Entrevista a Claudia Apablaza

Gianna Schmitter
Université Sorbonne Nouvelle Paris III
Universidad Nacional de La Plata
gianna-schmitter@hotmail.de

 

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Resumen

 

Esta entrevista a la escritora chilena Claudia Apablaza (Rancagua, 1978), hecha en diciembre del 2015 en Santiago de Chile, se divide en dos partes. En una primera, se escogieron preguntas que la escritora formula en los libros Diario de las especies (2008), Eme/A (2010), Goø y el amor (2012) y Todos piensan que soy un faquir (2013) para replanteárselas a su vez. En la segunda parte, se ahonda tanto en algunos aspectos de la obra de la escritora, como en conceptos y definiciones literarios más teóricos. Claudia Apablaza estudió Psicología y Literatura en Chile y Barcelona. En el 2005 ganó el premio de la revista Paula por su cuento “Mi nombre en el Google”, y en el 2012 el Premio Latinoamericano de Novela Alba Narrativa (Cuba) con Goø y el amor. Fue becaria en el Liguria Study Center for the Arts and Humanities de Bogliasco, Italia (2012). Es coordinadora de la colección sobre vanguardias latinoamericanas Humo Hacia el Sur, de Ediciones Barataria, España. Además dirige la microeditorial chilena Los libros de la mujer rota y da talleres de escritura.

 

Palabras clave

 

Claudia Apablaza, literatura chilena, literatura s. XXI, literatura y nuevas tecnologías.

 

Abstract

 

This interview with the Chilean writer Claudia Apablaza (Rancagua, 1978), conducted in December 2015 in Santiago de Chile, is divided into two parts. In the first part, the writer answers questions she formulated in the books Diario de las especies (2008), Eme/A (2010), Goø y el amor (2012) and Todos piensan que soy un faquir (2013). In the second part, it delves in some aspects of the work of the writer, as in more literary theoretical concepts and definitions. Claudia Apablaza studied Psychology and Literature in Chile and Barcelona. In 2005 she won the Paula magazine award for her story “Mi nombre en el Google,” and in 2012 the Premio Latinoamericano de Novela Alba Narrativa (Cuba) with Goø y el amor. She was a fellow at the Liguria Study Center for the Arts and Humanities Bogliasco, Italy (2012). Claudia Apablaza is a coordinator of the Latin American avant-garde collection Humo hacia el sur, Ediciones Barataria, Spain. She also directs the Chilean microeditorial Los libros de la mujer rota and conducts writing workshops.

 

Key words

 

Claudia Apablaza, Chilean Literature, Literature s. XXI, literature and new technologies.

 

 

 

PARTE 1: CLAUDIA APABLAZA INTERROGADA POR SÍ MISMA.

 

¿Padece usted de algún trauma literario? (EME/A: 44)

A ver, el otro día me hicieron una pregunta parecida. Trauma literario…. Igual pueden ser muchos, pero tal vez el único trauma que tengo es el típico trauma que tienen quizá muchos: el trauma de no ser realmente escritor. El otro día en la feria de Guadalajara estaba en una mesa donde preguntaron: “¿Cuál es tu gran miedo como escritor?” Y es como que realmente no lo seas, pero que no te das cuenta, que igual sigas publicando… y al mismo tiempo: ¿qué es realmente ser escritor? Uno siempre se lo está preguntando. ¿Ser escritor es escribir y publicar libros? El otro día un gallo muy raro me puso un comentario en mi blog: “deja de imprimir libros”. Es un poco lo que pasa también en Diario de las especies: te ponen comentarios en el blog, te dicen cosas medio anónimas… “deja de imprimir libros”; entonces obviamente yo me dije soy escritora o no, como que estoy imprimiendo libros o realmente está eso que eres algo, digamos. Entonces el trauma es no ser escritor.

 

“¿Podrías explicarme qué es la elipsis?” (Diario de las especies: 114)

La elipsis… ya. Esto lo toco en Diario de las especies y me da mucha risa, porque en este libro yo pongo muy en juego la elipsis, como otros conceptos, como que me burlo un poco de la Literatura en este sentido. También el concepto de … hay un concepto que es muy típico en la literatura y que trabajo en Diario de las especies pero ahora ya no me acuerdo; y después había una crítica-teórica literaria que dijo: “no, eso no es, ella se equivocó”, como que no entendió que detrás de todo había una ironía en el libro hacia lo literario, un juego, no sé. Entonces la elipsis, mira, yo creo que es como una técnica de la cual abusan muchos escritores pensando que es como el recurso para escribir y dicen: si no haces textos con elipsis, como con estos espacios de silencio, no eres un buen autor. Es la idea que se maneja sobre todo acá en Chile y también genera traumas, porque hay muchos autores a los que no les gusta trabajar con algunas técnicas preestablecidas, o a veces las usan, o no las usan y no te das cuenta y bueno. La escritura es mucho más allá de técnicas, cierto, uno puede aplicar ciertas técnicas, pero de repente dice, no pará, ¿es que realmente tienes que saber utilizar súper bien la elipsis para escribir un buen cuento? En fin, utilizar la elipsis es generar silencios, no necesariamente silencios en el sentido de que se calla un personaje, sino dejar cosas sin contar, o sea dejar de contar ciertos sucesos. No creo que la escritura sea eso. Yo creo que la escritura justamente no es esto.

 

“¿Cómo recordar lo virtual?” (Diario de las especies: 73)

Lo virtual, a ver, recordar lo virtual… no entiendo muy bien, porque igual yo hablo del recuerdo de lo virtual que se genera como en cierta memoria y eso tiene que ver con los links, ¿cierto? Como ir y linkeando es generar una cierta realidad a partir de la divagación, y linkear un lugar con otro, y generar una especie de memoria que se construye a partir de este raro fenómeno que es como…- antes no existía linkear. O sea, linkear es como un fenómeno como muy contemporáneo, antes no tenía nada que ver con eso, y hoy en día sí hay una memoria de los lugares que visitamos ─en términos virtuales─ que construye nuestro recuerdo y nuestro imaginario también. O sea ya no solamente visitamos países sino también páginas webs, viajar es visitar blogs, intervenir en estos blogs, intervenir en Twitter… Entonces todo esto genera un recuerdo virtual, o un recuerdo, porque ni siquiera ya es virtual, porque ya uno es parte de eso, entonces es real.

