza al enunciador, sino que inaugura el tono escatológico del discurso: si el “corazón de la tierra” (como designa a Colombia) quiere seguir latiendo, debe escucharse el llamado de quienes aún no tienen poder pero portan la esperanza. Así, el presidente interpela a los pueblos del mundo, a la vez que se deja interpelar por los suyos, abriendo un espacio de autoridad ética apuntalado en el afecto filial y en la proyección del porvenir.

La gesta, como género, suele estar dirigida a las élites (Martín Baños); de ahí que en el discurso pronunciado en 2022 Petro haya interpelado a los dirigentes de la sala. Sin embargo, este rasgo de la gesta se reduce al mínimo en 2024. Ahora, en cambio, dirige su discurso hacia los “pueblos del mundo” y reniega de la escucha sorda que ha obtenido en las intervenciones anteriores. Culpa, esta vez con mayor intensidad, a los representantes capitalistas del sistema dominante, sintetizados en el “1% más rico” o la “oligarquía global”. Reniega, por tanto, de los espacios de la “política” representados en aquel espacio multilateral, e interpela a los “comunes” para actuar mancomunadamente:

La oligarquía global lleva a la humanidad a su propia extinción y la política le rinde pleitesía, abandonando por completo la idea de la libertad y del poder de los pueblos, la idea de la democracia. La pregunta que hay que hacer desde esta tribuna es si los pueblos lo permitirán.  (Petro 2024 párr. 26)

La responsabilidad de las acciones propositivas se traslada a los pueblos: “El capital fósil no puede seguir, los pueblos deben detenerlo”. Este desplazamiento de las responsabilidades comporta al mismo tiempo una des-responsabilización prospectiva de los agentes gubernamentales tomadores de decisiones, en razón de sus acciones u omisiones pasadas: “Los gobiernos son incapaces de detener la extinción de la vida”.

En su conjunto, los tópicos relevados orientan esta marcación escatológica de la retórica ecologista. Si en la tradición del discurso de izquierda la escatalogía, como “visión crepuscular del mundo”, anuncia la inevitabilidad del fin de los tiempos (Angenot 345), en la gesta ecológica intensifica y amplifica la convocatoria a salvar la vida. Es, pues, un llamado a la acción que, como en la escatología cristiana (Noemi), tiene fe en el paso de la crisis a un nuevo mundo, a condición de que sus pueblos -no sus dirigentes- tomen las banderas. Esta convocatoria implica también la revisión del proyecto socialista:

Perdido en el gigantismo de los Estados y la ausencia de la libertad, la bandera roja no encontró su lugar en la historia de la humanidad. Pero hoy, con más razón, ya no para defender una clase, un sistema de ideas, sino para defender la vida colectiva, se necesita de nuevo la bandera levantada, quizás ya no roja, sino de todos los colores, una bandera de toda la humanidad para defender su propia existencia en el planeta. (Petro 2024 párr. 32)

Petro resignifica la tradición socialista sobre la cual se asienta su intervención, ofreciendo una crítica que se aproxima a los socialismos ambientalistas, el ecosocialismo o la llamada “izquierda verde” (Valencia Sáiz): un comunitarismo intelectual y popular que permitiría explorar y encontrar soluciones al desastre ambiental causado por la “codicia” y la “oligarquía global”, y desde el cual se convoca a un reagrupamiento insólito de las fuerzas políticas y míticas:

De la China recojo su idea de un diálogo entre civilizaciones; de Europa, su proyecto de pacto social; de Estados Unidos, su amor a la democracia original, de sus padres fundadores; de Suramérica, su diversidad huracanada, su jinete abanderado, su Simón Bolívar; del África, sus tambores que llaman a comunicarnos con los espíritus de la naturaleza; de Jesús, la idea del amor universal, su juntura de la luz con la vida.  (Petro 2024 párr. 37)