 

“¿No te da miedo salir a buscar la literatura en las calles, en las conexiones?” (Diario de las especies: 145)

A mí me encanta encontrar la literatura en las conexiones. Y también creo que, esto mismo que hablábamos, como donde ya encontramos lo que estamos buscando. Por ejemplo el otro día leía a Tao Lin y decía que no necesitas ir a fiestas, que no necesitas ir al cine, en el fondo, uno lo encuentra todo en la pantalla, todo lo que necesites: música, cine, paseos, viajes, podes meterte en galerías; necesitas saber algo sobre un artista, entonces lo visitas, necesitas bajar un libro, lo bajas ─bueno ahí tienes que buscar bastante, pero casi siempre llegas al libro, de alguna u otra forma alguien ya lo subió─. Entonces me gusta encontrar la literatura en la red, o me gusta encontrar un imaginario en la red, más que salir a buscarla en la calle, en la calle es como bien agobiante, es peligroso, te pueden atropellar, no sé. El otro día iba en mi auto y casi tengo un accidente. No sé, en tu casa no te pasa nada, estás ahí bien seguro, bueno, acá en Chile hay los terremotos, pero por lo general las casas son ambientes de refugio. Yo creo que Internet igual va a llevar a que en un momento estemos todos conectados y todos refugiados en los hogares, a manera de mayor longevidad, como que siento que hay un lugar de protección muy grande y muy interesante también. Sí, creo que la literatura, la prefiero buscar en la red.

 

“¿Qué es la novísima, quiénes son parte y en qué sienta sus bases?” (EME/A: 46)

La novísima fue un grupo, es en realidad porque todavía existe, de poetas chilenos que empezaron a producir como en el año 2000, son como cuatro o cinco poetas que vienen como a superar, no, no sé si a superar, generan un quiebre con la generación anterior, que es la generación de los ’90, que digamos era una generación muy marcada por procesos históricos que tuvimos en Chile y la novísima viene a romper un poco esta, digamos, oscuridad de la dictadura en términos de la escritura. Es una escritura mucho más festiva que la anterior, que era una literatura mucho más oscura, mucho más de lugares más complejos. Y los novísimos son más o menos cinco o seis autores: Héctor Hernández Montecinos, Paula Ilabaca, Diego Ramírez, Pablo Paredes, Felipe Ruiz, no sé si Gladys Gonzáles, y otro más, Felipe Ruiz. Y vienen a generar, o más bien a instalarse como nueva generación y de repente había críticos que decían: “ah bueno, está generación va a barrer con la otra”. No, no hay nada que barrer, o sea es otro momento histórico. Y el nombre se les pone una periodista, bueno una escritora, que se llama Alejandra Costamagna. Y los Novísimos, más allá también hay otro grupo en España que era el grupo de Ana María Moix que es una catalana, también está este poeta que se murió hace poco… bueno ahí hay varios poetas que probablemente nacieron en el 30 por ahí. Y ellos también venían a quebrar con el momento anterior. O con la generación anterior, a instalarse como una generación nueva.

 

“¿Fue el autor, el narrador, el libro, la imagen, la literatura?” (EME/A: 40)

Sí, no sé, ahora me siento como en un taller literario, cuando uno se pone a explicar la diferencia entre lo que es un autor, el narrador, lo que es un libro, lo que es la literatura. Probablemente la diferencia entre esos términos… son como esas palabras con las que uno trata de explicar el fenómeno, ¿cierto? Lo que te dije al principio, uno tiene mucho miedo de dejar de ser escritor, dejar de crear digamos. Probablemente todas estas palabras las puse en un momento pensando en qué es la escritura, si tiene que ver con el autor, con el personaje que uno se crea, que es el narrador, que me parece súper detestable por otro lado. En realidad no sé porque escribo, por un lado amo la literatura y por otro la odio también, me carga este concepto de La Literatura, y acá en Chile existe El Escritor, y La Literatura y tengo muchas sospechas frente a esto igual. Como que es un lugar muy canónico como el de La Literatura. Y ahí creo que en esta cita estaba pensando un poco en esto, como darle sentido a estas palabras.

 

“Qué quedó luego de esa deconstrucción?” (Diario de las especies: 41)

Esa, esa es otra palabra, te acuerdas que al principio te dije que una crítica literaria había dicho: no, la desconstrucción no es esto, ¿por qué dijiste esto? Era como un acto vomitivo, no me acuerdo lo que dije exactamente en el libro, pero dije una idea muy rara, como que empecé a inventar, a ficcionar lo que podría ser la desconstrucción según yo, y lo hice de una manera súper visceral. Sabiendo obviamente lo que estaba haciendo y sabiendo que no estaba reproduciendo el concepto de los franceses de la desconstrucción, entonces fue como: ‘¿por qué dices esto? Entonces no leíste bien el libro’. Y me daba la impresión de que estaba hablando de Vila-Matas: empezar a desconstruir un fenómeno, algunas frases y hacerlas finalmente, no sé… como destruirlas, o no sé, se me viene a la cabeza como vomitarlas, no sé, intentar inventar un significado de la desconstrucción. Bueno hoy día ya no tengo idea lo que es, si hoy me preguntas no tengo idea lo que es la desconstrucción.

 

“¿Cuántas horas estuviste en la calle Balmes para sacar la visa de estudiantes por un año?” (Diario de las especies: 135)

La Calle Balmes, uy, qué bueno acordarme de esto. ¿Esto está en el libro? Qué lindos estos recuerdos, los encuentro demasiado geniales. Me acuerdo que fui con mi hermana, habíamos llegado hace poco a Barcelona y todo era muy extraño, porque acá en Chile, en ese momento, es decir hace 10 años atrás, no existían muchos inmigrantes, muchos menos, o sea hoy en día y para bien ha llegado mucha gente de muchas partes del mundo, sobre todo de Suramérica, y en ese entonces fuimos y estábamos en esta fila de infinitos idiomas y lenguas y orígenes, eran puro inmigrantes intentando obtener una Visa para estar ya sea de forma temporal, 6 meses o 1 año, o de forma definitiva. Entonces fue una experiencia súper rica. Fue como al segundo día que llegué a España, yo nunca había ido a Europa, y no sé, acá en Latinoamérica había estado en Argentina creo yo, y a México había viajado, creo. Pero nunca había tenido la experiencia de estar con personas de todas partes del mundo, tratando de optar por algo tan complejo como una Visa en Europa, es terrorífico. Y entonces ahí estuvimos desde las tres de la mañana, creo que esta noche no dormimos, primero cenamos, después salimos de la casa y estuvimos toda la noche, y al final, esto de estar toda la noche, no sé si era tan necesario. Bueno, hay una fila y en esta fila te ponías y eran calles y calles de gente y a ver si te alcanzaba tocar. Igual, nuestra Visa era súper simple, porque era Visa estudiante, entonces teníamos todos los papeles, pero yo creo que estuvimos unas diez horas ahí. Pero igual era una experiencia rica. En este momento todavía no existían los celulares con Internet, entonces tenías que conservar con los demás, leerte un libro, comías, aparecía el típico sujeto vendiendo café y té, cosas para comer y de alguna manera fue medio terrorífico, pero lo recuerdo como una experiencia grata igual.

 

“Qué relación tiene tu obra con la música y las artes plásticas?” (EME/A: 45)

Con la música, yo me invento que tiene un poco de relación, pero la verdad es que yo casi no escucho música. O sea, pongo la radio y lo que venga. No tengo bandas favoritas; me gustan algunas pero nunca… como siento que todo el mundo tiene sus bandas y su música en su computadora y en su teléfono, y eso no me nace… Yo no sé si la gente lo hace por moda, porque de repente uno dice por qué la gente hace ciertas cosas, ¿cierto? Entonces yo a veces también quiero ser parte de eso, pero lo hago de forma como… por obligación. Entonces citas una banda en tu libro; todos citan bandas en sus libros, y yo también lo voy a hacer, pero en realidad no lo siento. Esto me pasa mucho. Mucho, de verdad. Y con muchas otras cosas, bueno hay cosas a las que renuncié. Por ejemplo en el viaje a México, todos los amigos escritores te dicen: ‘bueno hay que ir a no sé dónde’, pero a mí en verdad no me interesa, no sé por qué hay que hacerlo, ¿entiendes? O si vamos a París vamos que ir al Arco de Triunfo, ya puede ser, ¿pero realmente te mueve esto como te mueve un sujeto? Yo estoy muy en esta línea, como que las cosas te remueven desde un origen. Y cuando esto me pasa… y con la música, si de repente me invento que bandas tienen que ir con mi libro, pero no es tan así.

 

¿Y la musicalidad?

La musicalidad sí, quizá como una música interna que tengo ahí como sonido interior y que va más allá que la música externa. Y también con las artes plásticas, de repente a veces me pregunto si soy narrativa o si soy más cercana a la poesía, lo que ya me han dicho. ¿Genero más imágenes o soy capaz de generar narrativa en mis textos? No sé, estoy como siempre pensándolo. Me cuesta narrar igual. Es difícil. Aunque lo hago y me entretiene, pero esto de generar temporalidad en un texto me es muy difícil. No sé si estoy como… igual esto también tiene que ver con las nuevas tecnologías, como son nuevas formas de temporalidad.

 

“¿Eres cuerpo o posees un cuerpo?” (Todos piensan que soy un faquir: 12)

Creo que las dos cosas igual. Depende de cómo me levante. Porque una de repente se levanta con unas sensaciones muy raras. A veces te sientes como completa, y en estado de gratitud, y de repente posees un cuerpo que te molesta, el cuerpo toma mucha presencia. Prefiero los otros días, donde estoy como completa, y es ahí donde puedo escribir, esta sensación de alivio, donde una está en equilibrio total, o de repente tengo así como sensaciones de que algo me molesta, sea el pelo, o no sé, la ropa también. Como algo que te incomoda. Depende del día igual. Y cuando puedo escribir son los días donde estoy completa y donde nada me molesta.

 

“¿Tú también haces ashtanga?” (Todos piensan…: 31)

Hice. Hice durante un tiempo, como un año, o menos. Yo me dije: yo tengo que poder pararme sobre la cabeza. Ese era como mi objetivo. Y nunca lo logré.

 

¿En serio? ¿Por eso la foto en tu blog?

Sí. Le tenía mucho miedo a darme vuelta. El resto lo hice súper bien, pero este en particular no. Igual me gustaría volver a intentarlo, como que tiene que ver con algo que es abandonarse un poco, obviamente. Entonces hice mucho tiempo, pero sin lograr mi objetivo.

 

“¿Tú eres hombre o mujer?” (GOØ: 10)

Qué bueno. Eres hombre o mujer. Mirá, no sé. Es una duda que siempre he tenido. Cuando era niña, una señora que trabajaba en mi casa me dijo: ‘no, tú eres hombre’. Y yo ahí dije, ‘oh, qué raro, puede ser igual’. Pero qué raro que me haya dicho esto. O yo me lo imaginé, como estos recuerdos que son medios inventados, y también muchas veces me siento muy hombre, pero es una sensación, o a veces me gusta vestirme de hombre, pero es una situación muy rara, porque es pura fantasía también. Mi novio me dice, ‘tú eres demasiado mujer, no sé cómo puedes pensar que eres hombre a veces, por qué te sientes hombre.’ Pero esto tiene que ver… o de repente me digo: yo soy muy alto, o me siento alta de tamaño, pero soy muy chica. El otro día en la foto de la feria de libros de Guadalajara era una de las escritoras más pequeñas, no me lo pude creer, es muy raro. Pero esas sensaciones que uno tiene internas, como cosas raras, y obviamente es que ser hombre o mujer es algo que es físico, pero después está todo el tema de la identidad. No me siento como la mujer chilena, digamos, pero ya ni siquiera existe esta mujer chilena o latinoamericana, esta de cuando era chica, una mujer mucho más sumisa, que tiene que cumplir ciertos patrones sociales y culturales establecidos. Pero ya ni siquiera existe esta mujer. Yo creo que esto está dentro del imaginario y de la historia de uno de que esto existió y por esto estamos con estas definiciones tan determinadas, o sea yo creo que todos somos un poco hombres, un poco mujeres y ya. Y hay momentos en los que uno es muy muy hombre, y otros en los que es muy mujer.

 

“¿Cómo saber si desperté realmente o si sólo soy una aparición más?” (EME/A: 67)

Esa pregunta creo que todavía está circulando, porque uno siempre piensa que es un poco una aparición, o un sueño, o solamente existes tú y no existe nada más a tu alrededor. Eso obviamente sin llevarlo a la sicosis. Porque todas esas ideas que uno tiene frente a la existencia igual están como latentes, pero uno no lleva a sicosisarse, si uno lo llevara a su extremo, probablemente sufre muchas angustias o te sicotisas. Si uno dice, no en realidad es una aparición y además en carne, puedes llegar a un estado como muy terrorífico. Entonces esta idea circula, pero la tengo ahí como muy en línea, a raya, y la tengo en un lugar protegido, que no me aborde completamente. Entonces, sí, uno podría ser una aparición, o un sueño, pero bueno, igual hay que vivir, no importa, vivamos de esta forma, pero sigamos operando.

 

 

PARTE 2: REFLEXIONES SOBRE POSICIONAMIENTOS, GESTOS Y LITERATURA

 

Editaste un libro que se llama Manifiestos vanguardistas latinoamericanos. ¿Cuál es tu relación con las vanguardias históricas? ¿Cómo te posicionas frente a las vanguardias?