El llamado amplio diluye las fronteras ideológicas o las subsume a la salvación de la vida humana como horizonte común, aunque en la práctica tal vez significa centrarse en el inevitable pragmatismo de una política de alianzas, más que de reivindicaciones tradicionales de la izquierda. En la clave de ese pacto que se pretende total, la gesta ecológica se sostiene sobre una política aliancista que debe reformular la “revolución” como “la mayor batalla por la vida de la historia humana. Esa batalla, indudablemente, es una revolución mundial” (Petro 2024 párr. 38). El cariz incluyente de la convocatoria, sin embargo, se cuida de dejar por fuera a los países en guerra en ese momento (Rusia-Ucrania y el conflicto palestino-israelí), a quienes se les menciona de manera más confrontativa en otros tramos del mismo discurso.

A diferencia del epílogo del discurso de 2022, en el que el “canje de deuda por vida” marcaba como punto de llegada de la gesta una acción política concreta en beneficio de los países latinoamericanos, el epílogo de 2024 se preocupa por instalar la versión ecologista de una revolución encabezada por el “ejército de la vida” y “la gente sencilla de la humanidad”:

​Necesitamos construir el mayor ejército de todos los tiempos, compuesto de guerreros y guerreras de la vida. […] En lugar de dirigirnos a gobernantes insensibles, dirijámonos a nosotros, el común. Dirijámonos a los pueblos para concertar las acciones comunes, las demostraciones de otro poder democrático.  (Petro 2024 párr. 43)

En sus palabras finales e hilando la metáfora bélica reconfigurada, solo la gesta ecológica en manos de los pueblos puede detener el colapso ambiental, que es también un colapso de la democracia y de la moral política. El llamado a la movilización popular, en el sintagma reiterativo “la hora de los pueblos”, adhiere este discurso a las narrativas anticapitalistas de transición socioecológica que, junto con los relatos colapsistas y los tecno-capitalistas, disputan la comprensión sobre el presente y la posibilidad del futuro, a través de sus imágenes escatológicas (Svampa).

Conclusiones

En este análisis hemos comparado las intervenciones del presidente colombiano Gustavo Petro ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) en los años 2022 y 2024. La interpretación que propusimos revela la construcción de una retórica particular que configura la reacción a la crisis ambiental global en forma de una gesta ecológica. Se trata de una retórica que dispone los aspectos tal vez más previsibles (como la orientación epidíctica del género y la marcación de oposiciones) en función de una visión escatológica particular, que llama vehementemente a emprender una misión épica por la salvación de la humanidad y de la vida misma, amenazadas mortalmente por la crisis climática.

La crisis ambiental amalgama, en esta retórica, un espectro amplio de otras crisis que serían su causa (el modelo de producción extractivista y la acumulación de capital) y su efecto (las guerras y las desigualdades socioeconómicas). El fin de los tiempos ya no es solo una cuestión climática sino -sobre todo- democrática. El análisis de las continuidades y los desplazamientos de esa gesta para frenar la catástrofe definitiva muestra la estabilidad esencial del posicionamiento de Petro y los vínculos ideológicos de esa visión con la teoría política verde (Valencia Sáiz). La continuidad de una misma retórica en el escenario internacional más relevante para la diplomacia ayuda a construir una idea de coherencia política que los sectores de oposición al presidente a menudo ponen en duda. También resulta estratégica para el cultivo de una cierta imagen de liderazgo en el bloque latinoamericano.

Aunque son dos discursos cronológicamente muy cercanos, apenas con dos años de distancia, las circunstancias de enunciación los hacen relevantes por razones distintas. En 2022, es un discurso de presentación ante el mundo y esa condición es gestionada de manera programática, confrontativa y propositiva en torno a una demanda concreta: la condonación de la deuda externa a cambio de acciones ecológicas. En 2024, Petro cumple la mitad de su periodo presidencial y lidia con el desgaste natural de los gobiernos y con las dificultades específicas del suyo: en general, mantener a flote un “gobierno de única oportunidad”, esto es, gobiernos novatos que enfrentan “expectativas de cambios rápidos, que sean ampliamente aceptados y de prosperidad social y económica” (Ávila 31-34). En el escenario internacional, la respuesta a esa expectativa fue el llamado a la movilización ciudadana, renegando de los sectores gubernamentales internacionales.