Las vanguardias es un concepto histórico. Uno siempre dice: este escritor es un escritor vanguardista, pero más allá de esto hay toda una historia de las vanguardias latinoamericanas y Europas, en todo el mundo, aunque no sé si en Japón también habrá algún tipo de vanguardias, o en China, pero por lo menos en Latinoamérica y en Europa, digamos en el Occidente, hubo vanguardias a principios del siglo XX y yo me siento cercana a muchos de esos autores en términos estéticos, en términos de escritura, obviamente que tampoco quiero escribir como ellos ─porque también existen movimientos contemporáneos que todavía escriben como escritores vanguardistas, por ejemplo los Patafísicos, todavía siento que están muy pegados a las Vanguardias, sin poder superarlas, como que creen en las Vanguardias─. Yo no sé si uno tiene que creer o uno tiene que inventarlas, uno los tiene que leer y sentirse cercano, o sentirse lejano, o sentir que fueron un poco tus antecesores. Si te tendría que decir de dónde vengo, es un poco de ese lugar. Ahora ─y eso siempre me pasa que cuando me gusta mucho algo─ trato de no ser eso. Entonces me encantan las Vanguardias, pero me daría mucho terror escribir como un Patafísico. Es como que me muero, no sé, son como nuevos surrealistas y como que siento que el tema no va por ahí. O sea, es ser sujeto de su época: no puedes escribir como un tipo del siglo 20. No puedes ser surrealista hoy, sería algo ridículo, quedaría horrible. Sin embargo los veo como un pasado que tuve.

 

Y cuando vos decís la temática de hoy, justamente, ¿cuál sería? ¿Cómo la definirías?

Yo creo que la temática de hoy depende mucho del escritor, yo siento que yo tengo mi temática, y mi temática tiene mucho que ver con las tecnologías y la identidad que se construye a partir de esa nueva realidad, de ese nuevo paradigma que uno habita. Entonces no puedo hacer caso sumiso, no puedo estar todo el día en la computadora y estar conectada a todos estos artefactos y después escribir un libro realista acerca de la dictadura. Lo que pasa mucho en Chile, que están todos conectados y después van a su pieza y se encierran y escriben un libro acerca de su infancia en la dictadura, que me parece como irresponsable también frente a su subjetividad, es decir: es raro que no seas sujeto de tu época, estás todo el día conectado y después vas a su pieza y escribes un libro acerca de la dictadura. Me parece irresponsable, me parece raro, como que no están conectados con el ahora, hay una desconexión ahí, entonces…

 

Esto que me dijiste antes, la respuesta a cómo recordar lo virtual, ¿vos estás linkeando también en el espacio virtual de tu obra?

Ah, ¿entre un texto y otro? Sí, yo creo que hay muchos vínculos dentro de un texto y otro, no sé muy bien de qué forma, no hay vínculos explícitos de personajes, pero este personaje apareció y vuelve a aparecer nuevamente por acá, porque parece que todos mis personajes fueran el mismo sujeto. Pero sí en relación a lo que está fuera de la escritura quizá, de un texto a otro quiero mantener lo de descubrir qué estoy buscando en realidad. No lo tengo muy claro todavía, sobre todo en las novelas; en los cuentos me pasa algo distinto… son dos mundos muy distintos, quizá no debería volver a escribir novelas, y solamente escribir cuentos, porque mis novelas… ya no sé si son novelas. Pero sí, hay un vínculo, como que es el mismo personaje siempre, el mismo sujeto de una novela a otra.

 

¿Y en cuanto al reciclaje de los pedacitos de texto?

Eso también.

 

En EME/A por ejemplo reciclás el cuento “Papa me enamoré de un vegano”.

Sí, y después esto está en Todos piensan que soy un faquir. Lo que pasa es que me cuesta mucho escribir de cero, me pongo ─ sí, ya ves que no escribo la historia, sino que agarro algo de lo que ya había… ah, en realidad se me había olvidado esto, mirá. Lo voy a ocupar ahora de vuelta en el libro que estoy escribiendo. Como que agarro de otro, y lo pongo acá y a veces no tengo idea a dónde pertenece originalmente este texto. “Creo que te invité en mi mente”, también era un cuento y después empezó como novela, creo que está también en Goø y el amor, voy agarrando pedazos y los restituyo, y los reescribo también. O Hija ilegítima, ese era un cartonero, es como un fanzine que también era de otro texto. Creo que era de EME/A. Sí, era una parte de EME/A, la última parte. O por ejemplo Diario de las especies que tiene tres ediciones y las tres ediciones son distintas. Entonces reciclo, sobre todo porque de repente me cuesta empezar de cero. Y también quiero que los textos estén interconectados, de alguna forma. Como una cierta realidad, una con la otra. Hacer copy and paste, sacar cosas de la red también. Así que sí, lo hago.

 

Antes me comentaste que alguien te puso: “dejá de imprimir libros”. Volviendo a esto, no al mismo tono de la frase, sino al soporte, ¿por qué seguís publicando libros en papel? También estoy pensando en tu editorial por ejemplo. Todo lo tuyo es ultra-vinculado con la tecnología, pero sigue estando en el formato papel, físico.

Me gustan todos los formatos. Podría estar en papel, podría estar en la red, pero creo que es porque me gustan los objetos. Igual, en Chile y Latinoamérica, todavía muchos no dieron el salto a publicar solamente e-books, o PDF, o lo que sea. Y también es porque nací en la época en la que se imprimía en papel. Y el e-book es algo a loque yo misma todavía no me entrego. Sí: leo en pantalla, sí: trato de descargar los libros de la red para leer, prefiero leer un PDF que un libro, me cuesta mucho leer un libro. Porque no sé, me gusta estar conectada mientras que esté leyendo. Estar con un libro y el teléfono al lado es medio raro. En cambio, cuando estoy con un computador estoy con varias ventanas, leo, de repente salto a otra cosa. Pero solamente publicar en e-books no se podría hacer aún, y creo que tiene mucho que ver con los lectores también. Si todos leyeran en e-books o todos leyeran PDF, probablemente uno cedería y diría, bueno, mejor publiquemos todos en la red. Pero no es así, todavía estamos acostumbrados a agarrar los libros físicos, o a tenerlos, a subrayarlos. Yo subrayo mucho en los libros por ejemplo. Obviamente, es algo que también puedes hacer en la red, pero tendría que acostumbrarme y meterme ahí en ese mundo. Y eso de repente tiene que ver con la voluntad también, como que no lo he hecho. O sea que no me he dado el tiempo, no me he puesto a hacer eso, y obviamente en algún momento lo voy a hacer, pero no creo dar ese cambio ahora. Creo que hay algo ahí que me limita.

 

Limita es medio negativo…

Sí, pero creo que hay muchas posibilidades. Muchas. O sea, si todos los libros estuvieran en la red sería increíble. Porque uno tendría acceso a lo que realmente quiere leer. De repente quiero leer un libro que está en España, y no me puedo comprar todos los libros que están en España. Tienes que comprarte uno, encontrarlo en la red… pero si pudiéramos acceder a todo lo que queremos, a todo, probablemente seríamos seres mucho más consciente. Más complejos.

 

Cuando pensás los textos, y sobre todo las novelas ─me parece que es más fuerte en las novelas─ pensás mucho en el espacio de la página también, ¿no? Los blancos, el layout. ¿Lo haces vos? O sea, vos decís acá quiero que… ¿o lo hace el editor?

No, lo hago yo en general.

 

¿Y por qué es tan importante lo visual?

Creo que lo visual en un texto… A ver. Trabajé en una editorial al principio de todo ─en el 2002 digamos, cuando todavía no publicaba─ y ellos tenían textos muy terribles para leer, la lectura se te hacía muy difícil. Al final no te leías los libros, porque eran libros que no tenían espacio, no tenían aire en ninguna parte el libro. Ellos lo hacían obviamente para economizar recursos. Y esos libros, al final, nadie se los lee, o sea es muy difícil de leérselos. Creo que es muy importante como el lector se enfrenta visualmente a un texto y un texto tiene que generar descansos, tiene que generar comodidad. Tiene mucho que ver con esto. A parte de que hay momentos en el texto que requieren espacio. Lo requiere el momento del texto. Pero también tiene que ver con el lector: que la lectura sea grata. Y yo también publiqué en esta editorial de la que te hablé ─se llama Lom─, y ellos en realidad tienen libros muy mal trabajados en términos internos. No dan ganas de leerlos. Y yo creo que me preocupa el lector en ese sentido. La otra vez preguntaban en Guadalajara ¿bueno, a ti te interesa tener lectores? Y eso me parece ya como más punkie, o una pose de ay no, yo escribo por escribir; es raro eso igual, a mí me interesa tener lectores. Me gustaría tener siempre más lectores y que disfruten por los libros, digamos que no sea una tortura leer tus libros porque en realidad no tiene espaciado. ¿Te refieres a este espaciado o al espaciado creativo?

 

Los dos. A mí me llama la atención la visualidad, porque me parece que tu escritura, o el texto, o la materia, tiene una visualidad. Por ejemplo, cuando en Goø están los Tweets. Tiene una repercusión a varios niveles, tanto a nivel del entendimiento del lector a partir de la visión, es decir que es una marca para indicar que pasamos a otra esfera, una esfera digital, y entonces el tiempo en la diégesis ya no es el mismo; pero tampoco el tiempo de la lectura ya no es el mismo, va mucho más rápido, y al mismo tiempo genera otra cosa más estética que tal vez esté vinculada con la poesía también, porque tradicionalmente lo que tenía esta visualidad, y el goce de este espacio de la página en blanco, o del fragmento, era la poesía.

Sí, en términos creativos también; el texto tiene momentos que son muy visuales. Pero también esta visualidad está dada por la realidad. Por ejemplo: en Diario de las especies la primera parte del texto, como abre, es como abre un blog, se repercute lo que es un Twitter o un blog en un mismo libro. Ahora, ahí está la pregunta: ¿uno debería haberlo narrado esto, o se pone visualmente? Yo prefiero instalarlo visualmente. De ahí también el problema: eres capaz de narrarlo, o no eres capaz de narrarlo. O sea, de demostrar que algo es un blog o lo pones como un blog.

 

Claro, pero la cuestión que hay ahí también es: ¿no es ya el soporte una indicación para la narración? ¿Es necesario el metacomentario de la narración clásica, o lo ponés?

Claro… es que son dos formas de escritura. Yo estoy acostumbrada a la segunda, de poner visualmente, no a narrar que en realidad es una bloguera, porque ahí el libro hubiera podido ser otra cosa, podría haber sido: bueno, hay una mujer, que es bloguera, que salió de su casa. No, yo prefiero ponerla directamente como bloguera a ella; ella hace el texto.

 

Antes estabas hablando de La Literatura. ¿Qué es La Literatura en el s. XXI en América Latina, o en Chile, o en el mundo?

Igual es algo extraño La Literatura, como que todavía no logro entender, sobre todo sobre lo que recién estábamos hablando, o sea un texto se narra, o se visualiza, o… La Literatura… y me parece raro que la gente siga leyendo también, yo de repente en los primeros días de la Feria de Libros de Guadalajara decía ¿por qué tanta gente acá, comprando libros? ¿Esta gente leerá o viene porque es el evento que hay en la ciudad y tienes que ir y tienes que comprar libros, que no sé sabe si los vas a leer, o qué es lo que están comprando? Probablemente todos los que están ahí están comprando libros de tecnología o de cocina, pensaba. Y fui a un stand, a Random House por ejemplo, y sí, la gente estaba comprado narrativa. No sé, La Literatura es algo muy extraño para mí. No es una necesidad, porque de repente uno dice bueno, comer, sí, comer es una necesidad básica. Luego hay gente que dice quiero viajar por ejemplo, que es algo muy placentero. Pero La Literatura, hoy en el s. XXI ocupa un lugar muy extraño, extrañísimo, porque las tecnologías son algo… yo creo que La Literatura en el s. XXI tiene que ver con la voluntad. Porque ya no es algo que necesitamos. Es algo que es completamente descartable. Hay un par de sujetos que insisten en escribir, que insisten en ser leídos, que insisten en tener lectores.

 

¿Quiénes por ejemplo?

No sé, los escritores en general, acá en Chile uno puedo nombrar a múltiples autores, o acá en Latinoamérica. ¿Pero para qué? ¿Para qué lo hago? ¿Para qué escribimos? Yo creo que La Literatura es como un gesto de voluntad.

 

¿Y te parece diferente de otros artes? La música, el cine, las artes plásticas… ¿o es el mismo posicionamiento?