El desplazamiento del poder gubernamental al poder popular repite, en la escena internacional, la gestión de Petro en el ámbito local. Frente a la frustración por el bloqueo de sus reformas sociales y la baja capacidad de ejecución de su equipo de gobierno (Ávila 41-44, Lemos), el presidente ha convocado a la protesta en las calles en varias oportunidades (febrero, junio y septiembre de 2023, mayo, julio y octubre de 2024, mayo de 2025) para presionar al sector legislativo y conservar el respaldo popular. La movilización de la ciudadanía en el contexto local puede leerse como una estrategia gubernamental para apoyar las reformas, reforzar identidades de partido y medir fuerzas con la oposición (García Duarte); en el ámbito internacional, sin embargo, la convocatoria reemplaza la operatividad y planificación concreta (de las cuales carece) por la intensificación escatológica y la maximización de la gesta.

La arenga en el escenario internacional que interpela a “los pueblos del mundo” para que derroquen los poderes constituidos y reconstruyan una “democracia global” es una forma de convocar a un tipo de movilización de valores, más que de cuerpos en las calles. En el escenario nacional, aquella arenga que interpela a sectores populares para la movilización aparece con una fuerza similar. Por ejemplo, en el marco de la COP16, en su discurso inaugural de la Zona Verde en octubre de 2024, sostiene:

Es que llegó el tiempo de la movilización del pueblo colombiano: o nos quedamos sin democracia en Colombia o nos quedamos otra vez como antaño bajo el yugo, bajo las cadenas, bajo la esclavitud, llevados como rebaños a una muerte que esta vez no es de aquí o de allá en las masacres, sino que es la de toda la especie de la humanidad (Petro 2024 párr. 94)

Como en la épica, lo importante aquí son los modelos de conducta, antes que las proezas que los contienen. La apelación a la movilización popular, ya sea nacional o global, funciona como construcción de un sujeto heroico que se define por su capacidad de resistir, de cuidar la vida y de reclamar la soberanía democrática. La ciudadanía, en este marco, no es tanto una condición legal como una ética activa de corresponsabilidad (Dobson Sustainability Citizenship 10-3), una disposición a participar de una gesta histórica.

Esta adopción de la gesta como forma retórica conlleva riesgos y ventajas. Por un lado, moviliza afectos, compromisos éticos y narrativas potentes que logran interpelar tanto al público local como al internacional. Por otro lado, corre el riesgo de desplazar lo operativo por lo simbólico, y de que aquel dramatismo retórico opaque la claridad programática necesaria para enfrentar la crisis. La sostenibilidad política de esta retórica dependerá, en gran medida, de su capacidad de traducirse en políticas tangibles o en acuerdos regionales concretos.

Queda abierto, no obstante, el interrogante sobre la eficacia performativa de esta retórica: ¿logra la gesta ecológica convocar acciones concretas, o se agota en la fuerza simbólica de la enunciación?, ¿qué ocurre cuando las épicas del Sur se enfrentan a la lógica tecnocrática de los foros multilaterales? Estas tensiones constituyen un campo fértil para futuras investigaciones sobre discurso político, justicia ambiental y liderazgo sur global.

Asimismo, este estudio invita a profundizar en el análisis de las relaciones entre la retórica de la izquierda en el mundo hispanoparlante y los discursos ambientalistas. Si es cierto, como parece ejemplificarlo el discurso de Gustavo Petro, que la causa climática llega a ser asumida como bandera de las fuerzas progresistas, cabe preguntarse cómo las luchas por la justicia social se transformaron hasta integrar la lucha por causas ambientales y ecologistas. Hasta el momento, los estudios del discurso no han atendido esta cuestión, que puede estar mostrando un frente de debate vanguardista de la izquierda regional e internacional.

 

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