No, el cine yo creo que es distinto, porque el cine es una industria masiva, es una industria de entretenimiento. Leer un libro no es entretención. Leer de repente es un gesto de voluntad. A mí me cuesta leer libros, pero los leo igual. Ver cine es que te entretienes realmente. Va por otro lado. Y la pintura, no sé, no te entretiene, lo encuentro una lata terrorífica. Meterme en un museo para mí es terrible. Incluso estar en el MOMA, no sé. Estuve en Nueva York y fui a Museos, y ya, está bien, pero no me emociona, no me entretiene, no es algo de base, sino que tengo que inventarme que esto sí que va a ser entretenido, tengo que inventarme que el libro que me estoy leyendo, lo estoy pasando demasiado bien. Y eso tiene que ver sobre todo con ese lugar doloroso que se le da a la escritura, como: todos sufrimos, todos escribimos historias tristes, y tenemos conflictos. Yo creo que también por eso La Literatura es un gesto de voluntad tanto hacia el lector como hacia el escritor. Más el lector, porque el escritor lo está pasando bastante bien siendo escritor, todos lo aplaudan, entonces eso ya es una cosa de ego digamos. Ahora bien, el lector tiene que instalar un gesto de voluntad frente a este tipo de creación. Antes no sé qué función habrá cumplido, probablemente en el siglo XX…─ el problema es que La Literatura siempre ha sido una lata igual. No sé porque uno lo hace, la verdad, me imagino que tiene que ver mucho con el ego. Hay personas que dicen no, yo tengo la necesidad de escribir, me muero si no escribo, como Enrique Lihn, porque escribo estoy vivo. A Bolaño se lo creo un poco más, es que él ha escrito como por sobrevivencia. Pero no los escritores chilenos de ahora, como que siento que escriben para figurar. No veo esa necesidad de escritura. Creo que existe esta necesidad de escritura. Y la he sentido en momentos. Pero creo que, no sé, me parece que La Literatura latinoamericana y chilena pasa mucho por un momento de querer-ser-visto. No la encuentro genuina. Sí, por ejemplo Enrique Vila-Matas, que también estaba en la Feria de Libro de Guadalajara, que uno lo lee y siente que el tipo, si no escribiría, se suicidaría. Una necesidad súper básica. Esta escritura me gusta. Esta escritura que tiene este origen. Las vanguardias tenían mucho este origen. Y la poesía también tiene mucho este origen. Que son sujetos, como realmente conectados con la escritura. Más allá de lo que diga el medio local que te entrevistó y la feria de libros a la que fuiste. Me gustaría encontrar más este gusto genuino y no lo veo. Lo veo en muy pocos autores.

 

¿Cuál es tu concepto de texto? 

Un texto, ay no sé, qué es un texto…

 

¿Es sólo verbal, o también puede ser otra cosa?

Un texto igual es escritura, y la escritura con sentido digamos. No sé si me atrevería a decir que todo lo que veo es texto, creo que no, creo que hay ─es que te dije que texto es escritura, pero─… El texto probablemente tiene que ver con el género. Porque estaba pensando, a ver, si uno ve texto… yo creo que el texto es escritura con intencionalidad. Con cierta intencionalidad consciente, digamos. Por ejemplo, miro ahí y dice gas, y no sé si diría que es texto, es algo que se pone para que se reconozca cierta cosa, no se requiere mucha intención digamos. Pero probablemente en el texto hay intencionalidad creativa, eso puede ser.

 

Y antes, cuando dijiste que no sabías si estaba bueno que escribiste novelas… ¿Qué es una novela?

La novela, creo que es un género infinito igual. Me gusta pensar que igual puedo escribir novelas, aunque estén en este límite, son novelas y no son novelas, pero creo que el concepto de la novela es algo muy raro porque es algo que se inventó, o que surgió en cierto momento histórico, y nadie puede derrotar la novela, nadie puede decir la novela va a desaparecer, o la novela no existe. Es como que la novela nos sorprende más allá de los mismos autores, es como un pequeño Dios. Uno siempre trata de derrotarla, uno hace anti-novela, pero no, ahí está y se mantiene, infinitamente. Y la podemos ir interviniendo, porque igual es maleable la novela. Pero sigue existiendo, es muy raro la sentencia de una novela. Es algo que me sorprende, un género literario me da la sensación de que va a existir siempre, que es omnipresente, y siempre va a existir, y esto es lo más terrorífico. No sé, hay cosas que dejan de existir, por ejemplo la Atari. Cuando yo era niña no jugaba estos videojuegos que se juegan en el computador, sino que tenía esa máquina en los que se jugaban estos otros videojuegos, y bueno, eso ya no existe, esto ya lo superamos y pasamos a otra tecnología. La novela no tiene que ver con las tecnologías, tiene que ver con una presencia que me resulta terrorífica. Porque hay un intento de derrota y todos intentan matarla, pero ahí está.

 

Sebald por ejemplo dijo, parafraseándolo, Yo no escribo novelas, yo escribo prosa.

(risa) Es que en realidad, ¿quién escribe novelas, cuál es realmente el novelista? Yo creo que cada uno tiene su estilo, algunos incluso mantienen la novela del s. XIX. Pero tampoco esto es La Novela. O sea, La Novela, hoy día, sería otra cosa.

 

¿Y qué es narración?

Narración, yo creo que la narración tiene que ver con contar una historia, con contar algo que tenga un mínimo de temporalidad. Creo que la narrativa tiene que ver con la temporalidad. Cuando está presente el tiempo, el cambio interno, ya hay narración.

 

Y entonces, cuando vos antes dijiste lo del problema que tenés con la temporalidad en cuanto a los nuevos medios, ¿es como una aniquilación de la narración? ¿o no? ¿o se vincula?

Se vincula igual. Lo que pasa es que son los paradigmas de la temporalidad. El otro día estaba hablando con un sicoanalista y me decía algo súper obvio: que el inconsciente no tiene temporalidad, entonces ─porque él estaba escribiendo un libro─ cómo es posible que la novela sea temporal si en el fondo el sujeto es atemporal. Y para el caso de las tecnologías es lo mismo. ¿La temporalidad puede ser vista? En todo caso, la temporalidad de las tecnologías no es la misma temporalidad que uno imagina cuando niño. Esa concreción de la temporalidad, el nuevo paradigma frente a ese fenómeno.

 

Ya respondiste un poco a esto, pero igual te vuelvo a plantear esta pregunta y si vos querés desarrollar un poco más, lo harás. ¿Cuál es para vos la dinámica de la comunicación/ del lenguaje en Internet y en qué reside lo atractivo para trabajarla en la literatura/ trasplantarla a otro discurso?

El lenguaje digital es un lenguaje como impostado, irreal, es un lenguaje y una comunicación inmediata que tiene mucho de … ay ¿cómo podría decir? Me quedé pensando en un libro de Eloy Fernández Porta que se llama Eros. La superproducción de los afectos. Él decía que uno en los medios digitales, o en las tecnologías, o en las plataformas virtuales, uno ahí es pura emoción, uno no es un sujeto de la razón, sino que uno es un sujeto emocional que se ve involucrado en estos nuevos vínculos virtuales que no son, y que uno no conoce, y que… no sé, te relacionas con gente que nunca viste en tu vida, o que no sabes quién son, o no te interesa quiénes son en realidad, a nadie no le interesa quiénes son, pero igual, es como relacionarse. Entonces, la dinámica de Internet es la dinámica de los hipervínculos, de vincularse, de relacionarse, es como la dinámica de la gran comunicación. Es distinta a la vida de un sujeto que no está en la red; un sujeto que no está en la red es un sujeto que es más comprometido. El sujeto en la red puede ir a un blog y poner algo, una tontería, y luego va a otro blog y pone otra cosa o se hace un amigo de no sé quién, es todo tan inmediato y todo sin mucha voluntad o mucha responsabilidad momentánea, pero la gran comunicación igual te genera otro sujeto, igual eres otro sujeto en la red que tiene cierta identidad pero a partir de infinitas conexiones.

 

Y entonces, ¿cuándo vos lo exploras en la literatura, qué es lo que más querés trabajar, a qué le querés sacar el jugo?

Igual, me gustaría sacarle más el jugo, porque siento que es muy precaria la forma en la que he trabajado las redes, en términos como literarios, porque a veces se parece un poco más como a la vida real. A veces. Quizá en Diario de las especies traté como más de representar como es ese sujeto que está hiperconectado y que es un poco irresponsable y como que vincula, vive y se hiperconecta, pero no sé si se logra, como me gusta llevarla al formato del papel, pero es muy difícil igual. Es muy difícil porque al final el formato papel es papel, no es virtual, no es como…─ ahora, obviamente que ahí está el trabajo de alguien que escribe, tienes que lograr llevar una realidad a otra, que es un formato definido, que es un libro, que es papel, que es escritura, tienes que llevar el formato ─que no es esto─ a este otro lugar. Yo creo que en Diario de las especies sí se notó un poco más. Y me gustaría retomar también esta escritura, siento que la abandoné. La abandoné, no sé, probablemente después en Goø y el amor aparece de nuevo, pero ya ni siquiera explícitamente como algo virtual. Sino que aparece un sujeto que está mediatizado por las tecnologías, ya no está como el sujeto que está en el blog, sino que es un sujeto que ya vivió esto. Como que ya su imaginario y su identidad está cruzada por eso. Ya no es explícitamente ser un bloguero, sino un twitero. En realidad como que ya viviste esto y tu identidad está marcada por las tecnologías.

 

¿Y por qué lo dejaste un poco?

Lo dejé… lo intenté igual en Goø y el amor, hacer más el ejercicio que hice en Diario de las especies que es distinto, de repente dije, bueno quizá voy a trabajar con una mujer que es twittera y que pueda llevar el papel, aunque sea un twitero, y así es la primera parte de la escritura y…

 

Para mí, esto se ve claramente.

Al principio el libro entero era casi una twittera. Y después dije, no de repente estoy cayendo ahí en un lugar común, y mejor voy a mezclar las cosas, o sea más realidad, y también tecnología, o más un sujeto removido por las tecnologías, más que completamente tecnológico. Y ahora tengo un libro inédito, también lo trabajo un poco, pero me gustaría retomarlo ─¿sabes qué? sí, lo voy a retomar, ahora que lo conversamos…─ me gustaría lograr un libro completamente tecnológico. Como que me gustaría tener este desafío, como desarmar el corazón de Internet. Y hay autores que sigo que lo hacen. Luna Miguel, por ejemplo, que es una española, ella es una chica que vive en las redes y de las redes y para las redes. Ella es las redes de una forma muy rara. Y de Chile, no, no conozco a nadie en realidad. Hay sujetos que viven realmente en ese… ah Tao Lin, por ejemplo, aunque no esté hablando de tecnología es un sujeto que está conectado. La otra vez vi una foto de él donde salía con 10 dispositivos, tenía 2 computadoras, tres teléfonos, etc. Pero con él se nota que más allá de lo que uno ve físicamente, es un sujeto de las redes. Y esto me gustaría lograrlo. De hecho, con los gringos tengo mucha más conexión. Probablemente por la Alt Lit, para llamarlo de alguna forma, como que siento que tengo una conexión total, me siento parte de eso. Y obviamente acá en Chile me sentí sola frente a esta realidad, y finalmente no lo sigo explorando, porque también necesitas de pares para seguir profundizando ciertas situaciones. Hace poco publiqué en una revista ─es una revista a la que me invitó Tao Lin, que se llama Muumuu House─ y ahí hay este tipo de escritores, con los cuales me gustaría compartir más. Y acá en Chile no los encuentro, están todos en otra. No lo encuentro malo, pero no tengo referentes acá.

 

Me llamó bastante la atención que el manejo que tenés en tu blog es diferente del manejo que hacés en Diario de las especies. Por ejemplo: ponés más fotos, hay una interactividad, hay una intermedialidad que está mucho más desarrollada. ¿Nunca pensaste en introducir por ejemplo fotos?, como Bellatin o Sebald…

El otro día estaba leyendo un libro de Enrique Vila-Matas, y en su último libro, Marienbad eléctrico, él puso fotos. Y yo al principio dije, oy qué terrible que Vila-Matas haya caído en poner fotos. Porque en el fondo, cuando uno hace el gesto de la foto es como si llevaras el blog, o el texto en forma lineal, a otra plataforma. Lo que sería ideal es que tú pudieras hacer la representación de este otro, no que tú traslades. Entonces yo he pensado: en el momento que yo traslade mi blog al formato papel, ahí sí haré un traslado completo, sin mediar la ficción, pero como acá he mediado la ficción, entonces… para mí en la ficción no caben mucho las fotos. Como que estoy trabajando con el lenguaje y la escritura. Introducir una foto es demasiado complicado porque te sales del formato, te escapas del formato y ahí es lo que yo digo, no puedes caer en lo que hicieron los surrealistas, porque ya lo hicieron, ya pusieron las artes plásticas dentro de sus textos y ese es como un recurso… siento que es un recurso superado. Si trasladara blog-textos-varios al papel, si lo haría. Sería trasladar nomás, ponerlo en otro lugar.

 

Y entonces, para vos, claramente, ¿el medio visual de la imagen con el medio textual tiene una relación completamente diferente que el medio texto en el soporte libro y el medio texto en el soporte digital?

Sí, es distinto. Por ejemplo: el blog es un blog en realidad, si escribiría un cuento para la red, dentro del texto tampoco pondría imágenes. Entonces, en Internet muchas veces utilizas otras herramientas porque no estás haciendo ficción necesariamente. Igual, siento que la ficción todavía tiene ─por eso te decía─ ciertas reglas de escritura. La ficción, tanto como la novela, o como el cuent. A pesar de que hagas todo lo que quieras dentro del texto, todavía me gusta pensar en esas reglas, de que la ficción es texto con reglas. Aunque tú juegues con los espacios, pero igual sigues en el texto. No es foto. Es texto.

 

¿Qué pasó con el blog mujerdegoma? Sólo hay un post ahí….

Uh, ni siquiera me acuerdo… ¿Existe? Existió, y probablemente fue uno de esos delirios de construir miles de blogs anónimos.

 

Es que lo nombras en Diario de las especies, así que fui a chequear, y hay un post.

¿Existe todavía entonces? Es que quise ponerlo, también porque existe en Diario de las especies, si no lo hubiese mencionado…─ también creo que hay algunos mails, los hice porque los puse ahí, pero solamente por eso. No era algo que existía.

 

Pero entonces, la concepción del libro se expande bastante.

Sí, ahí se expande. Porque más allá existe, pero existe solamente porque acá, en el libro, lo puse. No existía desde antes. Pero en el libro dice que existía desde antes, es decir, es en la ficción del texto. Y no tengo idea de la contraseña del blog, nada, ahí quedó. Como un pobre sujeto abandonado.

 

¿Qué pasa cuando un texto digital migra al papel? Por ejemplo, cuando imprimís un blog, ¿hay una diferencia o no?

Pierde, igual pierde, pierde un poco el sentido, porque el blog es una plataforma determinada. Igual se podría hacer. Por ejemplo si tú pones un blog y lo llevas al papel, lo primero es que se pierde la linealidad si estás trabajando en la red. A no ser que pongas realmente el texto al revés. O sea empieza en el 2015 hacia atrás y llegas al 2002. También se pierde porque la pantalla te da otra forma de lectura que no te da el papel. Lo haría, no sé, por curiosidad. Pero no creo que…─ Hay una escritora peruana que lo hizo, Claudia Ulloa Donoso, que estuvo acá en la feria. Ella llevó su blog al papel. Pero eso se hacía, hace 10 años atrás se hacía.

 

Pero se hace todavía.

¿Se hace todavía? ¿Quién por ejemplo?

 

Diario de una princesa Montonera ─110% Verdad─ de Mariana Eva Perez por ejemplo, o Cuaderno alemán de María Negroni…

Lo de Claudia Ulloa me gustó mucho como blog, pero no como libro. Seguía su blog, pero al mismo tiempo, nunca me gustó mucho su escritura. No soy muy cercana a esta escritura. Pero me gustó el gesto de que tenía un blog. Y después cuando lo llevó al papel y lo hizo libro… no sé, como que no me gustó mucho el gesto. Me da la impresión de que esto lo debería hacer alguien cuando ya…─ siento que llevar el blog al papel es como la nueva autobiografía. Sabes, como alguien que tiene ya varios libros publicados, pero él lo hace después, no lo hace para sacar su primer libro. Para sacar tu primer libro, mejor ficciona un blog. O mejor ficciona un Twitter. Pero llevar…─ yo por ejemplo siento que llevaría mi blog al papel cuando tuviera como 60 años. Así como: ya, esto es mi autobiografía.

 

Claro, es otro gesto ahí.

Sí, y la literatura tiene muchos gestos también.

 

Me gustaría volver sobre la idea cuando estabas hablando de los rizomas, o de las redes: cada red necesita sus nuditos. Para vos, ¿cuáles son? Los nudos de tus redes.

Mis nudos son, o sea las temáticas que me interesan serían: el tema amoroso, que es un tema que me remueve, la escritura misma, la Literatura misma, las redes, las tecnologías, la muerte, la familia,… ¿qué más?… yo creo que la felicidad también es un tema que me remueve. Lo que estoy trabajando ahora en términos de escritura siento que es una nueva etapa. Puede que tenga que ver con que encontré lo amoroso en mi vida, puede ser… siempre me pareció un tema muy complejo. Me dije que todos los libros que escribiera de aquí en adelante van a ser libros felices. Me quiero meter en la dinámica y en la filosofía de la felicidad. Entonces el próximo libro que tengo se llama La felicidad de los ventiladores. Hicimos con mi novio un viaje a Nueva York este año, fuimos allá dos meses y ahí escribí un libro sobre estos dos meses, y es un libro feliz. Esto está ahí presente. Y creo que es lo que voy a empezar a desarrollar de acá en adelante, como encontrar ese lugar. No sé, por ahí me tengo que meter al Budismo Zen, para encontrar una filosofía que sea realmente una de la gratitud, que ya no tenga ese dolor occidental al que estamos tan acostumbrados y del que está tan teñido toda la escritura del occidente. Me gustaría más meterme en otro mundo, para hacer una nueva etapa. Incluso ahora tenía otro libro inédito que era bastante terrorífico, y creo que ya estoy arrepentida de publicarlo. Lo presenté a unos editores y todavía no me dijeron nada, pero quizá lo voy a dejar ahí como en un globo digamos, escondido.

 

¿Y la posición de la mujer?  

La posición de la mujer…

 

Para mí lo trabajás.

Sí, lo trabajo. Lo trabajo bastante, pero porque en términos como históricos ─ a ver, en realidad son dos temas. Es el tema histórico de la mujer y el otro es la literatura de mujeres. En términos históricos creo que es un tema preocupante. ¿Qué ha pasado con la mujer? En general, en la historia universal. Eso me preocupa, y es algo que todavía tenemos pendiente. Pero en términos literarios creo que tenemos casi las mismas oportunidades, y escribimos literatura. No escribimos literatura de género. Este es un tema que me preocupa más desde un punto de vista histórico. Ahora, obviamente hay momentos donde se cruza con lo literario, por ejemplo: cuando se hace una antología. Uno ve que hay más hombres que mujeres. Eso no implica que escriban distinto o que haya literatura de género. Hay estos cruces de repente, pero lo más importante es que la literatura es la literatura, pero nos cruzamos con la Historia en términos de desigualdades.

 

Otro punto que me parece fuerte y que trabajás es vos como mujer, la autoafirmación de la mujer desde un punto de libertad, tanto sexual como intelectual.

Sí, totalmente. Es un tema que me preocupa. Me gusta la libertad en todos sus sentidos. Y además yo vivo en un país donde; a ver, es que los latinoamericanos siempre estamos enfrentados al tema de género. A la desigualdad de género. Probablemente mucho más que en Europa. Yo sentí que allá es mucho menos, o sea vivir en España no es vivir en Chile. O vivir en Francia no es vivir en Chile, no es vivir en Latinoamérica. Entonces, sobre todo cuando viviste o vives en otro país y entiendes la lógica de otro país y que la mujer no es el sujeto que es en Latinoamérica, te dan ganas de dar esa pequeña lucha, de que sí lo sea, de que tengamos la igualdad de condiciones y si por la literatura lo puedes hacer -hasta cierto punto-, lo haces. Es una responsabilidad.

 

¿Vos no te pondrías la etiqueta de lucha feminista?

Yo creo que sí. Si me la pondría. Y creo que en cierta medida lo hago. Por ejemplo cuando edité la antología Junta de vecinas que es una selección de mujeres escritoras.

 

 

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